Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: 1 Pedro 1:3-
“Bendito el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que según su
grande misericordia nos hizo
renacer
para una esperanza viva, por la
resurrección de Jesucristo de
los
muertos”. 1 Pedro 1:3 (RV60)
Expectativa natural
La esperanza es vivir la
primavera estando en invierno. El poeta libanés Khalil Gibran afirma: “En el corazón de
todo invierno vive una primavera palpitante y detrás de cada noche vive una
aurora sonriente.” La esperanza hace vivir; es seguir con todo empeño lo que
se quiere conseguir; la esperanza es la fuerza que nos mueve cuando se han
agotado todos los recursos; la esperanza es dar gracias por los bienes
prometidos, sin tenerlos en la mano; el apóstol Pablo, nos dice: “Y ahora
permanecen la fe,
la esperanza y el amor, estos
tres; pero el mayor de ellos
es el amor” (1 Corintios 13:13
RV60).
Mediante la esperanza, el
atleta se disciplina en sus ejercicios, el estudiante se concentra en sus estudios, las parejas se casan, los padres educan a sus
hijos, los agricultores adquieren tierra y se dedican a la siembra, todos ponen
su esperanza en el éxito. La esperanza alienta el esfuerzo. A la inversa, si la
esperanza desaparece, llega la duda y la depresión que frenan hasta el deseo de
vivir. De esta forma pudiéramos decir que la esperanza forma parte de nuestras
necesidades fundamentales. La espectativa, la razón de vida es la esperanza.
Grito del alma
Hoy entre todas las crisis que
nos afectan la desesperanza es una de las peores. Hoy son muchos los seres
humanos que han perdido la esperanza. Van por el mundo desconfiando de los
demás. Nadie ni nada, los estimula para vivir a plenitud. Han perdido la
esperanza de un futuro mejor, andan con desgano en el mundo, con demasiada
frecuencia no esperan nada bueno de los demás, ni tampoco nada de sí mismos.
Para Dante, quien vive sin esperanza está ya en el infierno. La esperanza nos
abre el futuro con sus horizontes. La esperanza, nos hace ver que esta vida es
breve y que vale la pena vivirla a plenitud. Nos fortalece. Ensancha nuestra
visión y el corazón. En definitiva la esperanza es el grito del alma, que en
medio de la aflicción más profunda, nos hace nacer de nuevo por la fe y la
esperanza en JESÚS, y de esta manera triunfar a pesar de las
circuntancias. En definitiva, la espranza puede hacernos felices y contagiar a muchos otros con nuestra
actitud.
Una Persona
La Palabra de DIOS, nos dice
que la esperanza más que una virtud teologal es una Persona, es JESÚS:
“Que es Cristo en vosotros la
esperanza de gloria”
(Colosenses 1:27b RV60).
La esperanza cristiana descubre
su fuente y meta en DIOS mismo. Brota en el corazón de todo aquel que discierne
el sentido de la venida de JESÚS a la tierra, que muriera y resucitara.
Ciertamente, JESÚS por medio de su muerte y resurrección, venció todo aquello
que nos corta la esperanza, y nos coloca por medio del nuevo nacimiento, “la
esperanza de gloria”, esa certidumbre que pase lo pase, “ni la muerte ni la
vida…ni nada” nos podrá separar del amor de Dios que está en JESÚS (Romanos
8:35-39). ¡JESÚS es la esperanza viva!
Oración:
PADRE ETERNO:
Gracias por darnos esta bendita esperanza en ti. Ayúdame a enfrentar
toda la prueba, todo problema e inclusive todo mi éxito que pueda lograr con la
certeza de que vas conmigo, en el Nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Cuando tu esperanza es DIOS, no habrá nada imposible
que no puedas lograr.
Interacción:
¿Qué me
dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento por obedecer?
¿Existe
algún pecado por evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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