viernes, 12 de diciembre de 2014

JESÚS: La Clave de la Navidad

Francisco Aular
Lectura devocional: Lucas 4:14-22
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres .Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos,  a pregonar el año del favor del Señor.” (Lucas 4:18,19 NVI)

Le preguntamos al maestro de música cubana Roberto Linares Brown -miembro de nuestra iglesia, aquí en Toronto-: ¿En qué consiste la clave de la música afrocubana?, y él nos responde: “La clave o las claves, es un instrumento idiófono de percusión que marca el ritmo como “llave” o patrón a partir del cual se derivan sistemas rítmicos que constituyen diversos géneros populares o folclóricos de la música cubana.” Muy bien y ¿esto qué significa? Y rápidamente concluye, “sin las claves es imposible interpretar una pieza de música tropical”. Eso nos dio la idea para la siguiente meditación: ¡JESÚS: La Clave de la Navidad!, sin Él no hay Navidad, y si Él no hubiera nacido, entonces, nosotros estuviéramos eternamente separados de Dios, por lo tanto, JESÚS es la Razón de la Navidad. Y para decirlo en términos de la música tropical: Es la Clave de la Navidad. ¿Por qué JESÚS es la clave de la Navidad? Veamos:
JESÚS es la Clave de la Navidad porque Él y solo Él es Dios en medio nuestro: “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS” (Lucas 1:31; RV60); “… la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel (que significa «Dios con nosotros” (Mateo 1:23; NTV). ¡JESÚS o EMANUEL es preexistente! ¡Él es antes de que el mundo existiera!, en efecto, la Biblia enseña que JESÚS de Nazaret, el Carpintero de Galilea es el Creador del universo, sí ¡JESÚS es el mismo Dios Todopoderoso!, sin Él no hay salvación,  y no tendríamos la vida “zoé”. ¡En una Navidad vino del cielo para salvarnos de nuestros pecados y llevarnos allá!
JESÚS es la Clave de la Navidad porque Él y solo Él es la Buena Noticia para el ser humano pecador: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres... JESÚS es la Segunda Persona de la Trinidad, el Hijo de Dios Padre y Dios Espíritu Santo. La religión ha hecho todo lo posible para llevarnos a Dios, pero no ha podido, necesitamos nacer de nuevo; las religiones solamente hacen remiendo nuevo en paños viejos. En JESÚS tenemos la respuesta de Dios al pecado humano; Dios vino para evitarnos intermediarios, y ahora podemos hablar con Él cara a cara porque, objetivamente, Él está el cielo intercediendo por nosotros, y, subjetivamente, vive en nosotros para darnos la victoria cada día en esta tierra: Hace mucho tiempo, Dios habló muchas veces y de diversas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas. Y ahora, en estos últimos días, nos ha hablado por medio de su Hijo. Dios le prometió todo al Hijo como herencia y, mediante el Hijo, creó el universo. El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene todo con el gran poder de su palabra. Después de habernos limpiado de nuestros pecados, se sentó en el lugar de honor, a la derecha del majestuoso Dios en el cielo” (Hebreos 1:1-3; NTV).
JESÚS es la Clave de Navidad porque en Él y solo en Él hay libertad y salvación: Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos… En el principio, nos dice la Biblia que el Creador nombró mayordomo o administrador al ser humano: “Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo»” (Génesis 1:28; NTV), sin embargo, un personaje siniestro llamado Satanás, enredó a nuestros primeros padres, los engañó porque esa es la especialidad de él, y les robó la administración de este mundo, y desde ese día todos los seres humanos no nacemos bajo la libertad del Paraíso de Dios, sino bajo la esclavitud de Satanás, el cual tiene a la humanos “muertos en sus delitos y pecados” (Efesios 2:1,2); los seres humanos estamos completamente ciegos sin Cristo: “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4). ¿Qué hacemos con un muerto?, ¡o le damos vida o lo enterramos! JESÚS es la vida eterna y vino para darnos vida: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10b); ¿qué hacemos con un ciego? Es maravilloso que podamos quitarle la venda y hacer que vea, eso es lo que hace JESÚS exactamente cuando viene a nuestras vidas: Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos…
JESÚS es la Clave de la Navidad porque Él y solo Él rompió las cadenas de nuestra condenación: …a poner en libertad a los oprimidos... La Biblia dice:Así es, un solo pecado de Adán trae condenación para todos, pero un solo acto de justicia de Cristo trae una relación correcta con Dios y vida nueva para todos” (Romanos 5:18; NTV), ¡JESÚS se hizo hombre! Se encarnó, esto es lo que llamamos la Natividad o Navidad del SEÑOR, ¡JESÚS es el Verbo de Dios, la Palabra de Dios! Como lo enfatiza uno de sus discípulos: “Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de fidelidad y amor inagotable. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre” (Juan 1:14; NTV).
JESÚS: Es la Clave de la Navidad porque Él y solo Él es el Regalo de Dios para los pecadores: a pregonar el año del favor del Señor.” Ciertamente, ¡cuán Buena Noticia nos trajo JESÚS al venir y morir por nuestros pecados!, pagó el precio delante del Padre y nos compró un lugar en el cielo, y ahora nos lo ofrece como un Regalo, por eso, pudo decir: “…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6; RV60). Pasé muchos años de mi niñez y primera juventud pensando en ser lo suficientemente bueno para merecer ir al cielo, pero un día comprendí que Dios me lo ofrecía como un Regalo en JESÚS:Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23; NTV).
¿Qué es Navidad? Es ternura ante el pasado, valor ante el presente, esperanza para el futuro. Es el deseo ferviente de que cada copa rebose con bendiciones ricas y eternas, y que todos los senderos conduzcan a la paz.” _Agnes M. Pharo. ¡Solo JESÚS es la Clave de la Navidad y para llevarnos al Padre quien lleno de buena voluntad nos espera!
Un asunto que tenemos claro en Las Escrituras es que nadie irá al cielo obligado. Es triste que celebremos al Cumpleañero de este mes sin la presencia de Él en nosotros y en la fiesta.  Para invitarlo a nuestra vida es necesario nacer de nuevo, y esto lo logramos al arrepentirnos de nuestro pecado de orgullo y desobediencia, pedirle perdón por nuestros pecados e invitarlo a ser nuestro Señor y Salvador. JESÚS te dice: “¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos” (Apocalipsis 3:20). Si esto quieres hacer al leer esta meditación, repite la siguiente oración,
Oración:
Amado JESÚS, tú dijiste: “el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”… En obediencia a tu Palabra, en esta hora yo me arrepiento del pecado que me separa de ti, te pido el perdón de mis pecados, y te ofrezco con humildad y fe mi corazón para que vengas y mores en mí. Hoy nazco de nuevo. Hazme como uno de tus hijos. ¡Gracias SEÑOR por oír esta oración y salvarme! Amén.
Si has hecho esta oración en forma sincera, escríbeme porque tengo una literatura para ayudarte en tu crecimiento espiritual, y con mucho gusto te la hago llegar. Ahora, sí, ¡feliz Navidad con JESÚS en tu corazón! Porque JESÚS es la Clave de la Navidad.
Perla de hoy:
La Persona Clave de la Navidad es “Emanuel” ¡Dios con nostros y en nosotros, si lo recibimos! Él vino a buscarnos porque el cielo no es cielo sin el ser humano.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?

¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

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