viernes, 21 de julio de 2023

¡NOS PUSIMOS EN MARCHA!

Dedicado a los valientes y esforzados marchistas de 2023…¡Gracias por estar allí! Desde por aquí los acompaño con mis oraciones! Abrazos.
Francisco Aular
SÁBADO, 22 de julio de 2023
Lectura devocional: Éxodo 14:1-31
Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.
—Éxodo 14:14,15 (RV60)

Faltando unos pocos meses para realizar la Primera Marcha, un gran consiervo y amigo, me invitó para caminar por una gran parte de la Av. Francisco de Miranda de Caracas. Así lo hicimos. De manera que mientras caminábamos, me dijo: —“Algunos hermanos, están preocupados por ti y tu familia, tú has renunciado a la Iglesia Bautista El Buen Pastor, y ahora tienes un ministerio de fe, y hablas de una Marcha Evangelizadora, que nadie sabe, qué es y como la realizarás…Tenemos miedo a que fracases…” 

Entonces, le expresé mi gratitud por la preocupación genuina de esos amados por Mary, los niños y yo. Sin embargo, le hice saber que yo estaba en la convicción de que el momento para marchar había llegado. Acudí al SEÑOR en oración, yo estaba entre cruzar hacía lo que yo mismo desconocía, y volver a mi zona de comodidad. En cambio, me pareció que sentí en mi espíritu, la orden: “¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen”. Y, ¡nos pusimos en Marcha! 

Específicamente, la directiva de la Unión Nacional Bautista de Jóvenes de Venezuela, estaba cumpliendo sus Bodas de Plata. Ellos me invitaron para dar una conferencia-taller sobre la evangelización. Cuando llegamos los hermanos Jesús Bolívar y la hermana Francisca de Arias quienes me acompañaron desde Maracay, los jóvenes se encargaron de nosotros. 

Aquel sábado y domingo, 13 y 14 de agosto serían históricos inolvidables. Hice un llamado a los jóvenes y 25 de aquellos que estaban allí, respondieron. Yo les ofrecí que tenían que pagar el precio, ese desafío ya lo había hecho antes en otros lugares, pero ahora no era promoción... En efecto, no teníamos dinero para comidas, la Marcha no era una actividad como de campamento de juegos y diversiones acostumbrados; además de todo esto, se nos había concedido el Templo de la Primera Iglesia Bautista de Barquisimeto para el Adiestramiento y tendríamos que dormir en el piso… 

¡Con esos 25 jóvenes iniciamos lo que les prometí, iríamos por toda Venezuela y el Mundo! A 46 años de aquellos días: Desde entonces, ¡nos pusimos en Marcha! ¡Y aquí estamos! 

Yo no puedo recordar esta historia sin conmoverme, mientras más la cuento, mi gratitud al SEÑOR se acrecienta. No me alcanzará esta vida para agradecer a DIOS, el cumplimiento de Su promesa. En verdad, aquellos jóvenes y los cuatro adultos que estuvimos allí, estábamos bajo la convicción del ESPÍRITU SANTO, todos hicimos lo que teníamos que hacer. ¿Qué hubiera pasado si aquellos jóvenes, no hubieran aceptado el desafío? Sin embargo, DIOS nos había dicho: 

—“¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen”. ¡Lo demás es historia! 

A propósito, eran como las nueve de la noche del domingo 14 de agosto, cuando vimos que un taxi se estacionó a las puertas del templo, allí venía el hermano Pablo Jorgez desde Maracay, cargado unas doscientas carpetas para los marchistas. Debo decir que las páginas del Luminar Bautista, mi columna “Avivamiento”, y la promoción del aquel eventos en los diferentes ambientes de la obra, pensábamos que vendrían unos doscientos hermanos; ¡pero llegaron nada más que 25 jóvenes y 4 adultos! Al llegar Pablo Jorgez, todos festejamos y alabamos al SEÑOR porque, por lo menos, ¡Ya teníamos los materiales en la mano! 

Por fin llegó el 15 de agosto de 1977, nos levantamos antes que el sol. La mañana y la tarde del lunes 15 de agosto el hermano Bolívar, Pablo Jorgez y yo, la pasamos en oración. Entre otras cosas, orábamos porque el SEÑOR nos utilizara para dirigir a aquellos amados que estaban llegando y por las personas sin CRISTO. 

Pedíamos al SEÑOR salvación para todos aquellos que iban a ser confrontados con el evangelio. Igualmente orábamos por Mary y su trabajo en encontrar a alguien que la acompañara a buscar hogares para los marchistas, en los hogares y pueblos de la carretera vieja, Valencia – Caracas. 

En la tarde di algunas instrucciones para que los que estaban llegando, extendieran sus colchonetas e hicieran un lugar para dormir. En la promoción nacional yo les había prometido que el que no trajera para dormir, lo haría en el suelo. Algunos aparecieron solamente con sus maletas, la verdad, algunos de esos jóvenes ya habían pasado una semana en la ciudad, como consecuencia, habían gastado “todo” el dinero que poseían. 

También, algunos de aquellos jóvenes no habían probado bocado en todo el día. Nosotros no teníamos ni comida, ni tampoco dinero para brindársela. Esa noche aprendimos la gran verdad de que, “no solo de pan vivirá el hombre”. 

Queríamos que cada marchista siempre estuviera ¡listo, dispuesto y disponible! Y de esta manera aprendiera dos cosas muy importantes, una, la obediencia al líder y la otra, estar siempre listo para efectuar cualquier trabajo para el SEÑOR. Sabíamos que sin obediencia, no hay avivamiento. Para la noche de la apertura designamos al joven César Leal como director del culto, y a Pablo Jorgez como predicador. Comenzamos la actividad como a las 7:30 de la noche, yo les leí el Salmo 126 y cantamos algunos himnos y cánticos. Enseguida les compartí el mensaje: “¿Por qué estamos aquí?” Hice hincapié en las pruebas que nos esperaban; no les oculté nada; fui muy sincero. 

Entre las cosas que les dije estaba el hecho de tener solamente cincuenta bolívares en mi cartera para aquel evento de cuatro semanas; igualmente que Mary mi esposa estaba en la carretera buscando hogares para que los recibieran con la lista de oyentes del programa radial: CRISTO, la Única Esperanza”...La hermana Vida de Lozuk, se las entregó. De igual forma les dije que llegarían a casas de inconversos, que sabía que muchos de ellos estaban acostumbrados a los campamentos, que aquí no jugaríamos, y que, además, a las casas que llegarían, tendrían que ayudar en los quehaceres domésticos. 

Después de esto, cerré mi intervención diciéndoles que estábamos haciendo una actividad que haría historia, que era la primera Marcha Evangelizadora, pero de allí en adelante, la llevaríamos por todo el Continente y el Mundo. 

Finalmente y agregado a lo anterior, todavía me parece oír en mi mente y espíritu la promesa y orden del SEÑOR a Moisés y después JESÚS al darnos la Gran Comisión: DIOS está y va con nosotros en todo esfuerzo de la extensión de Su Reino, ya sea en lo personal o colectivamente: “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”. (Salmos 126:6, RV60). Del mismo modo, lo que nos ha sostenido y gracias al SEÑOR, nos mueve, es la misma voz de DIOS en nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo: “¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen”. 

¡Adelante, siempre adelante! 

Oración:
PADRE ETERNO:
En esta ocasión en Tu nombre echamos la redes. Sé que no regresarán vacías. ¡En el nombre de JESÚS! Amén.
Perla de hoy:
Nuestra obediencia hará el milagro:
“¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen”.

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