jueves, 19 de mayo de 2011

El Rey ya viene

Francisco Aular                                            


¡Miren! Él viene en las nubes del cielo. Y todos lo verán, incluso aquéllos que lo traspasaron. Y todas las naciones del mundo se lamentarán por él. ¡Sí! ¡Amén! Apocalipsis 1:7 (NTV)


Los historiadores nos cuentan que a fines del siglo X, al acercarse el año mil, se produjo una gran consternación en parte de la cristiandad. Predicadores que fungían de profetas, anunciaban la aproximación del retorno de JESÚS, nuestro Rey, en su segunda venida a este mundo. Fueron muchos los cristianos que vendieron sus propiedades, repartieron sus riquezas y se retiraron a la vida solitaria con el fin de prepararse para el magno acontecimiento. Otros, hacían penitencias, arreglaban cuentas con sus enemigos, cumplían promesas y se entregaban a los más nobles actos de devoción. Sin embargo, hubo cristianos que optaron por actividades más efectivas. Fueron aquellos que pensaron que si JESÚS habría de volver otra vez al mundo, lo mejor sería disponer las cosas de tal manera, que el Señor se sintiese complacido al retornar. Trataron de embellecerlo todo para Él. Además, edificaron hermosas capillas y hermosas catedrales. Se dice en la historia del arte que así fue como se inició en la arquitectura el alto estilo romántico.
Muchos han fracasado al ponerle fecha en el calendario a la segunda venida de Cristo. La segunda venida de JESUS es segura, tal y como lo es nuestra salvación por la fe en Él. Pronto, muy pronto, el Rey volverá y no podemos ignorarlo o ser indiferentes. ¡La esperanza en el cristianismo no se consigue al ponerla en nuestro mundo actual confundido, injusto y temporal! El mismo JESÚS, su evangelio y retorno son nuestra única esperanza. Muchas personas a nuestro alrededor andan buscando desesperadamente a alguien en quien confiar, una canción que cantar, y un credo en el cual depositar su fe. A menudo, recibo llamadas y correos de personas desesperadas y tristes por las distintas presiones de las demandas normales de la vida, a ellos les aconsejo, y digo, “la tristeza mira hacia atrás, la preocupación mira alrededor, pero la esperanza mira al cielo”. ¡Existe un maravilloso futuro para el cristiano nacido de nuevo! No todo está perdido. JESÚS estuvo aquí hace dos mil años, y retornará de una manera grandiosa y final. Creo que vendrá con un manojo de llaves en su mano, y dirá, “¡Vengo por lo mío! ¡Vengo a cerrar este negocio y a abrir uno nuevo!”… Sobre las cenizas de un mundo pasado tendremos la Nueva Jerusalén: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido” (Apocalipsis 21:1,2 RV60).
Sí, ¡el Rey ya viene!, como lo dice la letra del precioso himno de Gloria y William Gaither, el cual será nuestra oración hoy:

El comercio ya ha cesado, el bullicio terminó,
Los talleres se han cerrado, la cosecha, se dejó;
En las casas no hay labores, en las cortes no hay ley;
El planeta ya está listo para recibir al Rey.
Coro:
¡Oh el Rey ya viene, el Rey ya viene!
Ya sonó la gran trompeta, y su rostro veo ya;
¡Oh el Rey ya viene, el Rey ya viene!
¡Gloria a Dios! ¡Él viene por mí!
En los rostros sonrientes que conocen la verdad,
Se ven vidas redimidas que ya tienen libertad;
Se ven niños y ancianitos que sufrieron gran dolor,
Tienen ya salud y gozo, gracias a su Redentor.
Coro:
Oigo carros que retumban porque vienen a anunciar,
La victoria de la vida y el final de la maldad.
Togas reales se reparten, la tribuna lista está,
Y el gran coro de los cielos canta gracia, amor y paz.
Himno número 126 (Himnario de Alabanza Evangélica, Editorial Mundo hispano, 1997)
 
Perla de hoy:
La certeza de que el Rey viene, explica al Evangelio de la fe, la esperanza y el amor.
 
Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?

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