viernes, 20 de enero de 2017

La bomba “O”

Lectura devocional: Nehemías 1:1-10
¡Escucha mi oración! Mírame y verás que oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que hemos pecado contra ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado! Nehemías 1:6 (NTV)

Llamé a la oración, desde mis días de estudiante del Seminario la bomba “O”. De hecho al comienzo de nuestra carrera académica en aquel lugar, mi compañero de estudios Jacobo García Miranda, otros compañeros y yo, resolvimos que la oración sería tambien nuestra compañera de viaje en nuestras vidas, y comenzamos a buscar al Señor de todo corazón, todas las mañanas. Entonces aprendí por experiencia que podíamos orar como Nehemías delante de Dios y decirle: “¡Señor escucha mi oración!”. Ir a clases despues a de nuestro tiempo de oración a estudiar la Biblia era un deleite del espíritu. Así empezamos a activar la bomba “O” y la lanzábamos desde nuestras rodillas y el Señor por Su gracia,  hacía explotar sus  bendiciones sobre nosotros y nuestra nación. No exagero al decir desde esos años, la oración ha sido la que nos ha dado constancia, disciplina, fervor y pasión para que el evangelio llegue a cada persona sin Cristo. En eso andamos.
Justamente, la idea de buscar un método evangelizador para involucrar a toda la obra tomó cuerpo y nació lo que llamamos la Marcha Evangelizadora, fue aprobada como parte del Plan Nacional de Evangelización en Asamblea Nacional de nuestra Convención Nacional Bautista de Venezuela en enero de 1977. Resolvimos escoger una ciudad para ser nuestro lanzamiento, y por muchos motivos, escogimos a la bella ciudad de Barquisimeto a unas diez horas desde Caracas al occidente. Y nacimos, el 15 de agosto de 1977, con la asistencia de 25 jóvenes y cuatro adultos. Lo demás es historia.
De esta manera, no llegamos a Barquisimeto sin antes haber utilizado y activado la bomba “O” de la oración. Teníamos a nuestros guerreros de oración por todo el país, principalmente, en los dos años anteriores, Mary y yo habíamos pedido a muchos hermanos y hermanas que se comprometieran a orar por nosotros. Para ello, usaba como medio, mis artículos en el Luminar Bautista, mis cartas motivadoras, los talleres de preparación y las vigilias de oración, todos esos recursos eran principalmente un llamado a la oración. Como fruto de ese movimiento de oración, Dios me había enviado al hermano Jesús Bolívar. Sin duda alguna, un hombre de oración, compañero de oración y de mis primeros viajes por toda la nación venezolana. No puedo señalar las innumerables veces que fui a buscarlo a las cinco de la mañana para nuestros viajes, y cuando me abría la puerta estaba bañado en sudor y lágrimas, por haber pasado dos horas de oración antes de cada viaje. Si tuviera que describirlo tendría que decir que el hermano Bolívar era el hombre que oraba y Dios, hacía.
Ahora bien, en la Marcha Evangelizadora hemos aprendido a orar en todo tiempo, en cualquier lugar y de cualquier manera. Hemos participado y patrocinado muchas actividades relacionadas con la oración. Allí surgió la “Operación 6 3 9. Creo que una de las más preciosas ha sido, el oratorio de las 24 horas, principalmente durante los adiestramientos. Todavía recuerdo el Adiestramiento de la Cuarta Marcha Evangelizadora. Estuvimos en el viejo Campamento de La Guásima, en un pueblito cercano a Valencia, en el estado Carabobo, cuya capacidad era para doscientas cincuenta personas. ¡Nos llegaron aproximadamente mil…! ¡Dios hizo el milagro y la realizamos sin mayores contratiempos! Sin duda, mediante la oración, clamamos al Señor de la mies y Él obró.
En efecto, nombramos al pastor Héctor Navarro para dirigir el oratorio; dividimos la hora en cuatro períodos de quince minutos cada uno, y se nombraron equipos de varios hermanos, con un jefe de grupo al frente -teníamos una asistencia en ese encuentro de más de novecientas personas ; éramos mil cada noche porque los hermanos de alrededor venían a las conferencias nocturnas-. Los equipos hicieron su labor y se cubrieron las 24 horas del día en oración. ¡Qué hermoso fue ver a tantos hermanos orando! Cada quince minutos se renovaba la guardia; en las madrugadas, vi a los integrantes de los grupos haciendo fila, esperando su turno para orar ¡Nunca había visto yo semejante mover de Dios en aquellos días!
Me correspondió orar con el hermano James Crane, uno de nuestros  conferencistas invitados, también tuvimos que hacer la fila para entrar al oratorio. El hermano Crane me decía una y otra vez: “¡Francisco, la Marcha llegará muy lejos por varias razones, entre ellas, porque es un movimiento de oración; es un movimiento basado en la Palabra de Dios; es un movimiento de evangelización, y enfatiza la conservación de cada nuevo creyente en la iglesia local!”. Ciertamente, sucedes grandes cosas cuando activamos la bomba “O”.
Oración:
Padre nuestro:
Perla de hoy:
La oración nos lleva de la mano delante de Dios para hablarles de los seres humanos sin Él y después vamos a los seres humanos para hablarles de Dios.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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