viernes, 7 de noviembre de 2014

Sardis: la iglesia muerta en vida

Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional: Apocalipsis 3:1-6         
Escribe al ángel de la iglesia de Sardis: Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras; tienes fama de estar vivo, pero en realidad estás muerto. Apocalipsis 3:1 (NVI)

Contrario a lo que algunos piensan, la iglesia no es el edificio. La iglesia es la gente que se congrega en el nombre del SEÑOR JESÚS en algún lugar para adorar a Dios, apoyarse los creyentes los unos a los otros para crecer en la fe y la proclamación del Evangelio. He conocido iglesias que se reúnen en los lugares más increíbles: en templos bien grandes, templos chicos, en casas, en escuelas, en hospitales, en una sala de una funeraria y hasta debajo de un árbol o un puente… Una cosa que también he descubierto es que las iglesias al igual que las personas tienen sus temperamentos: algunas son alegres o sanguíneas, otras coléricas y peleonas, muchas son sentimentales dispuestas al sacrificio por otros y muchas otras, ni siquiera saben lo que está pasando en el mundo, son flemáticas. Por lo general, las iglesias asumen la personalidad de quienes las dirigen.
La iglesia de Sardis estaba pasando por un tiempo de sequía espiritual, porque esa era también la situación de algunos de sus miembros. Entiéndame bien, no era que no hacían nada posiblemente era una congregación bien activa porque se había ganado una buena fama de ser una iglesia sana y viva. Sin embargo, JESÚS afirma: “No he hallado perfectas tus obras  delante de Dios” En realidad la opinión valedera no es la de la cúpula de la denominación, es la opinión del SEÑOR de la Iglesia: JESÚS. Parece que Sardis había caído en el “activismo religioso” adentro y había abandonado su verdadera razón de ser y su hacer: la evangelización de los perdidos afuera de ella. En realidad el verdadero combustible de una congregación viene por la pasión, el gozo desbordante y los sueños de los nuevos creyentes. ¡Esos que viven el primer amor con JESÚS! Una iglesia que no está orando, evangelizando –yendo a la gente y esperando nada más que lleguen- y discipulando a los nuevos convertidos, se asemeja a una lámpara a la cual se le está terminando su fuente de energía, y por lo tanto: Está muerta en vida.
Es posible que la mayoría de los miembros de Sardis profesaban ser cristianos por la tradición, pero no habían nacido de nuevo. Esto es una gran advertencia para todos nosotros como iglesias y como individuos debemos prestar la atención del Mensaje de JESÚS, a Sus iglesias y no dejarnos llevar nada más por nuestro éxito aparente. No basta con tener nuestros nombres en la membrecía de alguna iglesia local pero estar moribundos en nuestra relación con el SEÑOR de la Iglesia. Lo que sí es importante es saber que Dios tiene premios a nuestra fidelidad y trabajos en Él: “Sin embargo, tienes en Sardis a unos cuantos que no se han manchado la ropa. Ellos, por ser dignos, andarán conmigo vestidos de blanco. El que salga vencedor se vestirá de blanco. Jamás borraré su nombre del libro de la vida, sino que reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.” (Apocalipsis 3:4-5) No hay excusas, si eres parte de una membrecía de una iglesia, muerta en vida: ¡Dale vida!
Oración:
Padre Eterno:
La iglesia es la familia espiritual que tú has creado para ser el hogar, y entrenarse para la vida celestial de todo creyente. Gracias porque me has permitido ser parte de ella por muchos años. Ayúdame a formar nuevas congregaciones e influenciar sobre las demás congregaciones existentes porque cada iglesia es un milagro de tu gracia; tú amas a las congregaciones locales y te paseas en medio de ellas. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Nuestra vida eterna en JESÚS es la base para darle vida a la iglesia a la cual servimos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos tus comentarios