Francisco Aular
Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio. Hebreos 9:27 (NVI)
Ella fue, tal vez, una de las mujeres más fotografiadas del mundo. Admirada y amada por millones de personas, y odiada por otros cuantos. Su paso por este mundo fue breve, pero contundente. Pasó de ser plebeya a princesa al convertirse en la esposa del príncipe Carlos de Inglaterra. Tanto su matrimonio como su posterior divorcio fueron seguidos por millones de personas en el mundo. Su nombre, Diana Spencer, y luego, por derecho, princesa de Gales, mayormente conocida como Lady Di. A pesar de todo el bien que hizo, la mayoría la recuerda por la vanidad que la belleza, la riqueza y la fama conllevan. Precisamente huyendo de los periodistas que la asediaban aquel 31 de agosto de 1997, pereció trágicamente, porque la Biblia dice: “…está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio…
Era menudita, sin atractivo físico, sus sandalias marcaban los miles de pasos andados por casi todo el mundo; representaba a los pobres del mundo entero: los no amados, los indeseados, los desatendidos, los paralíticos, los ciegos, los leprosos, los alcohólicos, las lacras de la sociedad de todas las naciones del mundo, especialmente los de la India. Vista desde lejos, sorprende que en un mundo materializado y lleno de frivolidades, una mujer como ella llamara la atención de los medios de comunicación, de los ricos y poderosos de este mundo. Sí, ella es la Madre Teresa de Calcuta. Murió el 5 de septiembre de 1997 rodeada de sus hermanas y de muchos de aquellos que ella les había hecho bien. La princesa Diana y la Madre Teresa fueron muy buenas amigas, y salieron de este mundo, con una semana de diferencia la una de la otra, porque está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio…
Pensando en el tema de lo breve de la vida y lo inevitable de la muerte, me viene a la mente, aquel fatídico, 11 de septiembre del 2001. Una persona me llamó de emergencia y me dijo “Pastor, ha ocurrido en accidente aéreo y uno de los edificio de las Torres Gemelas de Nueva York, está ardiendo”, corrí y prendí la televisión y allí ya estaba CNN con la información; pero Mary yo teníamos una cita en la Iglesia Bautista Emanuel de Manassas, Virginia, y salimos por la carretera 28 con la radio encendida, de pronto, escuchamos otra noticia, otro avión había impactado la otra Torre, de inmediato informaron que otro avión se había estrellado muy cerca de nosotros, en el Pentágono; rápidamente, nos hicimos a un lado de la carretera, y con lágrimas, Mary yo oramos porque sabíamos que aquello tenía todas las características de un ataque terrorista a la nación estadunidense, a la cual estábamos llegando para iniciar una nueva iglesia. Desde ese día, el mundo no ha sido el mismo; todos nos volvimos vulnerables, porque en la mente diabólica de un terrorista se había concebido y planeado acabar con el centro del comercio del mundo, sin importar el alto costo de vidas humanas. Un nombre salió desde la oscuridad del anonimato, y pasó a ser el emblema de terror y muerte. Después de diez años de persecución, ayer, Osama Bin Laden murió. Porque está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio...
La Biblia nos habla de la brevedad de nuestra vida humana, la cual es una asignación temporal que Dios nos permite para que lo conozcamos a través del nuevo nacimiento a la vida espiritual, la verdadera vida. Seamos cristianos nacidos de nuevo, o no, de todos modos, moriremos. ¿Qué vamos a ser y a hacer en nuestro breve paso por este mundo? Existe una orden de monjas que se saludan de la siguiente manera: “Hermanas, hemos nacido para morir”, y desde luego, en su claustro, esperan la muerte. Sin embargo, el apóstol Pablo escribió: “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21), y con este lema se lanzó a cambiar el mundo, y lo hizo, este mundo no es el mismo porque él estaba convencido de la verdad bíblica: está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio...
Oración:
Amado Dios:
Te alabo en esta hora por darme una razón para vivir y para morir. Ayúdame a invertir esta única vida humana que poseo en la proclamación de tu amor, y en que sí podemos confiar únicamente en ti, para darle un verdadero sentido a nuestro breve paso por este mundo. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Seamos buenos o no, está establecido que un día moriremos, y si de todos vamos a morir: ¡Vivamos para la honra y la gloria de Dios!
Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?
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