lunes, 2 de junio de 2025

MADUREZ EN CRISTO HOY

Perlas del Alma
Francisco Aular
MARTES, 3 de junio de 2025
Lectura devocional: 1 Corintios 13:1-13
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. 1 Corintios 13:11 (NVI). En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia​". —Efesios 4:15 ​(NTV).

AL SERVICIO DE FOTOGRAFÍA del hospital en donde trabajaba como fotógrafo clínico, me trajeron un hermoso niño que le calculé unos diez meses de edad, venía remitido por el Departamento de Genética del Hospital. Lo había traído la abuela y ella era muy buena conversadora, me preguntó: “¿Cuántos meses cree que tiene el niño?” … Le dije la edad que había pensado, me respondió con un tono lastimero, “en realidad él tiene seis años” … ¡Aquel niño bello se me volvió una anormalidad!

Madurez en CRISTO hoy es una acción urgente. Aclaro, podemos agregar que los humanos somos muy parecidos tanto en lo físico como en lo espiritual. Por eso son necesarios, dos nacimientos: el humano que nos pone en la tierra, y el nuevo nacimiento (Juan 3:1-8), que nos coloca en el Cielo. Ambos nacimientos nos obligan a crecer, a madurar; de no hacerlo, existe una incoherencia, una anormalidad en el proceso normal de crecimiento. En efecto, el propósito de DIOS al producir en nosotros tanto “el querer como el hacer por su buena voluntad” (Efesios 2:13), es para que podamos desarrollar un carácter como el de JESÚS (Gálatas 5:22-23). 

Lamentablemente millones de cristianos nacidos de nuevo han envejecido, pero no han madurado en la fe, DIOS quiere usarlos para que sirvan en Su reino y en Su iglesia, pero su infantilismo no los deja: “Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales sino como a inmaduros, apenas niños en Cristo. Les di leche porque no podían asimilar alimento sólido, ni pueden todavía” (1 Corintios 3:1-2). 

Madurez en CRISTO hoy. En esta hora estoy pensando en mi propia vida -inicie mi crecimiento en CRISTO hace ya más de cinco décadas-, no me encuentro satisfecho y hago todo lo que pueda intencionalmente para seguir sirviendo al SEÑOR en los límites finito como el ser humano que soy; continúo trabajando y permitiendo que DIOS me forme hasta cumplir Su propósito en mí “a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13​ b RV60). Ahora bien, este no es el momento de pensar en todo el tiempo que he perdido, sino todavía puedo influir, impactar a ayudar a otros con amor y siendo ejemplo como lo recomienda el Apóstol en Filipenses 4:13 (TLA): “Hermanos, yo sé muy bien que todavía no he alcanzado la meta; pero he decidido no fijarme en lo que ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer”.

Ahora bien, ¿cómo medimos la madurez cristiana? El apóstol Pablo propuso el amor incondicional, ese que se da sin esperar nada a cambio, de hecho 1 Corintios 13, es su famosa propuesta para que midamos nuestra madurez. No obstante, su propuesta es para aquellos que no se quedan en su niñez en CRISTO, sino para los que desean crecer en el SEÑOR. Desde luego que nuestra niñez como seres humanos está llena de bellos recuerdos, pero debemos crecer, no quedarnos en el pasado. Como niños en CRISTO a veces queremos saber y saber, eso está bien; pero la madurez es aplicar con sabiduría, el conocimiento de la Palabra de DIOS, en nuestro diario vivir, minuto a minuto en nuestro andar diario.

En virtud de esto, haga la siguiente resolución: ¡Persistiré hasta alcanzar la madurez en CRISTO! Así como no me quedé siendo un niño en lo físico, tampoco lo seré en lo espiritual. Aunque no nací en cuna de oro, tampoco nací en derrota ni para fracasar porque soy parte del plan de DIOS, a mis nueve años cuando me vi en una familia que no eran mis padres biológicos, decidí no culpar a mis padres ni a mi preciosa familia que DIOS me dio biológicamente de cualquier falla en mi carácter; un día de aquellos en que tenía que realizar varias tareas, las asumí con optimismo; desde entonces, me abstengo de escuchar y formar parte de aquellos que lloran y se quejan; no hago de los pesimistas mis compañeros de viaje porque dañan con sus lamentos el camino que DIOS, en Su gracia me trazó; DIOS me creó para crecer y los linderos de mi crecimiento es ser como CRISTO.

Si usted es uno que va de iglesia en iglesia buscando lo que no se la ha perdido…lo que deba hacer urgentemente es desarrollar la riqueza espiritual que bíblicamente debe poseer como hijo de DIOS, por tanto, debe buscar dentro de usted mismo: ¡Madurez en CRISTO hoy!...

Madurez en CRISTO hoy es un bendito propósito si todavía está aquí en la tierra. Dígale a su SEÑOR: ¡Persistiré hasta alcanzar la madurez en CRISTO! No me conformaré con los trofeos que se me den o se me nieguen en esta vida; porque el verdadero premio son las coronas que el SEÑOR me dará al final de mi jornada, y no me corresponde a mí, elegirlas; cuando haya terminado mi día, y vaya al dormitorio a esperar mi resurrección de entre los muertos, diré en el sentido espiritual, diré como Pablo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7 RV60) Igualmente, en el plano humano diré como Amado Nervo: 

Amé fui amado,
el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes!
¡Vida, estamos en paz!

Y, estamos en paz, cuando podemos mantenernos en nuestro anhelo de crecer y compartir con otros como crecer en la vida cristiana, hablándoles y siendo ejemplo constante de ¡madurez en CRISTO hoy! Mañana será tarde…

¡Adelante, siempre adelante!

Oración:
PADRE ETERNO:
¡Gracias por designarme un lugar en Tu Reino y en Tu iglesia! Ayúdame a echar muy lejos de mí, la queja, la amargura y el culpar a otros de las cosas que me ocurren; ayúdame a ser maduro en la fe y en el carácter. En el Nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
La madurez no es automática es una elección que se perfecciona en el trato diariamente con DIOS, conmigo mismo y los demás.
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