viernes, 29 de junio de 2012

La paz con Dios

Francisco Aular                                            

Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.  2 Corintios 13:11 (RV60)

La paz interior es algo costoso que el ser humano perdió en el Edén en donde Dios lo puso inicialmente. En efecto, Dios no creó al ser humano para hacerlo su enemigo, sino para amarlo para siempre. Sin embargo, el ser humano abandonó la dirección de Dios y escogió vivir su propio camino. Así perdió el Paraíso y con él, la paz de Dios y la paz con Dios. Desde entonces, la historia de la humanidad refleja un vagar lejos de Dios, buscando recuperar lo perdido. Sus esfuerzos han sido, son y serán en vano. Así, vemos que  la gente, a través de los siglos ha estado tratando de comprar la paz, pedirla prestada o robarla, si esto fuera posible a través de métodos, sistemas y religiones. Sin embargo, ni la fama, ni la fortuna ni la religión, con sus rituales, meras invenciones de hombres, pueden conseguirla. El tratar de ganar la paz por medio de la inteligencia o las habilidades humanas es algo vano que sólo lleva a la frustración. El acudir a consejeros, gurúes, hechiceros o a gente poderosa que dice conocer los secretos de Dios, tampoco sirve de nada.
Tal vez, será útil extraer del Nuevo Testamento el significado original de la palabra paz. Así vemos que la palabra paz es la traducción de la palabra eirené en griego, que también se traduce al castellano como “armonía”, “seguridad”, “prosperidad”, “felicidad”. Se cuenta como una de las nueve cualidades del fruto del Espíritu Santo en el cristiano nacido de nuevo: “En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,  humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas” (Gálatas 5:22,23 NVI). ¡Esas nueve virtudes –entre muchas otras- son producidas en nosotros por el Espíritu Santo! Así que podemos afirmar que paz es la cualidad del Espíritu Santo en nosotros, los cristianos nacidos de nuevo, para hermosear nuestro carácter, y manifestar, por dondequiera que vayamos, el estado tranquilo de una vida con propósito, con la tranquilidad de la seguridad de nuestra salvación eterna a través de nuestro amado JESÚS, estando en paz con Dios, con nosotros mismos y con los que nos rodean. Así marchamos sin temor en esta vida humana en donde nada ni nadie nos puede separar de Dios, y contentos y felices para enfrentar nuestros problemas y circunstancias, cualesquiera que sean (Romanos 8:35-39).
De esta manera, vemos que existe una gran diferencia entre el significado de la palabra paz en la Biblia, a la connotación moderna que se le da a la misma. El uso popular de la palabra paz en nuestro día conlleva generalmente un significado negativo. Se utiliza para describir la ausencia de guerra, de conflictos, de hostilidad y de problemas, es decir, tenemos paz si las circunstancias nos lo permiten, pero el uso bíblico sostiene una connotación positiva: Por medio de JESÚS “somos más que vencedores”, y por ello, podemos ser felices en medio de cualquier circunstancia y de las demandas normales de nuestro diario vivir. ¿Por qué sucede esto? Porque la paz no es algo, sino una Persona: ¡JESÚS!, Él es el Príncipe de Paz y también el Dios de paz (Filipenses 4:19), por lo tanto, sus riquezas también son nuestras, su victoria y triunfo son nuestros; estamos unidos a Él, y tenemos paz con Dios.

Oración:
Padre eterno:
Te alabo porque eres mi apoyo, mi cántico, mi esperanza, mi fortaleza, mi libertador, mi refugio, mi salvación y mi testigo. ¡Gracias por esta paz que sobrepasa toda comprensión humana! En el nombre de JESÚS,  amén.
Perla de hoy:
El secreto de la paz con Dios es aceptar el Regalo de nuestra salvación en JESÚS y descansar en Él.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


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