Francisco Aular
Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz. Santiago 5:16 (NVI)
La oración que hacemos, en sí misma no es poderosa. Todo poder está en el Padre Celestial ante el cual la dirigimos; la hacemos en los méritos de JESÚS y en el poder del Espíritu Santo que conoce tanto el corazón del Padre como los méritos del Hijo, y también el corazón de quien ora. Le ha placido a Dios darnos el vehículo de la oración para que nos acerquemos a Él con la confianza de que, en su gracia, nos escuchará. Es así como podemos orar eficazmente y en forma poderosa.
Lo primero que el versículo nos aconseja es que reconozcamos que somos pecadores, y por lo tanto, debemos confesarnos los unos a los otros nuestras ofensas, pedir perdón y perdonar. Por la vía de la oración, el ser humano es capaz de lograr lo inalcanzable. Mediante la oración podemos viajar de un lado a otro de este mundo en nuestras intercesiones por los demás. Podemos entrar al hospital y a las cárceles sin ser día de visita. Por la oración los perdidos encuentran la salvación, los enfermos se sanan y la Iglesia hace retroceder al mismo infierno. Por la oración movemos los obstáculos que se nos atraviesan y lo que parece imposible se allana. Por la oración caen los muros, se abren túneles y se establecen puentes. Por la oración nos podemos mantener firmes en medio de las pruebas que, como tempestades, se ponen sobre nuestro cielo y amenazan con destruirnos; oramos, éstas se desvanecen y se hacen bonanza. Por la oración, saltamos peligros tan hondos como los abismos, las amenazas son destruidas y podemos avanzar. Por la oración, protegemos a nuestra familia y bendecimos lo que ellos son y tienen, y todo se arregla para el bien de ellos y el nuestro. Por la oración, podemos ponernos delante de nuestra nación e invocar la bendición de Dios para que vivamos en paz. Por la oración, sostenemos los brazos de nuestros líderes espirituales, para que puedan prevalecer y vencer, de modo que la obra de Dios no tenga estorbos. Por la oración, podemos aprender a alabar en vez de criticar a nuestro prójimo, aprendemos a amar a nuestros enemigos y convertirlos en amigos. Por la oración, le decimos al Señor JESÚS que Él es primero en nuestras vidas antes que cualquier persona, posesión y propósito. Por la oración, podemos seguir persistiendo en la petición, sin desmayar hasta ser oídos. Por la oración podemos creer lo que todavía no vemos, y tener esta seguridad como el apóstol Santiago:"La oración del justo es poderosa y eficaz".
Oración:
Padre Celestial:
Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es tan grande como nuestro Dios? Tú eres el Dios que hace maravillas; Hiciste notorio en los pueblos tu poder. (Salmo 77:13,14)
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por Ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. (Salmo 42:1,2)
Tu Palabra me alienta a seguir buscando tu rostro en oración. Ayúdame a orar con poder y eficacia. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Cuanto más oremos al Dios Todopoderoso por las bendiciones a nuestros semejantes, tanto menos pensaremos en nosotros mismos.
Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?
hola, les visito desde mi blog, reciban muchísimas bendiciones.
ResponderEliminarwww.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com