Francisco
Aular
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Lectura devocional: Juan 14:27-31
Les
dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un
regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.
Juan 14:27 (NTV)
"Gracias pastor, tengo paz en mi
corazón y en mi espíritu. Tengo paz con Dios". Fueron algunas de las
últimas palabras coherentes que pronunció aquel hombre, a quien yo asistía en
un hospital, en sus últimos momentos en esta vida. ¿Es posible tener paz con
Dios? No sólo es posible, sino que el único propósito por el cual hemos nacido
humanamente hablando, en esta vida temporal. Dios no quiere que salgamos de
este mundo, sin conocer esa paz con él y vivir a la altura de ella.
¿Que significa la
expresión paz (heb.shalóm) de Dios? La palabra puede definir
un saludo y para desear una bendición a quien tienen relación con el Eterno.
JESÚS, puede darnos la paz como un regalo porque, Él, es el “príncipe de paz”
prometido en Isaías 9:6). Sin duda como el MESÍAS prometido traerá la paz
definitiva a este enguerrillado mundo cuando retorne en Su Segunda Venida.
Mientras tanto en la vida presente, la paz que nos ofrece y da JESÚS, nunca
quiere decir que no tendremos problemas, sino que a pesar de las circunstancias
de esta vida, Él estará con nosotros y procurará todo nuestro bienestar y bien
supremo. El mundo ofrece una paz como cese de hostilidades, la evasión de
problemas y el éxito y felicidad al final. Sin embargo siendo realista, esa era
no ha llegado, ni llegará a un mundo como el presente. ¡Pero sí tendremos un
fabuloso futuro al retorno de JESÚS!:
“El SEÑOR
mediará entre las naciones y resolverá los conflictos internacionales. Ellos
forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en herramientas para podar.
No peleará más nación contra nación, ni seguirán entrenándose para la guerra.”
(Isaías 2:4, NTV).
Verá, por ahora,
JESÚS ofrece: “Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no
puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.” El SEÑOR hace posible la paz con Dios, con nosotros mismos y nuestros prójimos, porque es
la paz que nos lleva a la victoria a pesar de las dificultades y las demandas
de la vida, porque es la paz que ningún peligro ni los sufrimientos la pueden
ensombrecer; también es la paz que sobrepasa largamente nuestras limitaciones
humanas; la paz de quien sabe que todo lo que es y tiene, está en las poderosas
manos de Dios; la paz de aquel que no la busca en nada ni nadie en este mundo,
que no sea JESÚS; la paz del que sabe que todo lo puede en JESÚS porque le da
la fortaleza, y lo hace vivir en victoria, cualquiera sea su situación
económica, social o cultural; la paz del que canta en medio del sufrimiento; la
paz del que sabe que está muerto a este mundo y su vida “está escondida con
Cristo en Dios” (Colosenses 3:3), y nadie ni nada lo puede apartar del amor de
Dios; la paz que es independiente de todas las circunstancias exteriores; la
paz que a través de los siglos ha hermoseado el carácter y la pasión del
cristiano nacido de nuevo por su amado JESÚS; la paz que posee todo aquel que
rinde todo lo que es y lo que tiene a los pies de JESÚS; la paz del que deja
aquí lo que puede perder, para ganar lo que nunca perece. Es la paz que
triunfará al final de esta historia como la hemos conocido. ¡Alabado sea el
nombre de JESÚS! Sí, Él y sólo El, es nuestra paz:
“¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que
confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos!” (Isaías
26:3,NTV).
Oración:
PADRE ETERNO
Hoy pongo a tus pies todas mis angustias por las
circuntancias por las que estoy atravesando. Tú eres mi refugio en las
tormentas de la vida. Me has hecho tu hijo y me has dado como regalo una
posición firme delante de ti. Hoy lanzo el ancla de mi fe y mi confianza en ti,
mi amado Dios y Salvador. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Alabe a Dios por esa paz, que Él en su gracia
da a sus hijos. Pídale, que usted pueda mostrar esa paz que ya posee, en todo
lo que es y lo que hace.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por
medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la
cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por
aprender?
¿Existe alguna bendición
para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento
por obedecer?
¿Existe algún pecado por
evitar?
¿Existe algún pensamiento
para llevarlo conmigo?
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