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JUEVES, 4 de octubre de 2018
De cierto os digo que
dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se
contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella. Marcos 14:9 (RV60)
Si el presidente John
Kennedy y los otros personajes históricos que han sido asesinados hubieran
sabido que la muerte los esperaría en cierto lugar, nunca hubieran emprendido
el viaje que sería final. En cambio, el único ser humano que ha existido que
sabía cuándo y cómo habría de enfrentar la muerte es JESUCRISTO, y, Él, por su
propia voluntad, nació como nadie nació, vivió como nadie vivió, murió como
nadie murió, pero también resucitó como nadie resucitó, y ahora esperamos su
pronto retorno, cuando, desde el cielo, nos llame para irnos con Él.
Pues bien, sin duda, hace dos mil años, JESUCRISTO
tuvo muchos amigos y discípulos que lo amaban, lo trataban y honraban como
SEÑOR y SALVADOR, y en virtud de ello, le brindaron hospitalidad y se
entregaron a Él con todo lo que eran y poseían. Entre sus amados estuvieron
tres hermanos: Marta, María y Lázaro de Betania. Hoy veremos lo que hizo María
para agradecer a Jesucristo todo su amor y amistad.
En Betania habían otros amigos que como “Simón el
leproso” también le brindaban su hospitalidad. Esa es la ocasión del pasaje
devocional de hoy. Faltaban tres días para que Jesucristo experimentara la terrible
muerte por crucifixión. Él lo sabía.
En aquel tiempo existía la costumbre judía de ungir
con perfume a los muertos, y después quebrar el frasco y sepultarlo con el
cadáver; era el mejor homenaje que se podía hacer a la memoria del muerto. El
SEÑOR JESÚS hace alusión a esto, al defender a aquella mujer que lo ha honrado
al quebrar el “vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio”, y
verterlo todo sobre la cabeza del SEÑOR: “Esta ha hecho lo que podía; porque se
ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura”. Esta preciosa historia nos
muestra el amor en acción. El Evangelio de Juan, nos dice que esta mujer era
María en todos los relatos de los Evangelios, se caracterizó por tener al SEÑOR
JESÚS como prioridad en su adoración.
Mi padre nos decía a todos en la casa: “Si van a
rendir algún honor a alguien, háganlo mientras viva la persona que será
honrada”, obviamente, él creía en ese tiempo, que después de la muerte no había
nada. Sin embargo, el SEÑOR JESUCRISTO tenía la visión de que la Buena Noticia
de la salvación por fe al pecador llegaría a todo el mundo y por ello ofreció
Su preciosa Vida para hacer lo posible… y con esa noticia lo que María había
hecho por Él.
¡Nuestro amado SEÑOR vive y muy pronto regresará para
que reinemos con Él! Esto nos enseña que ningún esfuerzo que hagamos a favor
del SEÑOR de la obra lo perderemos. Sin duda, María lo sabía y por eso le dio:
una ofrenda de amor.
PADRE
ETERNO:
¡Gracias por este gran Evangelio que nos has
dado! La Buena Noticia de salvación a todo aquel que cree, María te ofrendó lo
mejor que tuvo para Ti. ¡Ayúdame para aprender a darte como tú me has dado!
¡SEÑOR que yo tambien pueda darte siempre una ofrenda de amor! En el nombre de
JESÚS. Amén
Perla de hoy:
Cuando amamos
al Señor Jesucristo, ningún esfuerzo que hagamos por Él y para Él es en vano.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por
medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la
cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por
aprender?
¿Existe alguna bendición
para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento
por obedecer?
¿Existe algún pecado por
evitar?
¿Existe algún pensamiento
para llevarlo conmigo?
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