jueves, 27 de agosto de 2020

Hoy diré: ¡No al desánimo! (2-2)

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: 1 Reyes 19:1-8
Hoy diré: ¡No al desánimo! (2-2)
Él anduvo por el desierto un día de camino, y vino y se sentó bajo un enebro; pidió morirse y dijo: Basta ya, SEÑOR, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres. 1 Reyes 19:4 (LBLA) 

Hoy diré: ¡No al desánimo! Porque estoy consciente que, el desánimo, la desilusión y la depresión están a las puertas de nuestras vidas en tiempos tan difíciles como los que estamos viviendo. Esto lo podemos entender mejor por medio de una fabula que he escuchado y leído. Resulta que el diablo decidió, cerrar su negocio y vender sus herramientas principalmente a diablos más novatos. Llegó el día de la subasta y vino una gran cantidad de compradores. Había puesto una mesa cubierta por un mantel rojo. Las herramientas eran: envidia, celos, avaricia, lujuria, venganza, resentimiento, odio, entre otras. 

Aparte, al lado de las demás tenía una herramienta plateada. Alguien vino y le preguntó lo que era, y le contestó: “Es una cuña de plata. ¿Se fija cuanto brilla? La utilizo todo el tiempo. Es la mejor herramienta que tengo. Esta separada porque es la más valiosa. Vale más que todas las otras herramientas juntas.” Le preguntaron: “¿Cómo se usa?” Satán respondió: “Es la cuña del desánimo. Por ejemplo, escoge al mejor líder de una iglesia, o de una obra que está marchando bien en contra de nuestro reino, y colocas, la cuña del desánimo en la puerta de su trabajo cristiano, así destruyes su trabajo e influencia. Puedo meter esa cuña en la puerta mientras sigilosamente se meten mis compañeros. Puedo destruir esa vida y lo que hace con mi herramienta número uno: el desánimo.” 

Por supuesto, solamente es una fabula, pero vemos en la Palabra de DIOS, como grandes hombres de reino han caído bajo el desánimo. Tal es el caso de Elías:
Él anduvo por el desierto un día de camino, 
y vino y se sentó bajo un enebro; pidió morirse 
y dijo: Basta ya, SEÑOR, toma mi vida 
porque yo no soy mejor que mis padres.
1 Reyes 19:4 (LBLA) 

Hoy diré: ¡No, al desánimo!  Ciertamente, hoy, confieso que muchas veces, el desánimo ha tocado la puerta de mi vida, pero nunca he permitido que el desánimo, se anidara en mi corazón y me postrara. He comprendido en mi largo vivir, que tal estado de ánimo podría quizás explicarse, y aún tolerarse, considerando las vicisitudes y las penurias por las cuales los seres humanos pasamos, pero también he descubierto que en muchos casos se trata simplemente de debilidad de carácter y del complejo de mártir que poseen. Son personas que, no encaran los problemas normales de la vida con criterios de vencedores. Por el contrario, se dejan vencer por las circunstancias. Aún habiéndoles DIOS provisto desde la cuna muchas bendiciones, que otros no hemos tenido, el pesimismo les llena la vida sin que hagan el menor esfuerzo por librarse de él. Afirmo, más aún, si los observamos bien veremos que tales personas justifican su estado de ánimo y amargura de la vida, echándole la culpa a otros, y de ello no se escapa, ni el mismo DIOS. Así que con mucho gozo digo mi resolución de vida: Hoy diré, ¡no al desánimo!

Hoy diré: ¡No al desánimo! De hecho, hoy abro la puerta y las ventanas de mi vida de par en par quiero que el sol entre a raudales, porque la luz siempre hace huir a las tinieblas. Quiero que la luz del SEÑOR haga el milagro de vestir de gloria, amor, fe y esperanza hasta el rincón más oscuro de mi ser. ¡JESÚS es mi Luz y mi Salvación! ¡Me llenaré de DIOS a través de Su Palabra y la oración, y seré “mas que vencedor”! Me acercaré a las rosas de mi jardín para verlas mejor y olerlas y palparlas por los lados sin espinas. Me inclinaré para ver la simetría y belleza de sus pétalos, y nuevamente diré: ¡DIOS es real! ¡Quien hizo esto, cuidará también de mí!

Hoy diré: ¡No, al desánimo! Como en la vida cristiana el “dar es mejor que recibir” ¡Hoy salgo con la ayuda de DIOS, a darme a los demás, sin quejas, sin lamentos y sin retiradas!  ¡Hoy salgo con la ayuda de DIOS a triunfar en donde los desanimados, han fracasado! 

Hoy diré: ¡No, al desánimo!

¡Adelante, siempre adelante!

Oración:
PADRE ETERNO
Hoy me rindo a ti SEÑOR, abro la puerta de mi espíritu para que tu Espíritu Santo, me llene completamente.¡Lanzo la cuña del desánimo hasta el fondo del mar! Hoy como el Apóstol, aprendo a contentarme cualquiera sea mi situación. Aprenderé a vivir en estrechez porque tengo abundancia de ti. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Cuando solo nos queda DIOS, no tenemos más nada que buscar para ser optimistas.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra? 
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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