Perlas del Alma
Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
VIERNES, 28 de marzo de 2025
Lectura devocional: Santiago 5:7-20
¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. —Santiago 5:13, RV60)
CON LA DULCE oración empecé a disfrutarla cuando llegué a la Misión Bautista al este de Caracas en agosto de 1963, el Nuevo Himnario Popular lo teníamos listos en la silla, y el himno número 138, era uno que hablaba de la oración. Su letra en castellano correspondía al español J.B Cabrera. ¡Todavía me parece oírlo y dirigido por mi primer pastor Carlos B. Clark… La letra de la tercera estrofa dice:
“Dulce oración, dulce oración,
que aliento y gozo al alma das,
En esta tierra de aflicción
consuelo siempre me serás.
Hasta el momento en que veré
a Cristo en célica mansión,
Entonces me despediré
feliz, de ti, dulce oración”.
(#138, ENHP, CBP)1955
“Dulce oración, dulce oración, que aliento y gozo al alma das…”
Entonces, en aquellos días de nuevo convertido, y debido al gozo que me embargaba, ¡los días difíciles que pasaba, me hacían “orar sin cesar” y vencer.! En verdad mi refugio y discipulado venían, desde la Palabra enseñada y predicada, la letra eficaz de los himnos que le hablaban al creyente de su DIOS y su Vida en CRISTO, pero sobre todo orar. Y en algunos casos, acompañada del ayuno que le decía a mi SEÑOR que lo demás quedaba atrás -inclusive el comer y beber-…¡Qué días de aquellos! Porque la oración, es la respiración del espíritu humano vivo por la Vida Zoé, que vive en él.
“En esta tierra de aflicción consuelo siempre me darás”
En realidad mis días difíciles de recién convertido, me enseñaron que el discípulo del SEÑOR, también sufre como los demás seres humanos. Una querida hermana original de El Perú, había hecho de Venezuela su segundo país. Ella se convirtió en una madre espiritual, era la encargada de la librería. Allí adquirí mis primeros libros, generalmente la historia de grandes misioneros, también los discos LP, entre ellos el Cuarteto Heman, Anita Odell y otros más.
¡Nunca olvidaré a la hermana Felipa de Lavinz. ¡Qué consuelo me dieron aquellos amados hermanos en medio de la aflicción momentánea que me tocó enfrentar! También tuve a mi lado dos grandes jóvenes universitarios que DIOS puso a mi lado: Luis Magín Alvarez, y Adonis Rodríque a quien DIOS había usado para llevarme a la iglesia.
“Hasta el momento en que veré a Cristo en célica mansión”…
Otra forma de enfrentar esos días difíciles, es pensar en el evento esperanzador de la Segunda Venida de CRISTO. Allí al final de Apocalipsis aparece también el triunfo final del Cordero de DIOS y nosotros los seres humanos que lo hemos recibido como el Regalo de Su misericordia y Su gracia, triunfando con ÉL! En efecto, una lectura favorita es el capítulo 21 y 22, y allí frente a nosotros: El trono de la Vida Zoé, y Su perfección como la Palabra de DIOS. Poco importa los días difíciles de la vida presente, sino que para el Cristiano nacido de nuevo, le espera ¡un fabuloso mañana! No puedo dejar pasar sin que busquemos algunos hechos celestiales a nuestro favor:
· Todas las cosas nuevas en Apocalipsis 21:1,5: “vi un cielo y una tierra nueva…”He aquí yo hago nuevas todas las cosas”.
· Él y sólo Él es el alfa y omega, el principio y el fin. ¡JESUS, fue el árbol de la vida en medio del Edén! ¡Y ahora, es el árbol de la vida en medio del Cielo!
· Tenemos a los profetas que nos hablaron de las ciudades de DIOS; pero ahora viviremos en una nueva ciudad: La Nueva Jerusalén. ¡Allí viviremos felices, resucitados y en la plenitud espiritual, viviendo para siempre y siempre!: Apocalipsis (21:9-27).
· El capítulo, me habla de la Nueva Jerusalén como la patria nueva por la cual hemos luchado desde el día en que vinimos a CRISTO. ¡Allí las alabanzas llenas de gratitud, saldrán desde los corazones agradecidos al Cordero de DIOS que vino a la tierra para salvarnos! Como lo dice Apocalipsis 19:1“ Después de esto, oí algo en el cielo que parecía las voces de una inmensa multitud que gritaba:
«¡Alabado sea el Señor!
La salvación, la gloria y
el poder le pertenecen a nuestro Dios”.
“Entonces me despediré feliz, de ti, dulce oración”.
El apóstol Santiago, en la cita de esta Perla del Alma, nos dice: “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas”. El hecho del cual nos habla el Apóstol, es que la oración es el vehículo de hoy para llegar hasta el Cielo con nuestras oraciones.
Ciertamente, la oración es para la tierra nada más, porque en el Cielo tendremos para siempre y siempre al amado JESÚS, estaremos frente a frente con Él. Allí entonces, dejaremos el vehículo que se nos dio para andar en esta tierra y triunfar: La oración. ¡Allí nos despediremos de la oración!
En efecto, el triunfo del SEÑOR sobre todo nuestras lágrimas, sufrimientos y el diablo y la muerte serán realidad. Entonces, allí tenemos, la última gran promesa: “Vengo en breve”. (Apocalipsis 22:7,12,20).
También, ahora y hasta entonces Su pueblo estará haciendo y despidiéndose con una última oración unidos con el apóstol Juan: “, Amén; sí, ven Señor Jesús”…
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
PADRE ETERNO:
Mi corazón y mis labios alaban a Tu santísimo nombre. Mi gratitud es eterna primero por la salvación completa y segura en el aquí y ahora, y en segundo lugar por la esperanza gloriosa de Tu eterna compañía en el Cielo. Ayúdame a reanimar a otros para servirte para siempre. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
Nuestra oración aquí en la tierra, abre la puerta para la intervención de DIOS en nuestras vidas en los días difíciles que nos toca vivir.
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