sábado, 26 de marzo de 2022

AMOR SUPREMO POR LA IGLESIA (1-2)

Francisco Aular

faular@hotmail.com

Lectura devocional: Efesios 5:21-33   

…Como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. Efesios 5:25b. (RV60)


Llegué a CRISTO aquel 11 de abril de 1963. Estaba solo en mi casa… ¡DIOS me habló por medio de la Biblia! Leyendo Juan 17:20: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos”. En todo el contexto de ese pasaje juanino, nos dice que es la oración de JESÚS por cada uno de los seres humanos que creyeran en Él, hasta el fin de los tiempos. ¡Entendí y también sentí que el mismísimo JESÚS, había orado por mí! 

¡Allí mismo en aquella azotea de mi hogar del barrio el Retiro en San José del Ávila, le entregué mi vida al SEÑOR! Pero DIOS no me dejó a medio camino, yo necesitaba ir al verdadero hogar de todo creyente, Su iglesia. Así me llevó a una pequeña congregación quizás unas 25 personas, allí me recibieron con tanto gozo y empecé a crecer en el SEÑOR, hasta hoy. ¡DIOS todavía está trabajando en el discípulo que estoy llegando a ser! 

Sin embargo, después de 58 años, yendo a la asamblea, de creyentes, vino la pandemia, y estuvimos sin una reunión presencial 18 meses. Sí, año y medio, sin sentir, ese gozo espiritual de reunirme físicamente, en un lugar simultáneamente con toda mi familia en CRISTO. Es decir “mi iglesia”, con tres propósitos fundamentales: exaltar a DIOS, nutrirnos por medio de la Palabra, los unos a los otros; y, en tercer lugar: Predicar el Evangelio y ayudar a la extensión del reino de DIOS en toda la tierra. ¡Eso no es poca cosa, ni todas las redes sociales del mundo la podrán sustituir!

¿Qué es la iglesia? En los tiempos en lo cuales se escribió el Nuevo Testamento, Grecia era la cuna de la democracia o del “gobierno del pueblo y para el pueblo”, no había un gobierno central; estaba organizada por ciudades estados, cada ciudad principal tenía su propio gobierno. La tarea de gobernar recaía en ciudadanos competente para la buena y recta administración, éstos debían residir en la ciudad y eran llamados a formar la “ekklesía” o asamblea legislativa, el significado de la palabra “ekklesía” era los “llamados afuera” o escogidos con el propósito del servicio a su comunidad. 

En consecuencia, el vocablo griego “ekklesía” fue utilizado primeramente por JESÚS, para referirse a las agencias del reino de Dios en esta tierra, o sea, a las distintas asambleas que se congregan en el nombre de JESÚS, quien es la cabeza de la “ekklesía” o de su “Iglesia” que es el término castellanizado. Es igualmente importante saber que de las ciento diez veces que se habla de la iglesia cristiana en el Nuevo Testamento, noventa y dos veces se refiere a lo que hoy denominamos la iglesia local, cuando se dice, por ejemplo, “la iglesia de Jerusalén”, “las iglesias de Galacia”, “la iglesia que está en tu casa”. Por supuesto que también se utiliza el término iglesia para designar, en sentido figurado, el Cuerpo total de los miembros de la Iglesia de JESÚS, escogidos tanto en la tierra como en los cielos, que son y serán parte de la familia de DIOS en la Nueva Jerusalén, la ciudad que está por venir al final de la historia de la humanidad.

Por el Nuevo Testamento, está claro que JESÚS tuvo interés en fundar su Iglesia (Mateo 16:18),  Hechos capítulo 2. La Iglesia del Nuevo Testamento, es la congregación local y autónoma compuesta por miembros transformados por el poder del Evangelio. La iglesia local es una agencia del Reino de DIOS en cualquier lugar en que un grupo de discípulos de la Palabra, establezcan un sitio para reunirse y cumplir un triple propósito: Exaltar a DIOS; nutrir espiritualmente y en el conocimiento de la Biblia a sus miembros; y, proclamar el reino de DIOS a los que no lo conocen. 

El Nuevo Testamento, deja bien claro que JESÚS amó y murió por la Iglesia: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella”. (Efesios 5:25). 

¡El alto precio que el SEÑOR dio por Su Iglesia, nos da una idea del valor que ella tiene delante de sus ojos! En efecto, JESÚS murió para “congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos” (Juan 11:52). Este cuerpo redimido por la sangre de JESÚS ha sido elegido para ser aquí en la tierra, en cada grupo local establecido, una comunidad “columna y baluarte de la verdad” (1 Timoteo 3:15), y, desde allí, proyectar su influencia bienhechora y la fe salvadora hacia el mundo entero: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20 NVI). 

“Vayan” es el imperativo que nos mueve hacia la evangelización por dondequiera que DIOS nos lleve en esta tierra; “hagan discípulos de todas las naciones” es el imperativo que enfatiza el discipulado a todo nuevo creyente. De esta manera, el creyente nace, pero el discípulo se hace. 

Además, a las iglesias locales, DIOS le ha dado autoridad para enfrentar con éxito los ataques de las otras “autoridades espirituales”, sean físicas o supranormales, “…edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18b NVI). “El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales” (Efesios 3:10 NVI).

De manera que, la iglesia local a la cual usted asiste es su hogar espiritual; es como el gimnasio en donde usted se entrena para aprender a amar, a perdonar y a crecer hacia la madurez en la vida cristiana. Y, sobre todo, aprender a amar, tal y como JESÚS ama a Su iglesia, con un amor supremo.

¡Adelante, siempre adelante!

Oración: 

PADRE DE LA IGLESIA

Gracias por haberme traído desde hace 58 años a tu iglesia para entrenarme en tus caminos, y aprender a servirle a mi prójimo con todo gozo y entusiasmo. Ayúdame a servir como tú lo harías. En el nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:

La iglesia se compone de gente como tú y como yo, nosotros debemos hacer de ella lo que DIOS quiere que sea. 

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