martes, 2 de diciembre de 2025

LAODICEA: LA IGLESIA TIBIA

SELECCIONES
perlas del alma
Francisco aular
faular@hotmail.com
MIÉRCOLES, 3 de diciembre de 2025
Lectura devocional: Apocalipsis 3:14-22
Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. —Apocalipsis 3:8 (NVI)
Lectura devocional: Apocalipsis 3:14-22
Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca.
—Apocalipsis 3:15,16 (NVI)

RECIÉN INSTALADO COMO pastor en una de las iglesias en la cual he servido, me pareció extraño que al final de los bancos, había un hombre que no prestaba atención. Al final del culto, uno de los diáconos me informó: —“Él es Carlos, el esposo de la hermana Alicia, la razón de venir a la iglesia es porque trae a su esposa Alicia, a los cultos. Sin embargo, no se sienta allí para llevar la contabilidad de su empresa y se pasa todo el tiempo ocupado con algunos de sus artefactos electrónicos.

No hubo necesidad de que los diáconos y yo acudiéramos al hombre para inquirir sobre su actitud. Aquel hombre fue lo suficiente sincero para decirme: “Pastor, yo no vengo a su iglesia por otro motivo que no sea traer a mi familia porque sé que el evangelio es bueno, y también para hacer algunos contactos con futuros clientes que encuentro aquí.”

Aquel hombre estaba muerto y frío. Desde luego, ¡DIOS tiene poder para salvarlo y darle vida! Uno puede juzgar lo frío y lo caliente espiritual pero la tibieza espiritual de un cristiano es engañosa ante la vista de los demás, puede ser un cristiano que se le ha pagado el primer amor, si acaso vino al SEÑOR alguna vez y disfrutó con el gozo de la salvación. Su tibieza espiritual es engañosa; pero nunca podrá engañar al que dice que es: “El Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios.” (Apocalipsis 3:14), y afirma por ello: “Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca…”. El cristiano tibio, mantiene a JESÚS fuera del control de su vida. Esto en el aspecto individual, pero aquí en Apocalipsis, es colectivo. En efecto, la iglesia de Laodicea mantenía afuera a JESÚS en todos sus planes, pero la omnisciencia y omnipotencia del SEÑOR le permite estar en todas partes y saberlo todo.

En verdad, la iglesia de Laodicea tenía como se dice hoy una elevada autoestima, pues declaraba: “Yo soy rico, y me he enriquecido y de ninguna cosa tengo necesidad.” (Apocalipsis 3: 17a). Esa iglesia no había hecho un inventario de su verdadera riqueza espiritual, al sumar todo lo que el dinero no puede comprar y que la muerte no puede quitar, la cual es la verdadera riqueza del cristiano. Sin embargo, el que pesa los corazones, les afirma: “Y no sabes que eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” (Apocalipsis 3:17b).

Por otra parte, el SEÑOR les ofrece a los creyentes tibios, si dejan el trono de su egoísmo, volverlos a su primer amor con Él. En efecto, el oro de la gloria de DIOS PADRE la cual ha sido refinada por el fuego; las vestiduras de la justicia de DIOS HIJO en JESÚS para vestir nuestra desnudez y vergüenza delante de un DIOS santo; el colirio del discernimiento espiritual por el Espíritu Santo, están a nuestra disposición, usemoslos.

Ahora bien, en la famosa cita de Apocalipsis 3:20 que tan útil ha sido para la evangelización, JESÚS dice: “entraré a él” DIOS es soberano pero nadie estará en el cielo obligado, JESÚS espera que nosotros le abramos la puerta de nuestro corazón, Su presencia en nosotros es la esperanza de la gloria que nos espera al final de la historia; JESÚS dice “cenaré con él” es la comunión el compañerismo con lo eterno, lo santo y lo seguro desde ahora y para siempre; JESÚS añade: “ y el conmigo” Primero nosotros lo invitamos para que Él cene, tenga comunión con nosotros, pero habrá un tiempo en que Él nos invite a Su Cena, nadie posee méritos propios para estar allí pero es la consecuencia en el cielo de lo que decidimos nosotros aquí en la tierra al invitarlo a Él y Él nos acepte para ser nuestro SEÑOR y SALVADOR, y después le servimos con gozo desbordante y sin tibieza.

¡No hay tiempo que perder, no dejemos a JESÚS llamando a nuestra puerta como la iglesia de Laodicea! Ah SEÑOR JESÚS, perdónanos la tibieza espiritual, te invitamos a entrar y calienta nuestra adoración para siempre.

Con el soneto de Lope de Vega, terminamos, pero decimos: ¡No lo dejes esperando dile que sí a JESÚS hoy!

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que, a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!
¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!

¡Adelante, siempre adelante!

Oración:
AMANTÍSIMO PADRE CELESTIAL:
Te alabo al inicio de este día. Tu Palabra hoy es una advertencia para no dejar mi primer amor por Ti y que, por ello, nuestra relación se entibie. Hoy reconozco que todo lo que soy y tengo es tuyo. Dame las fuerzas para mantener mi corazón ardiendo por Ti por Tu Palabra y mantener mi comunión contigo, abriendo las puertas de par en par para Ti. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy
DIOS es Todopoderoso para mantener a nuestra pasión por JESÚS, encendida.
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