lunes, 23 de noviembre de 2015

¿Por qué amo la Biblia? (3)

Francisco Aular
Lectura devocional: Juan 5:31-47
Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor! Juan 5:39 (NVI)

¿Por qué amo la Biblia? Porque la Palabra de Dios es poder transformador. En efecto, hace unos cuantos años efectuamos un servicio de bautismos en nuestra iglesia, entre el grupo que aquella mañana daba testimonio de su fe en JESÚS, por medio del bautismo se encontraba una joven universitaria que había sido musulmana. La joven pasó al micrófono, y dijo: “Siendo muy joven me acerqué a mis amigos musulmanes, y ellos me fueron llevando poco a poco a su doctrina… El líder de la mezquita me dio doctrina con su libro sagrado. Lo estudié a fondo, participé de todos los ritos que le son permitidos a la mujer, sin embargo, con todas esas prácticas religiosas, yo no tenía paz en mi alma. Durante esa intranquilidad que yo tenía, llegó a la universidad una profesora que todos los días traía a la clase  un ejemplar de la Biblia y lo colocaba en su mesa de trabajo. Un día me acerqué, y le pregunté, ¿quién es JESÚS? En seguida ella me dijo, tomando la Biblia en sus manos, ¡todo este libro habla de JESÚS!, te lo regalo. Se lo agradecí, y a escondidas de mis otras correligionarias, guardé la Biblia. Esa noche, literalmente, me bebí el sagrado Libro, especialmente los Evangelios; ya en la madrugada me topé con el versículo de Juan que dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda más tenga vida eterna” (Juan 3:16). Obedecí al Señor y aquí estoy”. La joven finalizó su intervención diciendo: “Tanto tiempo leyendo el libro sagrado de los musulmanes, y solo conseguía temor y angustia, pero al entender este solo versículo de la Biblia, y en consecuencia, arrepentirme de mis pecados, sentí el perdón de Dios, y con ello, una paz que nunca había encontrado…”. ¡Alabado sea el Señor por el poder de su Palabra!
¿Por qué amo la Biblia? Encontramos en el Salmo 119 lo que la Biblia es capaz de hacer. En efecto, en la Palabra de Dios encontramos la verdadera felicidad, vemos en el Salmo 119: “Felices son los íntegros, los que siguen las enseñanzas del SEÑOR. Felices son los que obedecen sus leyes y lo buscan con todo el corazón” (vv. 1,2); por la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo, encontramos, la vida eterna: “Estoy tirado en el polvo; revíveme con tu palabra” (v.25); la Biblia, me fortalece, me entusiasma: “Lloro con tristeza; aliéntame con tu palabra” (v.28); por la Biblia soy verdaderamente libre: “Caminaré en libertad, porque me he dedicado a tus mandamientos” (v.45); la Biblia me da la verdadera sabiduría, la sabiduría pura y espiritual: “Creo en tus mandatos; ahora enséñame el buen juicio y dame conocimiento” (v.66); la Biblia me da amigos verdaderos: “Soy amigo de todo el que te teme, de todo el que obedece tus mandamientos” (v.63); la Biblia me consuela en mis pruebas y luchas: “Tu promesa renueva mis fuerzas; me consuela en todas mis dificultades” (v.50); la Biblia nos guía, nos dirige: “Guía mis pasos conforme a tu palabra,  para que no me domine el mal” (v.133). ¡Esto y muchísimo más hace por nosotros el Libro de los libros! Con razón, recién convertida, la hermana Felipa de Lávinz, encargada de la librería de nuestra pequeña congregación, me hacía repetir este lema: “Lee la Biblia para ser sabio, cree en ella para ser salvo y practícala para ser santo”. Ciertamente, ¡la Biblia está viva y activa en mí!  
Concluyo diciendo: ¡Amo la Biblia, porque todos sus 66 libros proclaman la historia de la salvación del ser humano, y en esa historia el centro es JESÚS! En efecto, por las páginas doradas de las Sagradas Escrituras, más de trecientas profecías del Antiguo Testamento convergen en nuestro Salvador y Señor, ese fue el desafío que JESÚS le planteó a los judíos de Sus días y los nuestros: “Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor!” (Juan 5:39, NVI). ¡Alabado sea el Eterno! Por eso amo la Biblia.
Oración:
Amado Señor:
¡Cuánto amo yo tu Libro! ¡Tú me hablas a través de tu Palabra! Ella es luz en mi sendero. Es mi consejera fiel. Es mi mapa para encontrarte a ti y tu santa voluntad. Señor, que de mí se lleven todo, pero que me dejen tu Libro como mi única y suficiente compañía. Ayúdame Señor a proclamarla en medio de los tiempos difíciles en los cuales vivimos. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La Biblia hace en un segundo lo que a la sabiduría humana le es imposible: Produce seres humanos nacidos de nuevo para iluminar un mundo en tinieblas.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

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