lunes, 8 de octubre de 2012

¡Hoy mi alma te alaba SEÑOR!


Hoy celebramos el Día de Acción de gracias aquí, en Canadá. El comercio está cerrado al igual que las oficinas públicas; hoy es día de gran celebración, las familias comparten juntas y en la mesa se reflexiona sobre las bendiciones que Dios nos ha dado durante el año que ha pasado; se ora con corazones llenos de gratitud al Todopoderoso. Es ocasión para conmemorar la fecha en que los peregrinos cristianos europeos llegaron a las costas de América del Norte (Plymouth, 11 de diciembre de 1620); ellos eran cristianos que huían a causa de la persecución religiosa; aquel primer año fue duro y muchos murieron, pero los sobrevivientes celebraron el primer año, durante el otoño, un acto de Acción de Gracias a Dios que culminó con una cena; lo cierto es que aquellos cristianos pusieron los fundamentos bíblicos de este territorio que ahora son dos países: Estados Unidos y Canadá. Así que los saludos, con un corazón lleno de gratitud a nuestro Dios, y por ello, les digo a todos: ¡Feliz Día de Acción de Gracias!
Pastor y amigo,
Francisco Aular
faular@hotmail.com


¡Hoy mi alma te alaba SEÑOR!

Te alabaré, SEÑOR, con todo mi corazón; contaré de las cosas maravillosas que has hecho. Gracias a ti, estaré lleno de alegría; cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo. Salmo 9:1,2 (NTV)

Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque eres mi Padre santo y fiel, así me lo enseñó tu amado Hijo JESÚS: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” (Mateo 6:9); soy tu hijo porque desde antes de la fundación del mundo, me escogiste con un propósito eterno y cuento con tu bendición en “los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3:4); me abriste la puerta de tu casa y me hiciste miembro de tu familia: “Yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa” (Salmo 5:7); ¿qué ha hecho posible tanta bendición y privilegio? No son las virtudes humanas que yo posea, no han sido tampoco mis buenas acciones que pude haber hecho. Lo que ha abierto la puerta de tu casa para mí ha sido tu misericordia, tu fidelidad, tu gracia y amor.
Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque tu fidelidad y no la mía, hace que tu misericordia no tenga ni una sombra de duda; sabes quien soy, de donde vine y a donde voy, porque soy creación tuya: “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien” (Salmo 139:13,14; RV60). Yo nací, desperté y allí estabas sonriendo porque al fin yo había llegado. ¡Ese eres tú mi amado SEÑOR! Ningún ser humano es un accidente. Tu amor por el ser humano es firme y duradero: “En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados” (1 Juan 4:10; NTV).
Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque tu compasión y bondad nunca fallan y eres inmutable. No cambias nunca. Eres el mismo ayer, hoy y por los siglos de los siglos. Tu amor es firme y continuo; no se ve afectado por mis emociones. Ese amor es la expresión firme de quien eres: “Dios es amor” (1 Juan 4:8; RV60), el amor tuyo hacia mí no es fruto de un premio a mi buena conducta. Tu amor SEÑOR en sencillamente maravilloso; es lamentable que yo ha sido tan lento para responder a tu gran amor; y más maravillado estoy que nunca voltearás tu rostro para no verme, porque me amas y me amas mucho más que yo a ti; nunca me podré esconder de tu amor: “Oh SEÑOR, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos aun cuando me encuentro lejos. Me ves cuando viajo y cuando descanso en casa. Sabes todo lo que hago. Sabes lo que voy a decir  incluso antes de que lo diga, SEÑOR. Vas delante y detrás de mí.  Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza. Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí, ¡es tan elevado que no puedo entenderlo!” (Salmo 139:1-6; NTV).
Hoy mi alma te alaba SEÑOR y reconozco que a pesar de los cambios de las estaciones del año, aunque yo cambie y cambie mis vestiduras, Tú permaneces fiel. Sin embargo, tú quieres que yo ame como tú amas, que perdone a mis enemigos como tú lo haces, que sea santo como tú eres, que sea un ser humano de paz como tú la das. ¿Oh SEÑOR, cómo puedo lograr todo ello para tu honra y gloria? Ese amor tuyo solamente puede hacerse realidad en mí, únicamente a través de JESÚS. Ese fue el amor que lo trajo del cielo a la tierra; ese amor lo llevó a la cruz en mi lugar (Juan 3:16).
Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque sé que las puertas del cielo están abiertas. Tú me invitas a acercarme y a ser parte de tu familia: “Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19; NTV). JESÚS mismo me lo repite continuamente: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20; RV60). Dios no cambia y es fiel, ¡su invitación es para una acción inmediata! Dejémosle entrar con humildad y arrepentimiento por nuestros pecados a nuestro corazón; haz una sincera oración con tus propias palabras y en su misericordia y fidelidad JESÚS te oirá. Él ya pagó el precio para hacerte miembro de su familia. Los brazos de Dios te esperan.

Oración:
Amado Padre Celestial:
Hoy mi alma te alaba SEÑOR y reconozco que a pesar de los cambios de las estaciones del año, y aunque yo cambie y cambie mis vestiduras, Tú permaneces fiel. Ayúdame a proclamar tu amor, tu fe, y tu esperanza en medio de un mundo en crisis. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La adoración es una experiencia del alma. Conforme al plan eterno del SEÑOR la persona entra en comunión con Dios por medio de JESÚS.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

 

 

 

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