jueves, 16 de junio de 2011

El otro JESÚS

Francisco Aular

Me glorificará porque les contará todo lo que reciba de mí.  Todo lo que pertenece al Padre es mío; por eso dije: “El Espíritu les dirá todo lo que reciba de mí” Juan 16:14,15 (NTV)
 
Mientras JESÚS anduvo en la tierra en compañía de sus amados discípulos, realizó muchos milagros y portentos en medio de aquella generación que ignoraba que Él era “Emanuel” (Dios con nosotros); así que sus hechos poderosos testificaban de su divinidad; los discípulos sentían como es natural, mucho amor por su Señor y Maestro. En efecto, JESÚS los había hecho nacer de nuevo, los amaba, dirigía, los ayudaba en la fe y en creencia, los consolaba en medio de sus sufrimientos, los defendía de los ataques de los enemigos, intercedía por ellos en oración delante del Padre. Sin embargo, el Hijo de Dios estaba limitado en cuanto al tiempo y espacio porque se había Encarnado en un cuerpo humano. Después de tres años de andar juntos, llegó el momento en el cual ningún grupo discipular quiere aceptar la separación de su Maestro; la tristeza debió ser muy notoria en aquella hora: “Así que ahora ustedes tienen tristeza, pero volveré a verlos; entonces se alegrarán, y nadie podrá robarles esa alegría” (Juan 16:22 NTV). JESÚS les había hablado varias veces de este acontecimiento, pero a tan sólo horas de su muerte en la cruz, prometió que vendría otro JESÚS: “En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes (…) Me queda aún mucho más que quisiera decirles, pero en este momento no pueden soportarlo.  Cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que les dirá lo que ha oído y les contará lo que sucederá en el futuro” (Juan 16:7, 8, 12,13 NTV).
Pues bien, este otro JESÚS es el Espíritu Santo; como Espíritu no está limitado y es Omnipresente. Como el otro JESÚS, produce el Nuevo Nacimiento en el ser humano, lo bautiza sumergiéndolo en su Iglesia para hacerlo coheredero conjuntamente con el Hijo de Dios y por lo tanto miembro de la familia de Dios (Juan 1:12; Efesios 2:19); el Espíritu Santo entra a morar en la vida de la persona nacida de nuevo ( 1 Corintios 3:16); El Espíritu Santo sella como propiedad de Dios a cada cristiano nacido de nuevo (Efesios 4:30; 1:13); El Espíritu Santo, nos garantiza, con su poder y gracia, la herencia que recibiremos algún día (2 Corintios 5:5).
Vamos a repetirlo para asegurarnos de que estamos entendiendo esta gran verdad ¿Cuáles son los beneficios para todos nosotros que hemos creído al Señor y dejamos actuar a este otro JESÚS? Muchas cosas ocurren al instante de aceptar la salvación como el regalo de Dios, entre ellas: Cada cristiano es regenerado (nacido de nuevo), habitado, asegurado, sellado, garantizado, bautizado y lleno del Espíritu Santo. El hecho de que en nuestro ser interior se inicia, por decirlo de alguna forma, una “metamorfosis” –una transformación- así nuestra salvación es un evento pasado, presente y futuro: “Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva” (Filipenses 1:6 NTV). Esto lo comprendemos mejor si analizamos este versículo de esta manera: Hemos sido salvados (justificación de la pena del pecado) “quien comenzó la buena obra en ustedes”, estamos siendo salvados (santificación el proceso de ser libres del poder del pecado) “la continuará”, y seremos salvados (glorificación libre de la presencia del pecado para siempre) “hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva”. En otras palabras, ayer fuimos limpios por la sangre de Cristo; hoy somos victoriosos y libre por la presencia del otro JESÚS, el Espíritu Santo en nuestras vidas; mañana seremos salvados en el retorno de JESÚS, y se nos entregará nuestra herencia, al ser glorificados como Él lo está desde su resurrección; tendremos un cuerpo resucitado sin la presencia del pecado en nosotros, y por ello, seremos libres del pecado para poder gobernar con JESÚS por siempre. ¡Bendito sea Dios que nos incluyó en su plan y nos envió a este otro JESÚS!, y va con nosotros como lo ha prometido: “Y he aquí yo estoy con vosotros, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20b).

Oración:
Amado Padre:
¡Qué precioso es contar que este otro JESÚS, va con nosotros en medio de las pruebas y tribulaciones! Ayúdame a esforzarme en tu gracia y completar lo que me has encomendado. En el nombre de JESÚS. Amén.

Perla de hoy:
Los dones y el fruto del Espíritu Santo en nosotros nos otorgan poder para anunciar su mensaje y esperar resultados para su gloria.

Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?

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