viernes, 12 de abril de 2019

Las Siete Palabras

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Lucas 23:26-49      
Las Siete Palabras (3 de 7)
Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. 1 Corintios 2:2 (RV60)

Desde el púlpito del Calvario

Exactamente, los sucesos de la última semana de JESÚS como Ser Humano aquí en la tierra, son demasiados grandes como para olvidarlos. Cuando vine a CRISTO hace 56 años, ya era tradición entre los bautistas de mi país, el Culto de las Siete Palabras dadas por personas diferentes o un solo predicador que fuese capaz de centralizar el Mensaje de la Cruz a través de las últimas palabras, o sentencias dichas por nuestro amado Salvador en el Calvario. ¡Nunca podré explicar lo que significaron en ese entonces y significan todavía hasta el final de mi vida! ¡Creo que todavía las Siete Palabras pueden llegar a nuestros oídos con la frescura, el poder y la pertinencias con las cuales las revistió el SEÑOR aquel Viernes, hace 2000 años! ¡Debe haber sido algo glorioso aquel espacio de la culminación de la historia de la salvación para haberlo vivido! ¡JESÚS predicó esas inolvidables sentencias desde el púlpito de la cruz! Una de las maneras de acercarnos a las Siete Palabras de JESÚS en la cruz, es tomar en cuenta que el Señor se dio Así mismo en su totalidad de Su naturaleza humana: “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:8). Veamos a continuación la totalidad del sacrificio del Señor Jesucristo en la cruz del Calvario a través de sus últimas palabras:

La Palabra del perdón total:

“Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” (Lucas 23:34).La historia de la humanidad caída nos demuestra que los seres humanos, no somos dados a perdonar. No los impide, el orgullo, el impulso de vengarnos por las ofensas que nos hacen o que nos han hecho, reales o imaginarias dependiendo de nuestro estado mental el deseo de revancha que cuando se hacen movimiento pueden llevarnos a las guerras y destruirnos los unos a los otros. Nadie se acuerda entonces quien hizo la primera ofensa porque la venganza ciega el entendimiento y la razón. Sin embargo, vemos a JESÚS pronunciar una oración inusual por sus enemigos: “Padre, perdónalos…” No solamente que JESÚS ya los había perdonado, ahora intercede por ellos en oración. Esta Palabra nos recuerda que nosotros debemos perdonar como el mismo JESÚS no había enseñado en el Padre Nuestro: “Y perdónanos nuestras deudas, como nosotros también perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12). ¿Cómo podemos orar sin perdonar es inconcebible?, pero si lo hacemos, no seremos oídos:  “Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.” (Mateo 18:34-35). En cambio cuando perdonamos Dios nos ofrece un perdón total: “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.” (Miqueas 7:18).

La Palabra de la seguridad total

“Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” (Lucas 23:43). Algo ocurrió en la mente de aquel ladrón que antes había injuriado a JESÚS, ahora reprende al otro mientras mira al Salvador: “Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:42). “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” La religión nos dice que tenemos que hacer muchas cosas para ser salvos, pero la relación viviente que es la salvación dada por JESÚS, es inmediata a nuestra petición de amor y perdón: “Más a todos lo que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). En el terreno de nuestra posición en Cristo, cuando Dios perdona lo hace de una vez y para siempre:El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.” (Miqueas 7:19). Por eso aquel hombre pecador al borde la muerte, obtuvo un perdón y seguridad totales, en una promesa segura: “Hoy estarás conmigo en el paraíso.”

Palabra de provisión total

“Mujer he ahí tu hijo…He ahí tu madre”…Nuestro Dios es proveedor de bendiciones a Sus hijos: “Bendice, alma mía, al SEÑOR, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios. El es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades; el que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y compasión.” (Salmo 103:1-4 LBLA) Pero también nuestro amado JESÚS se dio Asimismo, nos proveyó con su muerte una provisión total que nos declara justo delante de Dios por Su muerte y por lo tanto podemos ser salvos. El Señor JESÚS desde la cruz provee perdón total para sus enemigos que le llevaron a la muerte, provee un lugar seguro al ladrón arrepentido, pero en esta tercera Palabra provee un hijo y un hogar para María y a Juan, le provee una madre.
Oración:
Amado JESÚS:
“Quiero subir la cuesta del Calvario,
Subir por ella como tú subiste,
Con valor silencioso y temerario…
¡Señor yo quiero ser como tú fuiste!”
(Braulio Perez Marcio)
Perla de hoy:
Las Siete Palabras de JESÚS en la cruz expresan el propósito de Su muerte en nuestro lugar.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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