Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Levítico
19:26-37
No te contamines al
recurrir a los médiums o a los que consultan con los espíritus de los muertos.
Yo soy el Señor tu Dios. Levítico 19:31 (NTV)
“Pastor ¿existe la comunicación con los muertos?,
¿existe la hechicería, la brujería, la adivinación y el satanismo?, o ¿todo es
mentira?” Con estas preguntas me abordó la nueva creyente a la salida de mi
conferencia sobre halloween y sus
peligros. A estas interesantes preguntas respondí y respondo siempre de una
manera sencilla: La Biblia nunca prohíbe hacer algo, si tal cosa no existiera
como maldad o pecado. La Biblia reconoce la existencia de fenómenos
supranormales. Es más, debido al extremo cuidado que se le pide al pueblo de
Dios tenga con estas prácticas, y las advertencias que le hacen los escritores
tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo, ha sido labor del ateísmo y otros
enemigos de la Palabra de Dios, intentar minimizar o ridiculizar el alto
contenido de sus enseñanzas, principios, normas y valores eternos.
Por otra
parte, los pueblos que existían cuando se comienza a formar Israel como nación,
ya andaban versados en muchos actos mágico-religiosos, y por ello, ofrecían un
altísimo grado de contaminación espiritual al pueblo de Dios, o como la Biblia
lo señala, el peligro de “prostituirse” con estas prácticas. No es un asunto
liviano dejar a Dios por ir tras el ocultismo y otras creencias o
supersticiones: “Y la persona que atendiere a
encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro
contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo… Y el hombre o la mujer
que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir;
serán apedreados; su sangre será sobre ellos” (Levíticos 20:6,27 RV60).
Los que vivimos en Canadá o Estados Unidos y conocemos a primera
mano las prácticas del ocultismo, nos quedamos asombrados por la liviandad y
pretendida inocencia de la gran fiesta del Halloween,
en esta en estos países…Las tiendas, ya están repletas de mercancías con
calaveras, telarañas, murciélagos, velas, brujas y tumbas, y la gente compra
estos artículos y los llevan a sus hogares y los colocan adentro y afuera de sus
casas. Eso mismo ocurre en las escuelas y se les enseña a los niños esta
celebración ocultista que proviene de Europa, de los Celtas pueblos antiguos
adoradores de Satanás. Más lamentable todavía hasta en los templos cristianos,
celebran el 31 de octubre como la “Noche de las brujas”…Sin embargo, los mismos
satanistas y practicantes de las ciencias ocultas, señalan que este día es el
más impotante en sus calendarios. Esto nos lleva al título que encabeza nuestro
devocional: El ocultismo: ¿Utopía o realidad?
La respuesta la tenemos en la Biblia, nuestra única regla de fe y
práctica. En efecto, abundan las citas de la Biblia en contra de las prácticas
ocultistas, en esta breve meditación no podemos señalarlas todas, ahora bien,
notamos en el Nuevo Testamento, que Dios no obliga a nadie a seguirlo como en
aquellos tiempos de la teocracia de Israel; estamos en el tiempo de la gracia,
sin embargo, Dios no ha abolido la prohibición: “Y nunca más
sacrificarán sus sacrificios a los demonios, tras de los cuales han fornicado;
tendrán esto por estatuto perpetuo por sus edades” (Levítico 17:7 RV60). Por
tanto, las consecuencias, los daños espirituales, psíquicos y físicos de
quienes practican tales cosas también son perpetuos, son reales, no son
utópicos.
Oración:
Padre eterno:
Te alabo en esta hora porque aun
el futuro que no conozco, no me asusta enfrentarlo porque está seguro en tus
manos, y tú me conoces hasta antes de la creación del mundo. Ayúdame a advertir
a otros de los peligros de confiar en ídolos y demonios. En el nombre de JESÚS,
amén.
Reconocer la realidad de un mundo espiritual de
maldad y tinieblas, confirma la realidad de la existencia del reino de la luz.
Es nuestra decisión ubicarnos en donde queremos vivir para siempre.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por
medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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