lunes, 27 de agosto de 2018

Convertido por “casualidad”

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Lucas 19:1-10
Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Lucas 19.9

“Me convertí al Evangelio por “casualidad”,-afirmó aquel líder de la juventud delante de la Asamblea Anual de nuestra Convención-Todos clavamos en él la mirada esperando una ampliación de lo dicho. No se hizo esperar y continuó: “Sucedió que yo estaba en la parada del autobús, a la salida de la universidad en dónde estudiaba y vi llegar a tres jóvenes que andaban compartiendo su fe en Cristo. Los evangelizadores habían contactado a una joven y le estaban explicando el plan de la salvación. La curiosidad pudo más que yo, y me acerqué a una distancia en donde podía oírlos, sin que ellos se percataran de mi presencia. Escuché la explicación, y me dije, esto es lo que yo he andado buscando. Uno de los evangelizadores le pregunto a la joven que estaban evangelizado, si quería aceptar el regalo de la vida eterna en JESÚS, y ella dijo que sí. Le pidieron que repitiera una oración, y sin que ellos supieran, yo oré también. Invitaron a la joven a verse al siguiente día, y estuvieron de acuerdo que sería allí mismo y a la misma hora para comenzar con ella un material de estudio de crecimiento cristiano. Todos se marcharon felices y yo, también…” ¡No había nadie sin dar gloria a Dios en aquella reunión de nuestra Convención! Pero el hombre continuó su relato: “Al día siguiente, y a la hora indicada, yo estaba allí. Vi a los jóvenes llegar puntualmente, pero no vi a la muchacha que había hecho su decisión el día anterior, los tres evangelizadores estaban visiblemente tristes. Ya se iban de regreso, cuando me les presenté y les conté mi testimonio, los tres me abrazaron, y me dieron mi primera lección de discipulado inicial con el material discipular “Sigue a Cristo”.

Algo parecido le ocurrió a Zaqueo, el cobrador de impuestos y hombre muy rico, movido tal vez por la conciencia de pecador o por la curiosidad natural, vino a ver a Jesús. Debió de haberse quedado mudo cuando Jesús le dijo: “Zaqueo, date prisa desciende porque hoy es necesario que pose yo en tu casa”, Zaqueo no sólo vio a Jesús, sino que se convirtió en su discípulo también.

Ahora bien, la verdad es esta como lo dijo Albert Einstein: “Dios no juega a los dados con el Universo.” De hecho, mucho menos con la salvación eterna del ser humano: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” (Juan 3:16,17, RV60). Es palpable que una poderosa Causalidad, y no, “casualidad”, está detrás de nuestro testimonio de salvación: DIOS.

En conclusión, debemos entender que la salvación no es algo, sino Alguien: ¡JESÚS morando en nosotros!

Oración:
Amado Padre celestial:
¡Gracias por tu Santa Palabra, la Biblia! La Biblia es el tesoro perfecto que nos has dejado para nuestra salvación, la verdad sin mezcla y errores. Ella “me dice quien soy, de quien vine y a quien voy”. Soy un testigo de lo que tu Palabra ha hecho en mí, ayúdame a predicarla y aplicarla, sin mirar atrás. Tu Palabra no volverá vacía. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Dígale al Señor que usted quiere ser un discípulo dispuesto y disponible para Él, todo el tiempo y Dios le usará para alcanzar para CRISTO, “a todo aquel” que  le oiga y se convierta de las tinieblas a Su luz. ¡Adelante, siempre adelante!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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