miércoles, 15 de febrero de 2012

Amor sin límites (1)

Francisco Aular

Sólo el amor vive para siempre. Llegará el día en que ya nadie hable de parte de Dios, ni se hable en idiomas extraños, ni sea necesario conocer los planes secretos de Dios. 1 Corintios 13:8 (La Biblia en lenguaje actual)
“Sólo el amor vive para siempre”, ciertamente, el amor de Dios obrando en la mente, las emociones y la voluntad del cristiano, nunca se extinguirá. Salomón nos dice que los seres humanos podemos llegar a poseer este amor incondicional, es decir, amor entre un hombre y una mujer: Grábame como un sello sobre tu corazón; llévame como una marca sobre tu brazo. Fuerte es el amor, como la muerte, y tenaz la pasión, como el sepulcro.  Como llama divina es el fuego ardiente del amor. Ni las muchas aguas pueden apagarlo, ni los ríos pueden extinguirlo. Si alguien ofreciera todas sus riquezas a cambio del amor, sólo conseguiría el desprecio” (Cantar de los cantares 8:6,7. NVI). ¡Uno se queda sin aliento ante un poema así!
También la Biblia nos habla de esta clase de amor a nivel de la amistad, de la familia, y lo más insólito, entre, ¡una nuera y una suegra!  Un ejemplo de esta clase de amor, lo vemos en la historia conmovedora de Noemí y su nuera Rut, ambas quedaron viudas en Moab, el país de la hermosa Rut. Muerto el hijo de Noemí – el esposo de Rut-, ya nada las une, excepto el amor de Rut por su suegra. Precisamente, vemos que las dos mujeres mantenían sus lazos relacionales, y por allí, corrió el amor incondicional entre ellas. El amor sin límites. El amor de Dios obrando en el corazón de los seres humanos.  Noemí está amargada., y con esa actitud quiere regresar a su tierra.
Suegra y nuera llegan al vértice de una gran decisión: separarse, pero el amor incondicional de Rut la moabita, por su suegra la judía, pudo más: “Pero Rut respondió: — ¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! Porque iré adonde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Moriré donde tú mueras, y allí seré sepultada. ¡Que me castigue el Señor con toda severidad si me separa de ti algo que no sea la muerte!” (Rut 1:16,17). Como toda decisión que hacemos bajo la voluntad de Dios, Rut, al tomar su decisión, también decidió su futuro. De esta manera, Rut dio su espalda a su pueblo pagano y a su idolatría, y escogió irse al pueblo que adoraba al verdadero Dios, y debido a esta decisión, aquella moabita gentil se convirtió en la abuela del rey David, y por esa línea, de su descendiente más brillante aún: ¡JESÚS!
Al principio de mi ministerio usaba mucho esta historia en las bodas que realizaba, para decirles a los contrayentes que inicié mi noviazgo con Mary, usando estos versículos para declararle mi amor. La promesa de Rut a su suegra Noemí es un voto del amor que debe unir a una pareja también. A una de esas bodas asistió un querido profesor mío, quien llamándome aparte, me dijo: “Francisco, te sugiero no utilizar esos versículos en las bodas”, él pensaba que yo estaba forzando la “hermenéutica”, es decir, la ciencia de la recta interpretación de la Palabra. “¡Muchas gracias profesor!, le respondí, “pero, me temo que no le voy a hacer caso, porque el amor de Rut es un amor sin límites, como el amor de Dios hacia nosotros, porque ese tipo de amor es para siempre, como también lo enseña el apóstol Pablo en primera a los Corintios para que la iglesia lo viva…”.
Mi admiración por Rut y la historia narrada en los cuatro capítulos del libro me cautivan, al ver la mano de Dios sobre aquellas dos mujeres y cómo estuvo con ellas, así, también con nosotros. Cada vez que leo este libro, no termino con mis ojos secos, mi corazón vibra de gratitud a Dios. Por otra parte,  ha sido tan vehemente mi admiración por la bella y amigable Rut, que nuestra única hija –tenemos cuatro hijos, de los cuales tres son varones- lleva ese nombre y le hace honor.

Oración:
Amado Padre celestial, gracias por amarnos sin límites, al enviar a tu hijo Jesús a morir por nosotros para salvarnos. Es la prueba más grande de amor jamás vista. Que yo pueda mostrar a otros tu amor. En el nombre de Jesús. Amén

Perla de hoy:
Una de las razones para creer en la inmortalidad es que el amor incondicional es para siempre, y alguien tiene que darlo y también recibirlo.

Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


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