martes, 3 de noviembre de 2015

Más allá de la crisis actual

Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional: Mateo 6:25-34
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mateo 6:25 (RV60)

Viendo la actitud del liderazgo de algunas empresas estadounidenses, en su amor desmedido por las riquezas, el poder y el lujo,  el presidente de los Estados Unidos Barak Obama, describe este comportamiento en términos como: “codicia desenfrenada” “es el colmo de la irresponsabilidad. Es vergonzoso”. Al mismo tiempo, exigió al sector privado -al cual, el mismo Obama les ha extendido la mano desde el sector oficial-: “moderación, disciplina y sentido de responsabilidad”… En realidad, nuestro mundo sería muy diferente si pudiéramos practicar la sencilla declaración de JESÚS, en Su famoso Sermón del Monte: No os afanéis por vuestra vida”.
En realidad, ninguno de nosotros está exento de perder el verdadero sentido de nuestro andar en este mundo. Por lo tanto, la advertencia de JESÚS es siempre actual: “el afán de este siglo y el engaño de las riquezas” (Mateo 13:22), y las codicias por otras cosas ahogarán la vida de Dios en nosotros. Uno debiera entender que nuestro breve paso por este mundo, nos exige mantener la sencillez, y la humildad con que un día, saldremos de él. No es así. Nunca nos veremos libres de las codicias y centrarnos en Dios y Su Palabra a menos que permitamos al Espíritu Santo que nos ayude para lograrlo.
JESÚS, mismo modeló para nosotros una vida centrada en Dios, y no en las “cosas de este mundo”; los apóstoles vivieron y murieron “mirando las cosas de arriba” y no las de la tierra. Por ello, Pablo frente a su crisis financiera, dijo: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:11-13, RV60) ¡El contentamiento frente a cualquier situación que la vida nos presente es una conducta que se aprende!
¿Qué nos estará enseñando Dios en esta crisis financiera mundial? ¿Seremos humildes para aprender? ¿Cuál será nuestra actitud frente a esta situación? ¿Negarla? Es estoicismo. ¿Enfrentarla en el poder de Dios, y descansar únicamente en Él? Es cristianismo.
Por otra parte: “¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” Aquí está la sencilla conclusión de JESÚS: “¡Dios les dio la vida, Dios se las sostendrá!” Ahora bien, he vivido ya bastante tiempo para saber que el don más grande que tenemos es el don de esta vida humana, la cual es: temporal, frágil y breve. Esta vida se nos ha dado con la finalidad de que encontremos la vida eterna, la vida que es para siempre en JESÚS, es más Él es la vida eterna: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6, RV60). El encontrar esta vida eterna por medio del nuevo nacimiento es la puerta del entrada al reino de Dios, y esto debe ser prioritario: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33, RV60).
Ciertamente nuestra vida física es breve. No viviremos ni un minuto más ni un minuto menos, el día que nos corresponda salir de aquí. Quien nos dio la vida temporal, también nos la quitará: “¡Miren ahora, yo mismo soy Dios! ¡No hay otro dios aparte de mí! Yo soy el que mata y el que da vida, soy el que hiere y el que sana. ¡Nadie puede ser librado de mi mano poderosa!” (Deuteronomio 32:39, NTV). ¡En tal Dios confiamos!
Mi reflexión final: Si de todos modos sea que me afane o no, voy por este mundo de paso, en mi caso, resuelvo vivir para la honra y gloria de Dios, feliz con lo que Él en Su gracia me ha dado; soy optimista a tiempo completo: ¡Viene un fabuloso mañana! Más allá de la crisis actual.
Oración:
Te alabo Padre Celestial, dador de todo cuanto soy y tengo. Ayúdame a descansar plenamente en Tu gracia y concentrarme en ti. Oh, amado Dios que yo pueda mostrar la conducta en esta hora, como la de aquellos hombres y mujeres del pasado que alcanzaron a sus generaciones, diciendo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
La fe brilla con mayor fulgor y la fortaleza de Dios se aprecia mejor en medio de las crisis de la vida.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún nuevo pensamiento para llevarlo conmigo

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