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Pero Dios puso cada parte del cuerpo en donde
quiso ponerla… Al contrario, las partes que nos parecen más débiles, son las
que más necesitamos. 1 Corintios 6:20,22 (La Biblia en Lenguaje Actual)
Escuché una vez que durante el ensayo de una célebre orquesta, mientras
retumbaban las trompetas, resonaban los címbalos y cantaban los violines, el
que tocaba la flauta dijo para sí:” ¿En qué soy útil?, igualmente la orquesta
sonaría si yo no tocara; de todos modos, nadie me oye”. Él continúo con su
instrumento en la boca, pero sin hacerla sonar. Inmediatamente, el director de
la orquesta exclamó:” ¡Deténganse, deténganse! ¿Dónde está la flauta que no la
oigo? Es posible que los otros músicos ni el público allí presente se dieran
cuenta, pero el oído del director sí había notado su ausencia.
Algunas veces, en nuestra vida cristiana, pasamos por momentos en que
nos podemos sentir insignificantes e inútiles frente al brillo del liderazgo de
otros. Eso ocurre cuando en nuestra labor nos vemos rodeados de gente que tiene
más aptitudes que nosotros, es posible que hayamos desarrollado un espíritu de
competencia, sin darnos cuenta, con otros en la iglesia y en el reino de Dios.
Entonces, en un momento de debilidad decidimos retirarnos y dejar que otros
hagan la tarea. Nos parece que nadie notará nuestro silencio y nuestra discreta
salida. Pensamos que nuestra decisión no cambiará mucho las cosas. Olvidamos
que es Dios mismo quien nos coloca en su cuerpo para que le sirvamos. El SEÑOR
nunca nos pedirá lo que no nos ha dado para servirle en su iglesia y en su
reino, pero sí demandará de lo que nos correspondió hacer y no lo hicimos.
También olvidamos que Él hace maravillas, como lo hizo con aquellos “cinco
panes y dos pececillos” que un pequeño joven había llevado para su almuerzo,
pero en las manos de JESÚS sirvió para servirle a una gran multitud.
En cuanto a los seres humanos que Dios en su gracia nos usa, dice Pablo:
Recuerden
lo que ustedes eran cuando Dios los eligió. De acuerdo a la gente, muy pocos de
ustedes eran sabios, y muy pocos de ustedes ocupaban puestos de poder o
pertenecían a familias importantes. Y aunque la gente de este mundo piensa que
ustedes son tontos y no tienen importancia, Dios los eligió para que los que se
creen sabios entiendan que no saben nada. Dios eligió a los que, desde el punto
de vista humano, son débiles, despreciables y de poca importancia, para que los
que se creen muy importantes se den cuenta de que en realidad no lo son. (1
Corintios 1.26-28 La Biblia en lenguaje actual)
Efectivamente, Dios nos colocó allí donde estamos. Él
distribuyó sus dones en los miembros de la iglesia y la tarea a realizar. No
nos corresponde apreciar la importancia de los dones que poseemos, sencillamente,
y entendiendo nuestro compromiso y responsabilidad como cristianos nacidos de
nuevo, pongamos al servicio del SEÑOR lo que recibimos previamente de sus
manos. No seamos indiferentes, el Director de la Orquesta nos mira y nos oye.
Nuestra vida, por muy humilde que sea, en sus manos es una vida sin desperdicio
alguno.
Oración:
Amado Padre Celestial:
¡Cuán precioso es para mí tu amor constante,
y el que me tengas por fiel para darme una responsabilidad a desempeñar en tu
iglesia y en tu reino! ¡Oh Señor, que no salga yo avergonzado de no haber usado
los dones que me diste! En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Conocer el don o los dones que Dios te ha dado debe dar como resultado un
feliz desempeño en su iglesia y en su reino.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio
de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual
pueda aferrarme?
¿Existe una lección por
aprender?
¿Existe una bendición para
disfrutar?
¿Existe un mandamiento a
obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento
para llevarlo conmigo?
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