martes, 20 de noviembre de 2018

Lo que Dios mira cuando oramos

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com        
Lectura devocional: 1 Pedro 3:8-12
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones;  Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. 1 Pedro 3:12 (RV60)

Vivimos muy cerca de una maravilla natural, las famosas Cataratas del Niágara. Son una belleza en todas las estaciones del año. Hace unos años, una familia amiga vino desde un país caribeño a pasar Navidades con nosotros y se quedaron un mes; a mediados de enero, cuando el invierno es más fuerte, hicimos planes para visitar las Cataratas; mis amigos estaban entusiasmados con aquella primera vez que verían la nieve y a ello se añadiría el hielo que se forma alrededor de la cataratas. Nos levantamos temprano, y nos marchamos para contemplar, una vez más, la hermosura de las Cataratas del Niágara. Había nevado mucho durante la noche, pero mi vehículo abría camino al andar; íbamos tan entusiasmados y en tan alegre conversación que no percibimos que no  habían vehículos circulando en la vía; solamente nosotros, con esfuerzos, marchábamos. Llegamos y vimos a lo lejos el famoso espectáculo, cuando nos disponíamos a bajar del vehículo, un auto  de la policía, con sus luces de alarma encendidas, nos hizo señas para que nos detuviéramos, y un policía se acercó y nos dijo: “señores, hoy es el día más frío del siglo, y por precaución se recomienda que no se ande en la calle, y mucho menos por esta vía, ¡por favor, devuélvanse y regresen cuando no haya obstáculos en la vía!”. Obedecimos, pero, regresamos días después a disfrutar plenamente del hermoso escenario.

¿Qué pasa cuando Dios nos ordena a quitar los obstáculos que impiden nuestra comunión con Él? Debemos entender que  la oración no es un monólogo, sino un diálogo entre las personas que se aman: Dios y nosotros. La oración es el vehículo que nos transporta a la presencia de Dios, pero nuestra conducta y el obedecer Sus mandamientos son los rieles por donde la oración transita para llegar a ÉL. Si hay obstáculos en los rieles, la oración no llega a su destino, a no ser una oración de arrepentimiento.

Aunque Dios en Su misericordia para con sus criaturas pueda escuchar un clamor urgente por alguna emergencia que tengamos, Él no se compromete a escuchar esa oración aunque sea sincera, si primero nosotros nos nos hemos comprometidos seriamente con Él: “Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones”. Esto lo comprendemos mejor cuando ocurren desgracias ya sea por causas naturales o el terrorismo como en el caso de las Torres Gemelas de Nueva York aquel fatídico 11 de septiembre de 2001. En aquel tiempo yo servía al SEÑOR en Manassas, Virginia. La gente se me acercaba y me preguntaban ¿Dónde estaba Dios que no evitó la muerte de tanta gente inocente? ¿La respuesta puede ser y en dónde hemos puesto nosotros a Dios?

De hecho, la Palabra de Dios responde: “He aquí que no se ha acortado la mano del Eterno para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.” (Isaías 59:1,2.RV60).

En el Nuevo Testamento hallamos el mismo principio: “Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.”  El hombre a quien JESÚS sanó de su ceguera de nacimiento al ser confrontado por lo judíos, declaró : “Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye” (Juan 9:31,RV60). Porque de algo podemos estar seguros, una vida rendida a la voluntad de Dios, es definitivamente, lo que Dios mira cuando oramos.
Oración:
Amantísimo Padre-Dueño
Aquí estoy SEÑOR delante de ti, examina mi corazón y también mis pensamientos, límpiame con el poder de tu gracia y de tu amor sin límites. Ahora Padre inclina tus oídos y escucha mi oración y mi clamor delante de ti. ¡Gracias Padre por oírme! Oro en el nombre de JESÚS. Amén.
Un corazón “contrito y humillado” delante de Dios es, en realidad, lo que Él mira cuando oramos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos tus comentarios