Francisco Aular
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Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Apocalipsis 19:11 (RV60)
“¡Toda la Biblia me gusta pero me da miedo leer el Apocalipsis!” Me confesó, la mujer del matrimonio que yo estaba encaminando en el estudio de la Biblia. En realidad, el Apocalipsis o la revelación de Dios, es el relato final de Su plan para el ser humano. Tenemos que reconocer que tal vez es el libro más difícil de entender de toda la Biblia, debido a su lenguaje enteramente escatológico y simbólico que el autor escogió deliberadamente con el propósito de ser entendido nada más que por los receptores de esta carta. Sin embargo, como lo dice el teólogo español, doctor Francisco Lacueva, en su libro Apocalipsis: “Es el libro que cierra con broche de oro las Sagradas Escrituras, pues describe el triunfo final del Señor contra el mal, hasta introducirnos en el Paraíso Restaurado para toda la eternidad (…) De entre todos los libros de la Biblia, éste es, sobre todo, el libro por antonomasia para nuestros días(…) Cuando un Estado se exalta a sí mismo y demanda de los cristianos una sumisión que no pueden prestarle sin arriesgar sus propias almas, siempre que la Iglesia es amenazada de destrucción, cuando la fe se torna débil y los corazones se enfrían, entonces Apocalipsis amonesta, levanta y anima a cuantos prestan atención a su mensaje.”
Por otra parte, a los que nieguen la existencia de Dios, el Apocalipsis les parece fantasioso e irreal. Sin embargo, en la historia de los héroes del cristianismo, los que han sufrido persecución, cárceles y muerte por su fe en JESÚS, ningún otro libro de la Biblia, les trajo mayor consuelo y esperanza que el Apocalipsis. Juan su autor material, sin duda fue inspirado por el Espíritu Santo para señalarnos a los cristianos nacidos de nuevo, el triunfo final del Señor, el cual se iniciará con el rapto de la iglesia para reunirse con Él, en el cielo, y poco tiempo después, Su segunda venida, cuando vendrá con Su Iglesia para dirigir los destinos de un mundo nuevo.
Con mucho gozo nos preguntamos: ¿Cómo será la Segunda Venida del nuestro Rey y Señor? La Palabra nos responde que, el Rey ya viene, y será visible. ¡Lo veremos! Tanto los creyentes como los incrédulos: “¡Miren! Él viene en las nubes del cielo. Y todos lo verán, incluso aquéllos que lo traspasaron. Y todas las naciones del mundo se lamentarán por él. ¡Sí! ¡Amén!.” Apocalipsis 1:7 (NTV); El Rey ya viene, victorioso: Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. El Rey ya viene para juzgar con poder y majestad. En efecto, el caballo, simboliza en la Biblia, fuerza, poder, guerra y conquista. ¡JESÚS, el Fiel y Verdadero regresa para realizar la parte final en la Historia de la Salvación! ¡No vendrá sobre un pollino como lo hizo en Jerusalén, en la semana de Su pasión y muerte! Aquella jornada realizada por JESÚS simbolizaba sumisión y muerte. ¡Pero cuando retorne la segunda vez, vendrá cabalgando sobre un caballo blanco, que es un símbolo de victoria, de honor, de majestad y de conquista! “…y con justicia juzga y pelea.” ¡JESÚS Vendrá como Rey y Señor! La legitimidad de Su gobierno, estará basado en haberse “humillado hasta la muerte y muerte de cruz”, JESÚS, nació como nadie nació, vivió como nadie vivió, murió como nadie murió; pero también resucitó como nadie resucitó: “Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres para que, ante el nombre de JESÚS, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11 NTV)
Ayer leí en la prensa la definición que un comentarista político español, hace de la situación de su país: “Estamos en una maravillosa confusión”… ¡Ningún hijo de Dios puede andar en una “maravillosa confusión” en cuanto a las pocas profecías de la Biblia que quedan por cumplirse! Es cierto, no podemos andar poniéndole fechas al Señor, porque: “Del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.” (Mateo 24:36 RV60) Pero también debemos hacer caso al Apóstol cuando nos aconseja: “No menospreciéis las profecías.” (1 Tesalonicenses 5:20 RV60) Sí, el Rey ya viene para arrebatar a los suyos para llevárselos al cielo, y después, vendrá con ellos para conquistar a este mundo para siempre. ¿Formará parte de este maravilloso plan de Dios? ¡Usted decide!
Perla de hoy:
Tienes motivos genuinos para estar contento y sin miedo, si esperar al Rey que viene ya.
Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?
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