martes, 15 de octubre de 2019

¡Convirtamos los problemas en perlas!

Francisco Aular 
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Génesis 50:15-26
Ustedes se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien. Él me puso en este cargo para que yo pudiera salvar la vida de muchas personas. No, no tengan miedo. Yo seguiré cuidando de ustedes y de sus hijos. Así que hablándoles con ternura y bondad, los reconfortó. Génesis 50:20,21 (NTV)

La Biblia tiene muchas historias que me han conmovido a través de los años que la llevo oyendo, leyendo, estudiándola, memorizándola y practicándola. Dos de esas historias bíblicas son mis favoritas, la historia de José en Génesis y la despedida del Apóstol Pablo en los Hechos. ¡Esos dos hombres tienen la facultad, desde luego entre muchos otros personajes bíblicos, de convertir los sufrimientos en perlas! Es muy posible que todo esto estuviera en mi mente aquel día 16 de octubre de 2007,cuando empecé a escribir el primer devocional para enviarlo desde el mismo corazón de mi tarea pastoral. Perlas del Alma, se inició para superar un problema que tuve que hacerle frente.

En efecto, comencé a escribir Perlas del Alma el 16 de octubre del año 2007, era un proyecto de un año, ¡estamos a punto de cumplir doce años! Al pensar en mi declaración de intenciones inicial, tenía en mi mente el hecho de que la vida es una sucesión de dificultades que a veces vienen en fila, terminamos una y viene la otra. Sin embargo, el cristiano nacido de nuevo no tiene necesidad de vivir afligido por ello. ¡Dios nunca prometió librarnos de los problemas a que son sometido los demás seres humanos!, pero nos promete: “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.” (Hebreos 13:5 NTV) La Biblia nos habla de muchos hombres y mujeres de DIOS sufrientes, pero tomaré la vida ejemplar de José, el hijo de Jacob y Raquel. Este hombre hizo todo bien, sin embargo, tuvo que soportar una vida de sufrimientos, pero él mantuvo su bondad, ternura y optimismo hasta vencer al final de su larga vida. En la cadena de males sobrevenidos, llevaba el recuerdo el hecho de que sus propios hermanos, lo habían vendido. Cuando el tuvo la primera oportunidad de vengarse de ellos, les dijo: “Ustedes se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien”. Además de todo esto, este hombre de DIOS, tuvo dos hijos y a los dos les puso nombres interesantes por el significado que revelan su carácter: “José llamó a su hijo mayor Manasés, porque dijo: “Dios me hizo olvidar todas mis angustias y a todos los de la familia de mi padre”. José llamó a su segundo hijo Efraín, porque dijo: “Dios me hizo fructífero en esta tierra de mi aflicción”. (Génesis 41:51,52 NTV). Fíjese en esta actitud vencedora: “Dios dispuso todo para bien”, “Dios me hizo olvidar todos mis problemas”, “Dios me hizo fructífero en esta tierra de aflicción.” ¡Cómo José, no guardemos rencor y convirtamos los sufrimientos en perlas!

Por otro lado en este devocional, al igual que José lo hizo, en cada problema que me ocurre veo una puerta, una salida, es decir una perla, como lo señala Juan al describir la Nueva Jerusalén:  “Las doce puertas estaban hechas de perlas, ¡cada puerta hecha de una sola perla! Y la calle principal era de oro puro y tan cristalino como el vidrio.” (Apocalipsis 21:21 NTV). Por utópico que parezca a los incrédulos, ¡hay un fabuloso futuro para los cristianos nacidos de nuevo, pero ahora tenemos que lidiar con problemas y con pruebas! Por lo tanto, debemos hacer de cada problema en nuestro pasado o el presente una perla.

¿Qué es una perla, cómo se forma? En el fondo del océano habita la ostra, un marisco muy apreciado en la buena mesa. Algunas veces, se forma una tormenta de arena que tira a la ostra de un lado a otro, entonces, un grano de arena entra en el molusco, en realidad esto es una herida y le causa sufrimiento. El organismo de la ostra entra en acción para sanarla. Segrega entonces una sustancia –el nácar- que poco a poco cubre el grano de arena. Cuando se sana, posee una perla preciosa en su interior. Esa ostra no será solamente parte de una buena comida, sino también, se lucirá de muchas maneras como una joya preciosa de mucho valor. De esta manera, ¡toda perla natural es un proceso para sanar una herida! ¡Sin sufrimiento no hay perla!

Ahora bien, ¿cómo podemos transformar nuestros problemas en perlas? Eso depende de nuestra actitud frente al desafío que nos presenta una crisis en nuestras vidas. Cuando estemos pasando por aflicciones debemos saber que DIOS esta formando una perla del alma, que afectará tu espíritu, tu mente, tu voluntad y tus emociones. ¡JESÚS transformó la cruz de maldición en bendición, en la preciosa perla de salvación que hoy disfrutamos!

Pues bien, por más de once años, he mantenido este devocional con una relación muy estrecha con todos mis perlistas; algunos me reportan otros no, sin embargo, los hechos y las personas que expresan que han pasado a otro nivel espiritual por medio de estas meditaciones, hacen que me sienta muy agradecido a mi SEÑOR y SALVADOR JESÚS; es mi oración al PADRE Celestial, que esas más de seiscientas perlas que me ha permitido escribir, Él, las utilice para Su honra y gloria; sin duda, estos devocionales seguirán llevando su mensaje sobre como convertir nuestros sufrimientos en perlas del alma. ¡Feliz aniversario a todo ustedes que aman a este ministerio tanto como yo! ¡Adelante, siempre adelante!

Oración:
Padre Celestial:
¡Gracias por la salvación que me has dado por tu gracia! ¡Gracias por llamarme para escribir sobre ti, en todos estos años! ¡Yo sé que tu amado Hijo volverá a buscarnos para llevarnos con Él para siempre! ¡Vivimos entre su hasta luego y la esperanza de volverlo a ver¡ Mi mano sostén SEÑOR hasta que llegue ese momento o me llames a tu presencia. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
A medida que este mundo nos prueba, va surgiendo una perla del alma que exclama. ¡Ven SEÑOR JESÚS para brillar contigo para siempre!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

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