Francisco Aular
Pero la ley se introdujo para que el pecado
abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como
el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para
vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro. Romanos 5:20,21 (RV60)
Terminé mi mensaje acerca de la salvación por
gracia y no por obras; hice la invitación para que algunos tuvieran la liberta
de expresar públicamente su manifestación de fe. Una señora de unos cincuenta
años se abrió paso entre los que estaban allí, venía con sus ojos clavados en
mí, y me dijo: “¡Usted no se ha dado cuenta de lo que ha hecho esta noche!,
según mi doctrina, además de la fe, los seres humanos tenemos que poner de
nuestra parte porque, si no, la gracia sería una licencia para pecar contra
Dios, y añadió resuelta, ¡usted no puede seguir predicando esa doctrina!”. Con
mucho respeto pero con la autoridad de la Palabra le dije, “señora, la que
tiene que revisar su doctrina es usted”. La llevé aparte y le leí un fragmento
de mi mensaje que no había compartido ante el púlpito por falta de tiempo; era
un texto que alguien había compilado hace muchos años haciendo una comparación
entre la ley y la gracia. Se lo leí. Lágrimas de gratitud y gozo brotaron del
corazón de aquella mujer, ¡ella había descubierto que la salvación, desde el
comienzo hasta el final es por la bendita gracia de Dios! Nunca olvidaré sus
palabras finales: “Pastor, siga predicando de la gracia de Dios hacia nosotros
los pecadores”.
Pues bien, ahora veamos el hermoso contraste entre
la ley y la gracia:
-La ley fue dada por Moisés vs. La gracia y la
verdad vinieron por Jesucristo (Juan 1:17).
-La ley dice: “Haz esto y vivirás” vs. La gracia
dice: “Vive y luego harás”.
-La ley dice: “Págame lo que me debes” vs. La
gracia dice: “Francamente te perdono todo”.
-La ley dice: “La paga del pecado es muerte” vs. La gracia
dice: “La dádiva de Dios es vida eterna”.
-La ley dice: “El alma que pecare esa morirá” vs. La gracia
dice: Todo el que cree en JESÚS, “aunque esté muerto vivirá. Y todo aquel que
vive y cree en mí, no morirá eternamente” (Juan 11:25,26).
-La ley pronuncia condenación y muerte vs. La gracia
proclama Justificación y Vida.
-La ley dice: “Hazte un nuevo corazón y un nuevo
espíritu” vs. La gracia dice: “Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré
dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les
daré un corazón de carne” (Ezequiel 11:19).
-La ley dice: “Porque todos los que dependen de las
obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que
no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para
hacerlas” (Gálatas 3:10) vs. La gracia dice: “Bienaventurados aquellos cuyas
iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado
el varón a quien el Señor no inculpa de pecado” (Romanos 4:7,8).
-La ley dice: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente;
y a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10:27) vs. La gracia
dice: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino
en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros
pecados” (1 Juan 4:10).
-La ley habla de lo que el hombre debe hacer para
Dios vs. La gracia habla de lo que CRISTO ha hecho a favor del hombre.
-La ley se dirige al hombre como parte de la
antigua creación vs. La gracia hace al hombre un miembro de la nueva creación.
-La ley pesa sobre una naturaleza inclinada a la
desobediencia vs. La gracia crea una nueva naturaleza inclinada a la
obediencia.
-La ley exige obediencia por temor al Señor vs. La
gracia ruega a los hombres por las misericordias de Dios.
-La ley demanda santidad vs. La gracia concede
santidad.
-La ley dice: “¡Condénenlo!” vs. La gracia dice: “¡Abrácenlo!”
-La ley habla de sacrificios sacerdotales ofrecidos
continuamente año tras año, y estos nunca podían hacer perfectos a quienes los
ofrecían vs. La gracia dice: “Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para
siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,
de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de
sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a
los santificados” (Hebreos 10:12-14).
-La ley declara que no hay escapatoria posible para
el pecador: “Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también
perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados”
(Romanos 2:12) vs. La gracia trae paz y seguridad eterna, al arrepentirnos de
nuestro pecados y aceptar el regalo de la gracia de Dios: “De cierto, de cierto
os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no
vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).
Ahora bien, como dijo el Apóstol: “¿Qué, pues,
diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna
manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en
él?” (Romanos 6:1,2).
La libertad que nos brinda la gracia no es
libertinaje: “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a
vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el
principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en
la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la
gloria de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 2:13,14). Aunque algunos
puedan abusar de la gracia de Dios, de todas maneras, tenemos que vivirla y
proclamarla. Gracia es aceptación y amor inmerecidos que se reciben de
otro, en especial, esa es la actitud característica de Dios al
proporcionar salvación a los pecadores.
El evangelio de la gracia seguirá trayendo su bendición
en dondequiera se predique; por eso a Pablo se le llama el Apóstol de la
gracia: “No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia,
entonces por demás murió Cristo” (Gálatas 2:21).
Oración:
Amado Padre Celestial:
Esta doctrina de la gracia hace que me arrodille
delante de ti porque no hay nada bueno en mí, sino la gratitud por tu amor y
misericordia al sacarme de la miseria y hacerme sentar junto con tus príncipes
en gloria. Ayúdame a ser un promotor incansable de tu gracia. En el
nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Desde antes de la fundación del mundo se abrió una
fuente inagotable de gracia a favor del ser humano pecador; acércate a esa
fuente y bebe gratuitamente.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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