miércoles, 21 de septiembre de 2022

LA BIBLIA: LA SEMILLA DE LA COSECHA

Francisco Aular
faular@hotmail.com
JUEVES, 22 de septiembre de 2022
Lectura devocional: Isaías 55:1-13
Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo, y no vuelven allá sin regar antes la tierra y hacerla fecundar y germinar para que dé semilla al que siembra y pan al que come, así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos. _Isaías 55.10,11 (NVI)

 

Vivimos en un mundo en donde reina la confusión. Voces de todo tipo en este mosaico religioso en que vivimos, se levantan proclamando su verdad. A menudo estas voces que compiten y se contradicen entre sí, reclaman nuestra lealtad. ¿Cómo podemos saber que andamos en la verdad en medio de tantas contradicciones? DIOS lo sabía por eso nos dejó Su guía infalible, la Biblia. 

 

En efecto, las Sagradas Escrituras se constituyen en el mapa de DIOS mediante el cual quien se guía por ellas encontrará, tarde o temprano a Quien es el centro de ellas, es decir a JESÚS. La Palabra de DIOS es la semilla que, al caer en los diferentes tipos de corazones, hará la obra para la cual DIOS la envió: dar vida eterna. El evangelizador, no es responsable por los distintos tipos de suelos en la cual la semilla cae, pero debe ser obediente y convertirse en un sembrador fiel.

 

Sí, es la verdad, la Biblia es la semilla de la cosecha porque es el Libro que cuenta la Historia de la Salvación. Narra que antes de los tiempos, DIOS se propuso tener a Su lado para siempre a dos seres, los ángeles que que tienen cuerpo espiritual e invisible, y nosotros los seres humanos con nuestro espíritu, alma y cuerpo. DIOS nos hizo para Él y para Su gloria. 


Una parte de los ángeles liderados por Satanás quisieron hacerse autónomos y cayeron en desobediencia. El ser humano creado y puesto en el mejor ambiente posible, también se quiso hacer como Su Creador y desobedeció, por esta razón fue echado del Paraíso y desde allí en adelante, la Biblia cuenta todos los esfuerzos del ser humano para encontrar nuevamente la comunión con DIOS. Sin embargo, DIOS había tomado la iniciativa de venir al rescate del ser humano, “antes de la creación del mundo” (Efesios 1.4), y así lo cumplió. 

 

De hecho, todo el Nuevo Testamento nos explica esa preciosa historia de gracia, fe, amor y esperanza, ignorar las Escrituras es ignorar a JESÚS mismo. Ignorar a JESÚS, es perder la oportunidad de la salvación eterna. Porque Él, dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14.6).

 

La Biblia no sólo es la Historia de la Salvación, pero también nos inspira, nos exhorta, nos envía y nos exige: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que le es mandado a ustedes” (Mateo 28.19 NVI). 

 

Dicho de otra manera, ¡la Palabra de DIOS es la semilla de la gran cosecha de hoy, como lo fue ayer y por los siglos de los siglos! Hace 59 años, leyendo un ejemplar de la Biblia que alguien se la había regalado a un primo, me convertí en un cristiano nacido de nuevo. Esa Palabra no volvió vacía, lamentablemente mi primo nunca la leyó y creyó, pero hasta hoy esa Palabra está viva para mí, y en mí. Ciertamente, la Biblia nos dice que no todos creerán a este Mensaje, pero todos deben tener la oportunidad de oírlo, y conscientemente aceptarlo o rechazarlo. 

 

En tantos años en que he vivido he estado pendiente del acontecer mundial. Con tristeza digo, nunca en mis siete décadas de vida, había  visto una humanidad tan lejos de DIOS y presos por Satanás, como la presente. No obstante, la Palabra de DIOS, no está presa. Por ello, como nunca la predicación del Evangelio, del Mensaje esta llegando con eficacia a millones de corazones y haciendo su obra en muchas vidas. Con esto quiero decir que el llamado urgente de DIOS para venir a Él está abierto, como lo escribió el profeta Isaías: “Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo; llámenlo ahora, mientras está cerca.” (Isaías 55:6, NTV). 

 

Como ya lo hemos dicho, no sabemos quienes responderán ni quienes lo rechazarán, el tipo de corazón en donde caerá no es asunto nuestro, sin embargo, debemos sembrar abundantemente porque ciertamente, ¡la Biblia es la semilla de la cosecha que se aproxima!

 

Oración:

AMADO PADRE CELESTIAL:

No hay DIOS tan grande como Tú, el que eras, eres y serás. Hazme consciente de que he sido bendecido para bendecir a otros, he sido salvo para llevar Tu salvación a los demás. Ayúdame para ser un sembrador de Tu Palabra eficaz, en todo lugar, en todo momento, a toda persona y a cualquier precio, en el nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:

Conocer la Palabra de DIOS debe dar como resultado obedecer la Palabra de DIOS y para anunciar su Mensaje.

 


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