viernes, 30 de julio de 2021

¡QUÉ META!

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Pasaje devocional: Mateo 5:43-48
Versículo de hoy:
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Mateo 5.48 (RV60)

 

“¡Pastor quiero que me ponga en sus oraciones porque mi meta es ser perfecto como el SEÑOR JESÚS, y no lo estoy logrando!...” Porque lo conozco desde niño, sabía que aquel joven de excelentes notas en los últimos días de su brillante carrera universitaria, no hablaba en vano. He vivido de muy cerca de lo que DIOS está haciendo en el movimiento universitario que él preside sabía que no lo satisfarían respuestas fáciles. 

 

Lo felicité porque a pesar de sus luchas espirituales, me había buscado y consideré un honor servirle de consejero. Le hablé de los dos extremos frente a esta demanda de la Palabra, los que dicen que JESÚS ya cumplió con esta meta por nosotros; y los cristianos por lo tanto, no estamos obligados a cumplirla. Vale decir, no estamos de acuerdo con esta manera de entender la Escritura y con Pablo decimos: “En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6.2).

 

Del otro lado, situamos a los perfeccionistas que creen que el creyente puede llegar en esta vida a verse totalmente libre de pecado y lleno de santidad moral. Sin embargo la Biblia dice que nadie esta libre de pecado. Esto lo testifica el hecho de que los personajes más santos de la Historia de la Salvación, no fueron impecables. La confusión es no entender que el nuevo nacimiento (la regeneración) nos pone en el cielo con la “Vida Zóe” pero todavía estamos en este mundo con la “vida bíos”, y necesitamos crecer en CRISTO hacia nuestra madurez en Él (la santificación). La regeneración, sucede en un instante. La santificación es un proceso de toda la vida.

 

Así que nos queda un camino esforzarnos en la gracia del SEÑOR JESÚS, y mantener esta meta hasta el final de nuestros días en esta tierra. El apóstol Pablo, había llevado al Evangelio por todo aquel mundo conocido, hasta hoy nadie ha hecho la gesta que él hizo. Sin embargo a final de su brillante carrera escribió: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto…hermanos yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado…prosigo a la meta…” (Filipenses 3.12-14)

 

Aquel joven creyente universitario y yo, terminamos orando el uno por el otro y conmovidos ante el desafío de vivir para la gloria de DIOS, utilizar todos los recursos espirituales que el SEÑOR nos dejó para terminar nuestra carrera cristiana con éxito: la oración, la Palabra de DIOS, la iglesia local y nuestra membrecía responsable en ella, y vivir bajo la plenitud del Espíritu Santo. ¡Qué meta!

 

Pidámosle al Señor ser creyentes de una sola meta en la vida: amar a DIOS y  vivir para Su gloria.

Oración:

PADRE DE JESÚS Y DE NOSOTROS:

¡Te doy alabanzas y acciones de gracias por esta salvación tan grande que me has dado! También tu gracia, amor y poder me han acompañado en todos estos años de caminar junto a ti. En esta hora te pido que me ayudes para discipular a otros en este proceso de crecimiento hacia la madurez. En el nombre de JESÚS. Amén

Perla de hoy:

Somos pecadores arrepentidos en camino a la perfección en CRISTO.

Interacción:

¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 

¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?

¿Existe alguna lección por aprender?

¿Existe alguna bendición para disfrutar?

¿Existe algún mandamiento a obedecer?

¿Existe algún pecado a evitar?

¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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