“¿Y CÓMO OIRÁN?”. DESAFIÉ A LOS BAUTISTAS canadienses de la Asociación de Ontario al presentar el plan Visión 2020, al principio de la década pasada. Les exhorté lo mejor que pude, en un idioma que no es el mío, diciéndoles que es nuestra responsabilidad de alcanzar a cada canadiense con la Palabra de DIOS, les presenté entonces el plan para hacerlo. ¡Les dije que necesitábamos discípulos apasionados por JESÚS!
Por añadidura, ¡también les hablé de los magníficos resultados que veríamos en Canadá, que está en la cabeza geográfica del continente, si pusiéramos en marcha el plan de la Visión 2020! ¡Imagínense ustedes que el Avivamiento comienza desde la cabeza de nuestro Continente! Yo había hecho copias en inglés, así que simplemente leí los énfasis.
Dicho esto, me senté y cedí la palabra al moderador para que hubiera una proposición un secundo y discusión. Me di cuenta entonces, que mis hermanos habían entendido el mensaje, cuando un pastor ruso, pidió la palabra y dijo en tono jocoso…
—“¡Parece que el hermano Francisco, no tomó en cuenta que si JESÚS, viene esta noche, se le dañará su plan!”... Le respondí, agradeciéndole su intervención, pero con firmeza le dije. De hecho, lo que sigo creyendo 14 años después.
—“Si JESÚS, viene hoy, la responsabilidad de los millones de perdidos, con todo respeto lo digo, es de Él. Pero si tarda en venir, es nuestra. ¡Es hoy o nunca!”.
¿Y CÓMO OIRÁN? Hoy es posible que alcancemos una población mundial 8.188.059… Millones…¿Cuántos seres humanos con nuestros mismos sentimientos, entre cosas que nos distinguen miedos e incertidumbre? ¿Qué significa todo esto? Le doy un consejo práctico, no se preocupe por esos millones, ¡sino por sus familiares y amigos que todavía no conocen el Evangelio lleno de Vida, esperanza y amor! ¡A usted DIOS lo puso allí Su voz a través de la suya!
¿Y CÓMO OIRÁN? El apóstol Pablo, habló de la urgencia e importancia de la evangelización para llevarles el mensaje a los 250 millones de habitantes que había en Su tiempo. El desafío de nuestro tiempo sigue siendo de oración, evangelización y discipulado.
De igual forma, ante la visión de una población mundial como ésta, en donde vivimos, cada uno tendrá que dar lo mejor de sí mismo, prepararse Biblia en mano para alcanzar la patria grande y posible. Y, las iglesias de todas las denominaciones, unirse como lo decía Agustín de Hipona:
“En las cosas esenciales, unidad; en las cosas dudosas, libertad y en todas las cosas caridad”.
En fin, no importa cuál sea su denominación cristiana, profesión o vocación, lo cierto es que estará siendo sometido a una realidad: los seres humanos son importantes, y tenemos que llegar a ellos para mejorar sus condiciones y calidad de vida, en su breve paso por este mundo. ¡Ese es el derecho humano primordial!
¿Y CÓMO OIRÁN? No obstante, para los que anunciamos el Evangelio, la Buena Noticia de Salvación, este es un desafío, una tarea ineludible; al respecto, tengo que hacer una cita larga, pero es necesario, el apóstol Pablo, acota:
"En realidad, dice: «El mensaje está muy al alcance de la mano, está en tus labios y en tu corazón» Y ese mensaje es el mismo mensaje que nosotros predicamos acerca de la fe: Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu corazón que eres hecho justo a los ojos de Dios y es por declarar abiertamente tu fe que eres salvo. Como nos dicen las Escrituras: «Todo el que confíe en él jamás será avergonzado» No hay diferencia entre los judíos y los gentiles en ese sentido. Ambos tienen al mismo Señor, quien da generosidad a todos los que lo invocan. Pues «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo» —(Romanos 10: 8-13, NTV)
¿Y CÓMO OIRÁN? ¡Qué gran desafío tenemos delante de nosotros! Llevar el Evangelio, la Buena Noticia de la salvación a millones de personas como nunca lo hemos hecho, en esta generación. Sabemos, como dice el apóstol Pedro, que DIOS tiene una razón para no haber terminado con la historia de la humanidad como la conocemos, “sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9. RV60).
¡DIOS nos da la oportunidad de ser misioneros de su Palabra y eso haremos!
¿Y cómo oirán? La respuesta es ¡nosotros sí, llevaremos este Mensaje a nuestra generación. Sí, usted y yo, tenemos el alto privilegio de llevar ese Mensaje “a tiempo y fuera de tiempo”. En la economía divina, DIOS no ha dejado a criterio personal de nosotros, hacerlo o no hacerlo, su orden es “id, haced discípulos”. (Mateo 28:19:20), tampoco dejó toda esa responsabilidad nada más que a los líderes de la obra; no piense que usted solo podrá llevar a cabo tan enorme tarea. Hoy frente a esos más de 8.000 Millones de seres humanos sobre la tierra, DIOS tiene a millones que han nacido de nuevo, y con ellos, formamos el ejército del SEÑOR JESÚS, movidos por la fe, la esperanza y el amor.
Nuestra meta es alcanzar “uno por uno, hasta que no quede ninguno sin evangelizar y discipular” ¡Manos a la obra!
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
PADRE CELESTIAL:
El desafío que pones delante de nosotros es grande, pero nunca será más grande que Tú. Dame fuerzas para seguir anunciando la Buena Noticia de Salvación. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
Los que seguimos a JESÚS podemos ayudar a otros para que hagan lo mismo.
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