viernes, 23 de noviembre de 2018

“¡Hagan lo bueno y huyan del mal…!”

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com        
Lectura devocional: Amós 5:12-15
¡Hagan lo bueno y huyan del mal para que vivan! Entonces el SEÑOR Dios de los Ejércitos Celestiales será su ayudador, así como ustedes han dicho. Amós 5:14 (NTV)

A un amigo y hermano en la fe, muy apreciado, le ofrecieron un cargo en el gobierno de su país, y como todo ciudadano cristiano nacido de nuevo, en ello vio una oportunidad excelente, no solamente para progresar como ser humano y profesional, sino también, una tribuna para dar testimonio del Evangelio. Su país atravesaba por un buen momento económico, pero desafortunadamente, esa prosperidad material no fue respaldada éticamente, ni la acompañó la justicia, ni los demás poderes que conformar el buen andar de una nación democrática, por el contrario, el materialismo vino acompañado de la codicia con su secuela de ambición desmedida, y él fue testigo de cohechos, corrupción judicial, engaño y explotación de los pobres, inmoralidad y relajamiento en todos los valores que hacen grande a un país. Algunos de sus compañeros querían ser ricos, y la corrupción generalizada les brindó esa oportunidad. De esta manera, aquel cristiano íntegro y fiel al Señor se dio cuenta de que aquel no era lugar para él, y renunció y le hizo caso al profeta Amós:“¡Hagan lo bueno y huyan del mal…!”

Pues bien, Amós vivió en una época muy parecida a la nuestra, y le correspondió denunciar y corregir el pecado nacional de dos naciones –la casa de Israel al norte y la casa de Judá al sur-. Amós predicó el arrepentimiento y el regreso a Dios, “Pues yo conozco la enorme cantidad de sus pecados y la profundidad de sus rebeliones. Ustedes oprimen a los buenos al aceptar sobornos y privan al pobre de la justicia en los tribunales.” (Amós 5:12. NTV). ¿Qué podemos hacer en la atmósfera dañina de la sociedad en donde hacemos vida? Hagámosle caso al profeta Amós:“¡Hagan lo bueno y huyan del mal…!”

Valientemente, el profeta anuncia a la nación el castigo que vendrá de Dios, sino se arrepienten y lo buscan verdaderamente. ¿Cuál es el remedio para una nación o individuo que se desvía del plan de Dios? Si los ciudadanos quieren vivir conforme al propósito divino, deben abandonar sus malos caminos, porque ciertamente, el Día del SEÑOR vendrá. Los israelitas  creían que el Día del SEÑOR, para ellos, sería el triunfo final sobre sus enemigos, por eso, todos los judíos lo esperaban con gozo, mas, Dios le dice a su nación que el Día del SEÑOR será para ellos día de juicio, sino se arrepienten. Ciertamente, no podemos violar la ley de Dios, tanto en su aspecto vertical de nuestra relación con Él, como en el aspecto horizontal en nuestra relación con los demás seres humanos, sin pagar las consecuencias por ello. Por lo tanto, oigamos nuevamente al profeta::“¡Hagan lo bueno y huyan del mal…!”

En cambio, si buscamos lo bueno, y no lo malo, tenemos promesas de misericordia y restauración en el futuro el cual disfrutaremos en esta tierra, ojo porque esta profecía de 2700 años, asombrosamente se está cumplimiento ahora mismo, delante de los ojos de la presente generación,-en cuanto al tiempo sería bueno recordar que Dios es ETERNO, Él no tiene un reloj en Su muñeca, ni un almanaque en la pared- ¡Dios promete y Dios lo hará! Como lo afirma el profeta: “¡Hagan lo bueno y huyan del mal…!”

«Llegará el día —dice el SEÑOR— en el que el grano y las uvas crecerán más rápido de lo que puedan ser cosechados. ¡Entonces los viñedos en las terrazas de las colinas de Israel destilarán vino dulce! Traeré a mi pueblo Israel de su cautiverio en tierras lejanas; reedificarán sus ciudades que están en ruinas y nuevamente vivirán en ellas. Plantarán viñedos y huertos, comerán sus cosechas y beberán su vino. Los plantaré firmemente allí en su propia tierra. Nunca más serán desarraigados de la tierra que yo les di», dice el SEÑOR tu Dios.” (Amós 9:13-15,NTV). Me parece oír a Amós: “¡Hagan lo bueno y huyan del mal…!”

A pesar de las guerras contra Israel de sus vecinos desde el mismo día en que volvió a nacer, el 14 de mayo de 1948 también ¡volvió a su tierra! la persecución de algunos países, queriéndolos borrar del mapa como grupo étnico y la indiferencia de muchos políticos, y del mundo… “El judío errante” ha vuelto a su tierra y convirtió al desierto en un jardín. He ido a Israel y el cumplimiento de las profecías de los grandes profetas de Dios está en proceso y de manera asombrosa, ¡se están cumpliendo! Es posible que no pase esta generación en la cual veremos el cumplimiento total y el establecimiento definitivo del Reino de Dios en esta tierra! JESÚS, gobernará desde Jerusalén, y por fin, la tierra: ¡Tendrá paz mundial! “El SEÑOR mediará entre las naciones y resolverá los conflictos internacionales. Ellos forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en herramientas para podar. No peleará más nación contra nación, ni seguirán entrenándose para la guerra.” (Isaías 2: 4,NTV). “¡Hagan lo bueno y huyan del mal…!”

Me permito hacerle un llamado a usted, seguidor habitual de estos devocionales. Amado creyente en las profecías, ponga una sonrisa en su cara, levante su cabeza y los hombros en medio de la prueba y el sufrimiento, como los profetas de Dios lo hicieron en el pasado. ¡Póngale alas a su esperanza y vuele! ¡Y contemple conmigo el fabuloso mañana que nos espera! Por lo tanto, son muy actuales la palabras del consejo de Amós: “¡Hagan lo bueno y huyan del mal…!”

Sí, ¡el Rey ya viene!, como lo dice la letra del precioso himno de Gloria y William Gaither, el cual será nuestra oración hoy:
I
El comercio ya ha cesado, el bullicio terminó,
Los talleres se han cerrado, la cosecha, se dejó;
En las casas no hay labores, en las cortes no hay ley;
El planeta ya está listo para recibir al Rey.
Coro:
¡Oh el Rey ya viene, el Rey ya viene!
Ya sonó la gran trompeta, y su rostro veo ya;
¡Oh el Rey ya viene, el Rey ya viene!
¡Gloria a Dios! ¡Él viene por mí!
II
En los rostros sonrientes que conocen la verdad,
Se ven vidas redimidas que ya tienen libertad;
Se ven niños y ancianitos que sufrieron gran dolor,
Tienen ya salud y gozo, gracias a su Redentor.
Coro:
III
Oigo carros que retumban porque vienen a anunciar,
La victoria de la vida y el final de la maldad.
Togas reales se reparten, la tribuna lista está,
Y el gran coro de los cielos canta gracia, amor y paz.
Coro:
Himno número 126 (Himnario de Alabanza Evangélica, Editorial Mundo hispano, 1997)
Perla de hoy:
¡El Rey ya viene, y se empieza a oír los cascos de los caballosde los cuatro jinetes del Apocalipsis!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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