miércoles, 23 de junio de 2021

¿ERES TÚ SEÑOR? (2-2)

Francisco Aular
faular @hotmail.com
MIÉCOLES, 23 de junio de 2021
Lectura devocional: Mateo 11: 1-15
¿ERES TÚ SEÑOR? (2-2)
— ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro? Mateo 11:3 (NVI)

 

Nunca olvidaré en lo que me resta de existencia al “maravilloso 2020”. Yo soñaba conque el 2020, sería el año en que ayudaría a extender el reino como nunca lo había hecho, y hasta tenía una meta de 20 iglesias nuevas allí en Toronto, donde vivíamos. Pero vino el coronavirus, y se llevó todo menos, nuestra confianza en DIOS: “Y sabemos que los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Romanos 8:28, RV60). ¡Gracias al SEÑOR no nos hemos detenido! ¡DIOS nos ha permitido desarrollar un ministerio desde nuestro confinamiento, aquí en nuestra casa, literalmente sin fronteras!

 

¿Qué podemos hacer cuando las cosas no van como las esperábamos? ¿Qué podemos hacer cuando nuestras expectativas del éxito que nos habíamos construido no se cumplieron? Mis amados es el momento de decirnos: ¡Vamos adelante, siempre adelante! Nuestro amado JESÚS, hizo, está haciendo y hará Su parte, hagamos nuestra parte. 

 

Juan el Bautista estaba preso y en las manos de Herodes, sentenciado a muerte. El desconcierto de este gran siervo de DIOS nos ha dejado una gran lección: ¡DIOS siempre está trabajando en Su obra! ¡Nosotros por Su gracia, somos simplemente Sus obreros! Juan el Bautista nos permite entrar en esta realidad. Nos imaginamos que sus propios discípulos le habían informado del maravilloso ministerio, y los hechos de CRISTO, entonces Juan el Bautista envía a sus discípulos con un mensaje a JESÚS: ¿Eres tú el Mesías que ha de venir, o debemos esperar a otro?

 

Juan acude directamente a JESÚS con su duda y nosotros debemos hacer lo mismo: “¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?” La respuesta de JESÚS está basada en Sus hechos: “—Vayan y cuéntenle a Juan lo que están viendo y oyendo: Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas” (Mateo 11:4-5 NVI). ¡Milagros, señales y prodigios eran las marcas que el profeta Isaías había profetizado que haría el Mesías prometido! ¡Eso hacía JESÚS! Los judíos, principalmente los religiosos tenían que saber ese cumplimiento de la Palabra de DIOS en JESÚS y desde luego, también fueron las marcas de Sus discípulos en todos aquellos años, en el arranque del reino de DIOS, aquí en la tierra. 

 

Conociendo a Juan el Bautista según sus rasgos biográficos y predicador lleno de fuego y de juicio, es posible que a Juan le hubiera gustado otra respuesta como, por ejemplo: “¡Juan espérame allí! ¡Voy a convocar los ejércitos celestiales y le voy a enseñar a ese Herodes quienes somos nosotros, los revolucionarios del momento! …” ¡Pero no fue así! Más aún, su respuesta es: ¡Toda la misericordia de DIOS está en marcha para salvar a los pecadores! 

 

Cuando los discípulos de Juan se marcharon, el SEÑOR alaba a Juan el Bautista, y lo hace en gran manera: Les aseguro que entre los mortales no se ha levantado nadie más grande que Juan el Bautista…” (Lucas 11.11a NVI) Juan era el mensajero del Altísimo, por cierto, Juan sería el último de los profetas. Juan, no tenía como nosotros ahora, un cuadro completo del propósito final de la venida de JESÚS a la tierra. Nada sabía Juan, que el secreto de Su venida era y es para establecer una nueva relación con el ser humano pecador. 

 

DIOS había llegado en JESÚS a transformar al mundo, no por medios violentos, sino por medio del amor. El reino de DIOS había llegado. En este mundo los hombres son grandes por sus posesiones y poder, pero en este reino cuyo fundador es JESÚS, las distinciones se miden por otra regla: “Sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él” (Lucas 11b).

 

Todos los que llegamos después de Juan el Bautista, y por aceptar el regalo de la vida eterna en JESÚS en Su muerte en la cruz del Calvario, somos por así, decirlo, más grandes que los que alcanzaron misericordia solamente por la promesa. Podemos decir como el otro que dudaba el Apóstol Tomás, al contemplar a JESÚS, resucitado de la muerte: “¡Señor y Dios mío!” … “Jesús le dijo: porque me has visto, Tomás, creíste: bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:28,29 RV60).

 

Vivimos momentos críticos, Satanás y sus demonios andan sueltos en medio de las naciones; pero a la pregunta de Juan el Bautista, puedo responder, como testigo que soy de Su poderosa acción en mi vida y en la vida de millones de obreros en esta tierra: ¡Fuera Satanás! ¡JESÚS se mueve en medio de Su pueblo, pronto regresará y reinaremos con Él, ¡por Él y para Él!, podemos decir como el Apóstol:

“Pues todas las cosas provienen de él y existen por su poder y son para su gloria. ¡A él sea toda la gloria por siempre! Amén”. (Romanos 11:36, NTV).
¡Adelante, siempre adelante!

Oración:

PADRE ETERNO:

Cuán hermoso es morar bajo tu protección y guía. Sabemos que Tu Palabra es la verdad, es confiable y segura. Ayúdame a compartir la certeza de la fe, la esperanza y el amor que depositaste en mí, en el nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:

JESÚS y Su obra es la respuesta más segura en las tormentas de la duda.

Interacción:

¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 

¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?

¿Existe alguna lección por aprender?

¿Existe alguna bendición para disfrutar?

¿Existe algún mandamiento para obedecer?

¿Existe algún pecado a evitar?

¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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