lunes, 30 de septiembre de 2019

¿Qué hace la Biblia?

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Salmo 119:25-32
Estoy tirado en el polvo; revíveme con tu palabra. Salmo 119:25 (NTV)

¿Es acaso la Biblia una simple colección de mitos y leyendas, o es la Palabra inspirada de DIOS? ¿Es un amuleto que nos cuida la casa, abriéndola en un Salmo? No. La bendita Palabra de DIOS, nos ha demostrado ser la Palabra de DIOS. En efecto, la Biblia se ha enfrentando con éxito tanto a la falsa crítica científica como a la especulación metafísica y la superstición. Los estudiosos de las religiones del pasado y del presente han intentado desacreditar la Biblia, ¡pero tanto los hechos históricos como los descubrimientos de la moderna arqueología confirman que su contenido es verídico!

¿Qué hace la Biblia? La enfermera vino al servicio de fotografía del Instituto de Anatomía Patológica del Hospital Vargas de Caracas, en donde yo trabajaba como fotógrafo clínico, sin duda, ella me había visto andar en mis tiempos libres por las salas de los enfermos del hospital, llevando la Buena Noticia de salvación, alentando a los enfermos, y por sobre todo, leyéndoles la Biblia -así que pareció extraño que la enfermera llegara-, puesto que ella no había visto con agrado mis visitas a su sala, y tiempo atrás, me había hecho saber su opinión: “Si algún día, uno de mis enfermos buscara ayuda espiritual, yo no te llamaría a ti, sino a un sacerdote de mi religión”, pero ahora, estaba frente a mí. No perdió tiempo para hablarme, “Aular, en nuestra sala está un hombre entre la vida y la muerte, no puede hablar pero con sus ojos desesperados, en cuanto sale del coma, pareciera que pide auxilio. Yo le he puesto medallas, le he traído a un sacerdote de la parroquia, pero no encuentra alivio, ¿pudieras venir?”. Pedí permiso al director de mi departamento, y corrí a la sala. En efecto, el hombre estaba sumido en un sueño letal, pero no moría. Al llegar a la cama del enfermo, pedí a la enfermera y a la familia del hombre cerrar las cortinas que rodeada el lecho, y eso hicieron. Empecé a leer la Biblia en aquellos pasajes hermosos como Romanos 8:28-39; tomé la mano del enfermo, me incliné y le hablé en voz baja: “José, si me oyes, aprieta mi mano, y repite conmigo la oración”, yo cerré mis ojos para orar, y en un momento que oraba, sentí levemente la presión de su mano en mi mano…, entonces, escuché de uno de los familiares, y de la  enfermera que estaban allí, con mucha alegría: “¡José está llorando”…, y otra voz dijo: “¡Son lágrimas de gozo!”… Aquella misma tarde, José partió con la paz en las promesas de la Palabra de DIOS. ¡Eso hace la Biblia!: “Estoy tirado en el polvo; revíveme con tu palabra” (Salmo 119:25). “Revivir” significa dar vida, pero no la vida humana solamente, ya que es temporal, sino la vida que viene del cielo, la vida Zoé en griego: “Pues han nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios” (1 Pedro 1:23; NTV). La Biblia es la Palabra viva, y muy poderosa: “Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos” (Hebreos 4:12; NTV), pero, también nos reanima cuando estamos débiles, desanimados y aparentemente derrotados por los problemas normales de esta vida. El despertamiento espiritual del cristiano nacido de nuevo viene cuando nos rendimos a la Palabra de Dios, de igual manera, para mantener la llama viva y el gozo de nuestra salvación, con fe, esperanza y amor.

¿Qué hace la Biblia? Desde luego, la Palabra de Dios hace tantas cosas que no las puedo mencionar todas en un devocional como éste, sin embargo, me detendré en algunas. La Biblia bendice y hace feliz a la persona que le cree y deposita toda su confianza para la salvación en lo que nos dice Dios a través de ella: “Felices son los íntegros, los que siguen las enseñanzas del Señor. Felices son los que obedecen sus leyes    y lo buscan con todo el corazón.” (vv.1,2). La Palabra nos fortalece, al saber que aun en medio de grandes necesidades en esta vida presente, el Señor nos enseñara a vivir para Él, y ser felices con lo que Él nos da porque: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13); DIOS nos salva con un propósito y nos sostiene con su poder: “Pero ahora, oh Jacob, escucha al Señor, quien te creó.   Oh Israel, el que te formó dice: «No tengas miedo, porque he pagado tu rescate; te he llamado por tu nombre; eres mío. Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión,  no te quemarás; las llamas no te consumirán. Pues yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador” (Isaías 43:1-3ª; NTV).

Oración cantada:
Santa Biblia para mí
I
Santa Biblia para mí
Eres un tesoro aquí;
Tú contienes con verdad
La divina voluntad;
Tú me dices lo que soy,
De quién vine y a quién voy.
 II
Tú reprendes mi dudar;
Tú me exhortas sin cesar;
Eres faro que a mi pie,
Lo conduce por la fe
A las fuentes del amor
Del bendito Salvador.
III
Eres infalible voz
Del Espíritu de Dios,
Que vigor al alma da
Cuando en aflicción está;
Tú me enseñas a triunfar
De la muerte y el pecar.
 IV
Por tu santa letra sé
Que con Cristo reinaré;
Yo, que tan indigno soy,
Por tu luz al cielo voy;
¡Santa Biblia! para mí
Eres un tesoro aquí.
John Burton (1773-1820). Tr.,Pedro Castro
HB#126CBP,1994
Perla de hoy:
¡Necesitamos conocer la Biblia porque va a afectar nuestra vida aquí y más allá!
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

domingo, 29 de septiembre de 2019

¡Volvamos a la Biblia!


Francisco Aular        
faular@hotmail.com
Lectura devocional: 2 Crónicas 7:12-22        
Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 2 Crónicas 7:14 (RV60)

“Dios creó los cielos y la tierra a través de Su Palabra. Dios lleva y guía a Su iglesia a través de Su Palabra. Dios obra, opera y bendice por Su palabra. Bienaventurado aquel que oye, aquel que entiende, aquel que VIVE por esta Palabra”. _Leonard Ravenhill

¿Cuándo debemos volver a la Biblia?

¡No hace falta volver a la Biblia cuando no podemos responder sinceramente a las preguntas: ¿Qué hace que mi vida tenga un propósito para vivir? ¿Tengo la vida eterna “vida zoé” a través de JESUCRISTO? ¿Tengo la libertad, la verdad, la fe, el amor y la esperanza viviendo en mí? ¿Hemos perdonado a todos los que nos han ofendido? ¿Existe alguna malicia en nuestro corazón, rencor, odio o enemistad en nuestros corazones? ¿Vivimos en competencia con otros, alimentamos resentimientos, y hemos rehusado reconciliarnos?

¡Necesitamos volver a la Biblia! Cuando: ¿Nos ponemos coléricos facilmente? ¿Nos exaltamos por dentro? ¿Acaso damos ocasión a la ira por considerar que se nos ha ofendido? ¿Hay sentimientos de celos? Cuando se prefiere a otro antes que a nosotros, ¿nos invade la envidia? ¿Tenemos celos de aquellos que pueden orar, hablar, y hacer las cosas mejor que nosotros? ¿Nos volvemos impacientes e irritables con los demás? ¿Acaso hay pequeñas cosas que nos abruman y enojan?  ¿O somos dulces, calmados, inconmoviblemente positivos bajo todas las circunstancias? ¿Se nos ofende fácilmente? Cuando la gente no se da cuenta de nuestra presencia y nos esquiva sin dirigirse a nosotros, ¿nos duele? Si se atiende a los demás y a nosotros se nos deja de lado. ¿Cómo nos sentimos?

¡Necestiamos vover a la Biblia! Cuando: ¿Existe orgullo en nuestros corazones? ¿Nos vanagloriamos de nosotros mismos? ¿Sentimos que sin nosotros, ese ministerio, esa área o nuestra iglesia no podrá seguir bien? ¿Pensamos que todos los demás están equivocados y solo nosotros tenemos la razón? ¿Hemos sido deshonestos? ¿Son nuestros negocios tan limpios que pudiémos emplear al mismo SEÑOR JESUCRISTO? ¿Están nuestros negocios abiertos y limpios para enfrentar cualquier sensura? ¿Damos un metro por un metro? ¿Un litro por un litro y un kilo por un kilo? ¿Hemos estado murmurando de otras personas? ¿Calumniamos el carácter de otros? ¿Somos chismosos y entrometidos en la vida privada de las otras personas? ¿Criticamos sin amor, duramente, severamente? ¿Estamos siempre hallando fallos y buscando las equivocaciones de las demás personas?

¡Volvamos a la Biblia! Cuando: ¿Le robamos a Dios? ¿Le robamos el tiempo que le pertenece a El? ¿Hemos retenido nuestros diezmos y ofrendas? ¿Enfatizamos tanto el amor de Dios que nos olvidamos de Su justicia? ¿Somos mundanos en nuestra manera de vivir? ¿Nos gusta el brillo, la pompa y la gloria de esta vida? ¿Existe una diferencia entre el vivir de nuestros amigos mundanos y nosotros? ¿Hemos robado? Tomamos cosas pequeñas que no son nuestras?

¡Vovamos a la Biblia! Cuando: ¿Anidamos en nostros un espíritu y raíz de amargura hacia otros? ¿Existe odio en nuestro corazón?¿Están nuestras vidas llenas de ligerezas y frivolidad? ¿Es nuestra conducta tan indecoraza que consideraría el mundo que estamos de su lado?¿Hemos dañado a alguien y no hemos hecho restitución? ¿O como Zaqueo tenemos disposición de restaurar todas las cosas que Dios nos ha mostrado?

¡Volvamos a la Biblia! Cuando ¿Vivimos preocupados y ansiosos? ¿Dejamos de confiar en Dios en cuanto a nuestras necesidades temporales y espirituales? ¿Estamos continuamente sufriendo penalidades sin haber llegado a ellas? ¿Somos culpables de inmoralidad? ¿Dejamos que nuestra mente aniden imaginaciones impuras e impías? ¿Somos veraces en nuestras afirmaciones, o exageramos y con ello transmitimos falsas impresiones? ¿Mentimos con facilidad?

¡Volvamos a la Biblia! Cuando: ¿Somos culpables del pecado de incredulidad? A pesar de todo lo que Él ha hecho por nosotros, ¿rehusamos aún creer Su Palabra? ¿Murmuramos y nos quejamos fácilmente de todo y de todos? ¿Hemos cometido el pecado de la falta de oración? ¿Somos intercesores? ¿Oramos anhelando entrar al lugar santísimo de nuestra comunión espiritual con el SEÑOR? ¿Cuándo oramos ordenamos, decretamos y mándamos a DIOS como si Él fuera el genio de la lampara de Aladino, o le respetamos Su Soberanía como nuestro SEÑOR y REY?  ¿Hemos permitido que las muchas ocupaciones, los enemigos y los ostáculos desplazan a la oración de nuestras vidas? ¿Estamos leyendo la palabra de Dios para ejercitar nuestras almas? ¿Cuántos capítulos leemos cada día? ¿Oímos, leemos, estudiamos, memorizamos, meditamos y aplicamos la Biblia cada día?

¡Volvamos a la Biblia! Cuando: ¿Hemos dejado de testificar acerca de lo que conocemos personalmente del SEÑOR JESUCRISTO? ¿Nos avergonzamos del SEÑOR JESÚS? ¿Cerramos nuestros labios cuando nos vemos rodeados de las personas sin CRISTO? ¿Sentimos una carga por las personas sin CRISTO y tenemos dolor del alma por los que no tienen la esperanza y el gozo de la salvación? ¿Tenemos un amor por los perdidos? ¿Existe una carga especial por la evangelización, el discipulación y la plantación de nuevas iglesias y la discipulación de nuestra nación y el mundo en nuestra generación? ¿Hemos perdido nuestro primer amor y ya no tenemos fervor hacia DIOS, Su Palabra y Su Iglesia? ¿Se hace más fácil criticar que alabar lo que DIOS está haciendo en medio de Su iglesia? ¿Se me hace más fácil vivir sin la iglesia que apoyarla por medio de mi asistencia a los cultos, el apoyo al programa y a sus actividades?

Estas son algunas cosas, tanto negativas como positivas que detienen la obra de DIOS en medio de Su pueblo. Por ello, ¡Humillémos delante de DIOS!: ¡Volvamos a la Biblia!
Oración:
PADRE DEL SEÑOR JESUCRISTO Y DE NOSOTROS:
Aquí estamos humillados bajo tu poderosa mano como tu pueblo que has escogido para ti. Perdónamos el alejamiento de tu Palabra y ayúdanos a ser testimonio tuyo en medio de los tiempos. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
La PALABRA de DIOS tiene como propósito, no meramente informarnos, sino transformarnos.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de Su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

jueves, 26 de septiembre de 2019

¡Hoy mi alma te alaba SEÑOR!

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Salmos 9:1-10
Te alabaré, SEÑOR, con todo mi corazón; contaré de las cosas maravillosas que has hecho. Gracias a ti, estaré lleno de alegría; cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo. Salmos 9:1,2 (NTV).

Oh, Dios eterno, tu misericordia,
Ni una sombra de duda tendrá;
Tu compasión y bondad nunca fallan,
Y por los siglos el mismo serás.
Coro:
¡Oh, tu fidelidad!
¡Oh, tu fidelidad!

Cada momento la veo en mí.

Nada me falta, pues todo provees,

¡Grande, Señor, es tu fidelidad!
Tomas O. Chisholm,1923. HB#230,CBP,1994

Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque eres mi Padre santo y fiel, así me lo enseñó tu amado Hijo JESÚS: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” (Mateo 6:9). Soy tu hijo porque desde antes de la fundación del mundo, me escogiste con un propósito eterno y cuento con tu bendición en “los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3,4); me abriste la puerta de tu casa y me hiciste miembro de tu familia: “Yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa” (Salmo 5:7); ¿qué ha hecho posible tanta bendición y privilegio? No son las virtudes humanas que yo pueda poseer; no han sido tampoco mis buenas acciones que pueda haber hecho; lo que ha abierto la puerta de tu casa para mí ha sido tu misericordia, tu fidelidad, tu gracia y tu amor.

Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque tu fidelidad y no la mía, hace que tu misericordia no tenga ni una sombra de duda. Sabes quién soy, de dónde vine y adónde voy, porque soy creación tuya: “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien” (Salmo 139:13,14; RV60). Yo nací, desperté y allí estabas tú sonriéndome, porque al fin yo había llegado. ¡Ese eres tú, mi amado SEÑOR! Ningún ser humano es un accidente. Tu amor por el ser humano es firme y duradero: “En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados” (1 Juan 4:10; NTV).

Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque tu compasión y bondad nunca fallan y eres inmutable. No cambias nunca. Eres el mismo ayer, hoy y por los siglos de los siglos. Tu amor es firme y continuo y no se ve afectado por mis emociones. Ese amor es la expresión firme de quien eres: “Dios es amor” (1 Juan 4:8; RV60); el amor tuyo hacia mí, no es fruto de un premio a mi buena conducta. Tu amor SEÑOR es sencillamente maravilloso; es lamentable que yo haya sido tan lento para responder a tu gran amor; y más maravillado estoy porque sé que nunca voltearás tu rostro para no verme, porque me amas y más que yo a ti; nunca me podré esconder de tu amor: “Oh SEÑOR, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos aun cuando me encuentro lejos. Me ves cuando viajo y cuando descanso en casa. Sabes todo lo que hago. Sabes lo que voy a decir,  incluso, antes de que lo diga, SEÑOR. Vas delante y detrás de mí.  Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza. Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí, ¡es tan elevado que no puedo entenderlo!” (Salmo 139:1-6; NTV).

Hoy mi alma te alaba SEÑOR y reconozco que a pesar de los cambios y de las estaciones del año, y aunque yo mude y cambie mis vestiduras, Tú permaneces fiel. Sin embargo, tú quieres que yo ame como tú amas, que perdone a mis enemigos como tú lo haces, que sea santo como tú eres, que sea un ser humano de paz de la que tú das. ¿Oh SEÑOR, cómo puedo lograr todo ello para tu honra y gloria? Ese amor tuyo puede hacerse realidad en mí, únicamente a través de JESÚS. Ese fue el amor que lo trajo del cielo a la tierra; ese amor lo llevó a la cruz en mi lugar (Juan 3:16).

Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque sé que las puertas del cielo están abiertas. Tú me invita a acercarme y a ser parte de tu familia: “Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19; NTV). JESÚS mismo me lo repite continuamente: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20; RV60). ¡Dios no cambia y es fiel y su invitación es para una acción inmediata! Dejémosle entrar con humildad y arrepentimiento por nuestros pecados a nuestro corazón; haz una sincera oración con tus propias palabras, y en su misericordia y fidelidad, JESÚS te oirá. Él ya pagó el precio para hacerte miembro de su Familia. Los brazos de Dios te esperan. Por todo esto puedo exclamar: ¡Hoy mi alma te alaba SEÑOR!

Oración:
Amado Padre Celestial:
Hoy mi alma te alaba SEÑOR y reconozco que a pesar de los cambios y de las estaciones del año, aunque yo mude y cambie mis vestiduras. Tú permaneces fiel. Ayúdame a proclamar tu amor, tu fe, y tu esperanza en medio de un mundo en crisis. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La adoración es una experiencia del alma, y conforme al plan eterno del SEÑOR, la persona entra en comunión con Dios por medio de JESÚS.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo



miércoles, 25 de septiembre de 2019

Mi tributo a la Biblia en español

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Jeremías 23:25-32
¿No es mi palabra como fuego--declara el SEÑOR--y como martillo que despedaza la roca? Jeremías 23:29 (La Biblia de las Américas)

“Santa Biblia para mí
eres un tesoro aquí;
Tú contienes con verdad
La divina voluntad;
Tú me dices lo que soy,
De quién vine y a quién voy”.
NHP #32, CBP,1955.

Mi tributo a la Biblia es una celebración porque exactamente en hoy, hace 450 años, Casiodoro de Reina (1520-1594), un hombre de una gran cultura intelectual, religiosa y filosófica, fue a toda prisa por las calles de Basilea para tener entre sus manos el fruto de sus esfuerzos, en medio de la gran persecución de parte del Tribunal de la Santa Inquisición. Me imagino a Casiodoro al ver el sagrado libro: Su pulso se acelera a medida que levanta el Libro hacia el cielo y da gracias a Dios por aquel momento. ¡Esa era la primera Biblia completa en español!, el lenguaje del pueblo, y desde ese momento, prácticamente, el idioma religioso, el latín, dejó de ser un impedimento para que cada español pudiera leer la Palabra de Dios en su propio idioma. Lo demás es historia preciosa que contaremos en otro momento.

¿Quién era Casiodoro de Reina? Había sido fraile de la Orden de San Jerónimo en el Monasterio de San Isidoro del Campo (Santiponce, Sevilla)  España. (Estuve allí hace unos años y todavía siento la emoción de aquel momento) Pero volviendo al relato, Casiodro de Reina, conjuntamente con sus correligionarios abrazó la causa protestante, y se dispersaron por varios países del norte de Europa para evitar la cárcel, la tortura y la muerte. No fue fácil para Casioro de Reina huir, llevando entre su equipaje todos sus documentos, y entre ellos, el propósito para el cual DIOS lo había llamado: Traducir la Biblia al español, directamente del latín y de los idiomas en que fue escrita originalmente, hebreo y griego. Ciertamente, aquel hombre había vencido y con él, todos nosotros que somos frutos del Libro de los libros, gracias a él, tenemos la primera versión de la Biblia en español, ¡Dios lo hizo!, porque su Palabra es “fuego y martillo que despedaza la roca”.

Mi tributo a la Biblia  reconoce que al celebrar 450 años de aquella gesta hacia nuestra libertad en CRISTO, todavía “existe un analfabetismo bíblico en algunas de las iglesias evangélicas que es peor que no saber leer y escribir. Se trata del desconocimiento del Mensaje de la Biblia. En América Latina se distribuyen millones de Biblias cada año pero, ¿conocemos los personajes, las historias y el mensaje que DIOS quiere comunicar?” (La Bibliaweb de la Sociedad Bíblicas Unidas). Al pueblo evangélico, a principios del siglo pasado, se le conocía como el “pueblo del Libro”, al respecto, a un biblista de la talla del doctor Luciano Jaramillo, Director de la Sociedad Bíblica Internacional, le escuché decir: “Hoy en día le es más fácil al pueblo evangélico pasar horas cantando y alabando, pero muy poco tiempo en la Palabra de Dios”… ¿Acaso no es cierto que la Biblia ha dejado de ser predicada y estudiada como el poder espiritual que debe sostener nuestra vida individual y la de nuestras congregaciones? ¿Qué hemos hecho con nuestra Escuela Dominical y su énfasis en el estudio de la Palabra de DIOS para toda la familia? ¿Dónde están nuestros estudios bíblicos que las iglesias sostenían una vez a la semana? ¿Es verdad o no es verdad que los individuos convertidos, es decir, los nuevos creyentes que forman nuestras congregaciones locales vienen buscando lo que DIOS les puede dar, “señales, prodigios y milagros”, en vez de esforzarse en el estudio de la Palabra de DIOS como resultado de creerle a Él: “La generación mala y adúltera demanda señal” (Mateo 16:4). La razón por la que JESÚS los llama adúlteros es porque creen más en la palabra de fe, y veneran los milagros y no a DIOS. ¿Qué está ocurriendo? ¿Ha dejado de tener poder la Biblia o estamos escapando de su poder para imponer nuestras “nuevas doctrinas” que hacen un nuevo evangelio? Aquí debemos recordar al Apóstol: “De modo que si alguien viene y les dice que el mensaje de la buena noticia es diferente del que nosotros les hemos anunciado, yo le pido a DIOS que lo castigue, no importa que sea un ángel del cielo o alguno de nosotros” (Gálatas 1:8; LBLA). A todo creyente que anda de iglesia en iglesia buscando alguna nueva revelación pero no el poderoso evangelio que cambia, le recuerdo algo que un siervo de Dios dijo: “Si es un nuevo evangelio, no es bíblico porque la revelación que es necesaria para nuestra salvación fue cerrada hace 2000 años, por tanto, si es bíblico, no es nuevo”…

Mi tributo a la Biblia reconoce con humildad que es la hora de salir de nuestra confusion. En efecto, hoy en día la confusión religiosa es de una magnitud increíble, tenemos congregaciones evangélicas que han dejado la Palabra de DIOS y se han convertido en sectas, pero ni ellos mismos se han dado cuenta…

¿Por qué tanta confusión?... Saludo con el mayor gozo y entusiasmo del que soy capaz, cada aparición de una nueva versión de la Palabra de DIOS, sin embargo, con tantas versiones de la Palabra de DIOS, con tanta facilidad para adquirir un ejemplar de la Biblia, con tanto escuchar “textos sacados de su contexto como pretexto” haciendo malabarismos hermenéuticos para que el versículo diga lo que no dice, ¿no estaremos reduciendo el Libro de DIOS a una obra puramente literaria o a un libro de autoayuda para superación personal que nos lleva al materialismo temporal en vez de a la poderosa Palabra que es “fuego y martillo” y cuyos efectos son eternos?

Mi tributo a la Biblia es una alabanza a su Autor, el cual la usa para conducirnos a la vida eterna y darnos en el camino, fe, esperanza y amor. Todavía la versión Reina-Valera, sigue siendo la reina de las versiones en castellano, y mantiene a través de los siglos, un estilo claro, sencillo y si se quiere sublime, como debió ser esa primera versión en 1569. La llamada Santa Inquisición, no pudo frenarla y por eso, la tuve en mis manos aquel día 11 de abril de 1963, cuando leyéndola entendí la frescura de su mensaje que cautivó mi alma y le dio vida a mi espíritu. ¡Bendita Palabra viva y actual! ¿Por qué es esto? Porque la Biblia es la Palabra de DIOS pura, divinamente inspirada desde la primera hasta la última letra, revelada, poderosa, que cambia al ser humano, lo influye e impacta. Porque como lo dijo el profeta hace tres mil años: ¿No es mi palabra como fuego--declara el SEÑOR--y como martillo que despedaza la roca?¡Feliz mes de la Biblia!

Oración:
PADRE ETERNO, Autor de la Palabra:
Gracias por dejarnos tu Palabra y por mantenerla viva y eficaz a través de los siglos. ¡Yo creo a ella como te creo a ti! Ella me dice que tú eres el DIOS que dices ser y que puedes hacer lo que dices que puedes hacer; ella afirma que todo lo puedo en CRISTO, y por eso, tu Palabra esta viva y activa en mí. Ayúdame SEÑOR a llevar tu Palabra, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
No tenemos que predicar un nuevo evangelio, sino el Evangelio: CRISTO murió por nuestros pecados, conforme  a las Escrituras.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?

martes, 24 de septiembre de 2019

La Biblia y su poder multiplicador


Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Mateo 13:31-32
Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que LAS AVES DEL CIELO vienen y ANIDAN EN SUS RAMAS. Mateo 13:31,32 (LBLA).

El gran historiador cristiano y catedrático de Yale, K.S. Latourette (1884-1968), dijo: “Los discípulos, como otros hombres y cristianos de todos lo siglos, continuaban siendo humanos. Sin embargo, en ellos hubo un poder, una vida que les vino por medio de Jesús, el cual obraba en transformación moral y espiritual. Aquel poder y aquella vida resultaron contagiosos. El relato de la operación de aquel poder y aquella vida en los siglos siguientes es la historia del Cristianismo”.

Muy de acuerdo con el amado catedrático y hermano en la fe. En consecuencia con esa verdad del poder multiplicador de la Palabra del Evangelio, estoy en capacidad de comprobar en mi propia experiencia personal -el poder multiplicador de una Biblia que tuve en mis manos- aquel Jueves Santo, 11 de abril de 1963. Sin duda que algunos de ustedes tendrán otros ejemplos que agregar. Permítanme hacer referencia a mi testimonio. En aquella  ocasión toda mi familia se había marchado a la playa y yo quedé solo en la casa. El Espíritu Santo ya había trabajado en mí. Yo andaba según mi pensar buscando a DIOS, y resulta que ¡DIOS me andaba buscando! Sentí unas ganas de leer, sentado en la azotea con el maravilloso “Parque nacional el Ávila”, la montaña que rodea el norte de Caracas, enfrente de mí. Entonces, recordé a mi primo Miguel, unos años atrás, cuando llegó con una Biblia, y bromeando, nos dijo: “¡Miren un loco evangélico de mi equipo de trabajo, me regaló y dedicó esta Biblia!”… Y diciendo esas palabras, puso la Biblia en el estante de una pequeña biblioteca, que teníamos. Bajé las escaleras y busque la Biblia, allí estaba. Tengo la absoluta seguridad que el Espíritu Santo, me llevó también al Evangelio de San Juan. Lo leí de un solo tirón. Después, poco a poco. Así llegué al capitulo 17, en dondé JESÚS, ora por Sus discípulos. Me detuve en el versículo 20 al leer: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos”. (Juan 17:20,RV60). Sin duda bajo la iluminación que el SEÑOR en Su gracia, poder y fe nos da para creer y depositar toda nuestra confianza en JESUCRISTO para hacerlo, SEÑOR de nuestras vidas: “…que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. (Romanos 10:9,RV60). En esa hora,  me arrepentí de mis pecados y le pedí a JESÚS que fuera el SEÑOR de mi vida. Esa decisión cambió mi vida desde aquel día. ¡No podía creer lo que ese versículo de Juan 17:20, me dijo y que me lo recuerda todos los días: ¡JESÚS oró por mí! En efecto,  al orar JESÚS, por Sus discípulos, también oró por mí! ¡Soy fruto del maravilloso plan de DIOS, y el poder multiplicador de Su Palabra!

Desde aquel momento de mi experiencia con DIOS, mi vida dio un giro increíble que incluyó buscar una iglesia local para congregarme. Por todas partes, anduve testificando del SEÑOR, y nuevas personas se añadieron al Reino, hasta el día de hoy… Debo decir que un año después de convertido, hice otra decisión importante ante el llamado de DIOS a servirle, en la primera línea de combate y servicio en Su Reino como uno de Sus obreros. Pensé que si la lectura de aquella Biblia me había hecho tanto bien ese mismo efecto hará en otros. Desde entonces he estado compartiendo mi fe por medio de Su Palabra sembrada en mi corazón “semejante a un grano de mostaza”. ¡DIOS ha permitido que en 56 años de aquella experiencia al compartir mi testimonio y dedicado a compartir la Palabra, he visto crecer al Reino y puedo también decir que la semilla nació, creció y se multiplicó hasta convertirse en un árbol de la gracia de Dios, de tal manera, “que LAS AVES DEL CIELO vienen y ANIDAN EN SUS RAMAS”. Pero añado con el Apóstol y puedo decir, con toda humildad: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”. (1 Corintios 15:10,RV60).

Indiscutiblemente, han pasado 56 años desde aquella ocasión de mi encuentro con la Palabra de Dios. ¡Todo comenzó con una Biblia ajena que DIOS puso en mi mano! ¡Allí está el poder multiplicador de la Biblia! Misteriosamente para mí, aquella Biblia que fue un regalo para alguien que lamentablemente, no la leyó, ni la creyó. En la economía divina, no era para él, sino para mí. Porque lo creo y lo predico: “para que todo aquel que el cree, no se pierda; más tenga vida eterna”. (Juan 3:16b). DIOS nos ofrece el cielo como un regalo a través de JESÚS, aceptarlo o rechazarlo, es nuestra responsabilidad. ¡Uno no se pierde porque DIOS quiere, sino porque uno quiere! ¡Si crees tu también podrás ver a la Biblia y su poder multiplicador!

Oración:
Amado PADRE ETERNO:
Soy testigo de primera mano de lo que tu Palabra puede hacer en un terreno fértil. Ayúdame a seguir extendiendo tu Reino con todo el poder multiplicador de tu Palabra, en el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La Biblia es el mejor regalo que podamos dar y recibir.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?