lunes, 9 de julio de 2018

¡Volvamos a la esencia!

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Colosenses 3:5-17      
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Colosenses 3:16…Cantaré con el espíritu, más cantaré también con el entendimiento” 1 Corintios 14:15 ¡RV60)

En esta Perla de hoy, uso el vocablo esencia en una de sus definiciones del RAE: “Aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ella.”

Verá. Hoy me estaba preparando para una visita pastoral, me gusta llevar conmigo algunos himnos y cantarlos con mis anfitriones, y miren lo que encontré; no sé cuando ni donde lo escribí, pero todavía es actual. En realidad los que creímos al Evangelio y nacimos de nuevo, hace más de 50 años, extrañamos nuestros himnos que cantábamos en las iglesias de entonces... Aunque no soy músico, sé apreciar nuestra bella e inolvidable himnología tradicional. Estos himnos son la esencia de nuestra fe. Bien harían a nuestra fe -sobre todo los más ancianos en el camino del SEÑOR- que los encargados de la adoración, nos dieran menos novedad y más himnos. Esto no quiere decir, que desprecie a los cánticos modernos, algunos de ellos, serán los himnos del mañana. Es un asunto de mantener un balance y ¡volvamos a la esencia de vez en cuando!

Tenemos la bendición de tener en la membresía de nuestra iglesia, al maestro de música cubana Roberto Linares Brown, canta autor y arreglista para grandes artistas de la salsa. Roberto es un discípulo de nuestro hijo Frank Marcos.

¡Gracias al SEÑOR! Roberto vino a CRISTO hace unos 13 años, y él vive agradecido a Dios todos los días por esa bendición que lo transformó en un nuevo hombre.  Hace un tiempo atrás,  nos fuimos al templo para ensayar algunos de los himnos amados de ayer, hoy y siempre. Músico completo como lo es Roberto, le entoné algunos de los himnos, y él casi simultáneamente los iba tocando en el piano. Usamos los himnarios: El Nuevo Himnario Popular –hoy ni nuevo ni popular- y el Himnario Bautista. Como ha ocurrida por generaciones, la música pero también las letras tocaron nuestros corazones, entonces Roberto exclamó: “¡Pastor estos himnos, son la esencia de todo lo que hagamos los músicos hoy en día!”...De allí que podemos decir: ¡Volvamos a la esencia!

Cuando usted canta además del sentimiento, lo hace también con “el entendimiento”, usted notará que en sus letras hay doctrina y desafío a vivir para la gloria del Señor, desde el principio de la fe, el proceso de madurez y preparando para el fina de nuestra jornada en la tierra. Esos himnos surgieron en medio de tiempo difíciles y nos ayudaron a ser quienes somos. Sin embargo, estoy abierto al aporte contemporáneo. Sin más, allá va...

Nada me habla tan bien y tan claro a mi espíritu como los himnos que me mantuvieron: “Firmes y Adelante”, porque cuando llegué por primera vez a la entonces, Misión Bautista Emanuel de Chacaíto en Caracas, los hermanos dijeron: “Pecador Ven a Cristo Jesús” y yo respondí: “Tal Como Soy”, “Salvador a Ti me rindo”. Esa noche me integré a la iglesia. Mientras iba en el autobús de regreso a mi casa, gritaba dentro de mí: ¡“Día feliz”, “Alcancé Salvación!”, “Maravillosa Gracia”. “Cuán grande es Él”… Les confieso que sentía: “La Gloria de Cristo”.  

También aprendí mis primeras lecciones de discipulado entonando: “Santa Biblia para mí” y te extrañará quizás oír esto pero a medida que pasaba el tiempo, podía ver lo que Dios había hecho en mi vida y decía a todos: Ahora tengo “Vida abundante”, “Cuán glorioso es el cambio operado en mi ser”, ¡qué doctrina!; uno de los hermanos más experimentados en medio de mis problemas como recién convertido, me enseñó a decir: “Maestro se encrespan las aguas”, “Oh Que Amigos No es Cristo”, “A solas al huerto yo voy”… y, “Su gracia es mayor”. Debo confesar que yo era un joven y el mundo, el demonio y la carne estaban delante de mí con sus ofertas placenteras, pero yo le respondí: “Prefiero a Cristo” y “Dejo el mundo y sigo a Cristo”, “El oro y la plata no me han redimido”… y allí sigo hasta hoy.

Un año después de convertido, entendí y sentí el llamado para servir al SEÑOR a tiempo completo, al darme cuenta que “Cristo está buscando obreros hoy”, y “Ama a tus prójimos”, “El Rey ya viene”… entonces, acepté el desafío porque “Si Cristo conmigo va”, “Yo iré de la tierra hasta el fin” y “Sembraré la simiente preciosa”… La verdad es que tengo más de cinco décadas que, “Jesús es mi Rey soberano”,  y por ello, “¿Cómo podré estar triste?”. Como si fuera un nuevo convertido, hoy le dije, nuevamente: Señor, “Usa mi vida”. Por sobre todo, “Castillo fuerte es nuestro Dios”; paso mi vida feliz “Porque Él vive”, “Ya tengo la victoria”, he aprendido a vivir “Día en Día”, tengo la bendita seguridad de que “Escogido fui de Dios en el Amado” por eso le digo al Señor, “Yo te sirvo”, y “Grande gozo hay en mi alma hoy”, y descanso en el hecho de que “Más allá del Sol”, “Hallé un buen Amigo”, y sé que cuando: “Allá se pase lista” y “Cuando mis luchas terminen aquí”, y vea al Señor “Cara a cara”…“Cerca más cerca”…yo podré reconocerle, gritaré a todo pulmón: “Grande es Tu fidelidad”,  ahora sí y para siempre: “¡Te exaltaré mi Dios, mi Rey”.

Termino diciendo que por encima de los distintos criterios que tengamos frente a la adoración, es admirable que, “Cantar nos gusta unidos”, y exhorto: “Amémonos de corazón” porque “La vida se va como el viento”.

Bueno, mis amados es todo por hoy, “Nos veremos en el río”  ¡Ah!, se me olvidaba, contarles que “Anoche tuve un sueño” “Soñé que el gran día del juicio”… Por lo tanto, no se preocupen algún día sobre las cenizas de este mundo “Habrá paz en el valle”…“Yo solo espero ese día”. “Cuán gloriosa será mañana”… ¡Volvamos a la esencia!
Oración:
Padre Eterno:
¡Gracias por tus salmistas a través de los tiempos! ¡Gracias por ponerme en un pueblo que le gusta adorarte de todas las formas posibles! ¡Gracias por nuestros músicos de ayer, hoy y de siempre! ¡Cuántas veces SEÑOR postrado delante de ti, te he adorado, cantado los himnos y otros cánticos y con mis lágrimas! ¡Ayúdame SEÑOR a cantarte y adorarte en espíritu y en verdad y ayudar a otros a hacerlo. En el nombre de JESÚS. Amén!
Perla de hoy:
Por encima de los distintos criterios que tengamos frente a la adoración, es admirable que, “Cantar nos gusta unidos”, y exhorto: “Amémonos de corazón” porque “La vida se va como el viento”.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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