Perlas del Alma
Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
MIÉRCOLES, 22 de mayo de 2024
Lectura devocional: Efesios 5:1-19
Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón. Efesios 5:19 NVI)
Hogar de mis recuerdos
Imposible que los que nacimos y crecimos en el campo, nos olvidemos del fogón de leña. Allí la abuela y nuestra mamá preparaban los alimentos. En mi caso personal por la noches mientras el fuego se apagaba, mi papá nuestro relator de cuentos inolvidables, nos hacía revivir los cuentos de los hermanos Grimm. Estos cuentos que él aprendió mientras trabajaba en las Minas de Aroa, siendo él muy joven. Mi papá, de esos cuantos alemanes, hizo una versión yaracuyana que disfrutamos alrededor del fogón de leña.
Sabemos que la palabra hogar, justamente proviene de la hoguera. Ese fuego hogareño es inolvidable porque podemos recordarlos como un ambiente de paz, de gozo familiar y amor del encuentro familiar al final del día. ¡No sabía entonces como niño que disfrutó aquel momento fugaz que setenta años después, lo avivaría como el hogar de mis recuerdos!
Mayo mes del hogar y la familia
Aquel mes de mayo de 1964 fue fabuloso e inolvidable en la Misión Bautista Emanuel. En lo personal, aprecié que nuestro pastor Carlos Clark, nos dijera:
—“El mes de mayo es el mes del hogar en todas nuestras iglesias, y no se olviden tampoco, el próximo domingo celebraremos el Día de la Madre… Puesto de pie, cantemos el himno número 166”. Acto seguido, empezamos cantar el himno: “Hogar, dulce hogar”: Al pensar en mi humilde hogar en medio de una montaña del Estado Yaracuy, la voz del pastor y las notas del piano y esas de la tercera estrofa, me hicieron brotar lágrimas:
Más quiero que placeres, gozar en tierra extraña,
volver a la cabaña de mi tranquilo hogar.
Allí mis pajarillos me alegran con sus cantos;
allí con mil encantos, está la luz de paz.
CORO:
¡Mi hogar, mi hogar,
mi dulce hogar!
no hay sitio bajo el cielo
más dulce que el hogar.
(John J. Payne: ENHP #166, CBP, El Paso, TX)1955
Cabe decir aquí que, en el Nuevo Testamento, las palabras iglesia, familia u hogar se usan indistintamente en los escritos paulinos para describir lugares y personas, como lugar, en donde los cristianos nacidos de nuevo pueden lograr el máximo de su potencialidad espiritual, emocional y física; y en cuanto a personas, por la interacción que se da entre esos cristianos nacidos de nuevo.
Me parece que el versículo de hoy, lo podemos usar para describir el ambiente que debe reinar en un hogar cristiano. Cuando digo hogar, quiero resaltar mil recuerdos preciosos que seguro vienen a nuestras mentes; posiblemente recordamos al padre y a la madre y a sus conductas piadosas, esos padres verdaderamente guiados por principios bíblicos, y que principalmente los domingos, hacían ajustes para llegar temprano a la reunión de la iglesia.
Entonces, veíamos a papá prepararnos el desayuno para ayudar a mamá que nos vestía, porque, que luciéramos bien era para ella un deleite. Luego, compartíamos el desayuno, en donde el viejo mostraba siempre que la cocina no era un lugar extraño. Al estar listos, orábamos antes de salir de casa, hacíamos todo por llegar de primeros, porque la puntualidad, era algo que no se discutía como valor, sino que se practicaba.
Ese tiempo en la iglesia con los amiguitos, los maestros de la clase bíblica, los cantos de toda la congregación, y el mensaje de la Palabra de DIOS, expuesta por el pastor con claridad y vehemencia, son inolvidables, ¡diéramos cualquier cosa por volver a la vieja capilla y disfrutarlos otra vez! Después del servicio, compartir con aquella gente especial que habíamos adoptado como nuestra propia familia. ¡Ir a la iglesia era algo tan hermoso que asistíamos por la mañana y por la noche!
El hogar, la iglesia en miniatura
Tal vez, al decir hogar, vienen a nuestra mente la música cristiana que resonaba en toda la casa; esos recuerdos de los viajes largos con papá y mamá cantando y nosotros haciendo coro en el asiento trasero. A lo mejor, también vienen a nuestra mente y corazón, el respeto que principalmente, nuestro padre mostraba hacia mamá y sus familiares, y a lo cual, mamá respondía igualmente con los familiares de papá.
Allí, en el hogar, la Biblia no era un libro para adornar y para llevarlo debajo del brazo a la iglesia, nada más. No. La Biblia se leía diariamente y papá, principalmente, dirigía la oración. Los valores sembrados por la Palabra de DIOS y cultivados por nuestros padres, son todavía norma y guía. Niños al fin, a veces nos poníamos rebeldes, y peleábamos entre nosotros, pero la disciplina bien aplicada por nuestros padres, nos enseñaron a pedir perdón y a perdonar.
Pues bien, así pasamos por diferentes etapas, pero allí estaba el dulce hogar, la casa, nuestra familia que era una “iglesia en miniatura”, y la iglesia “la familia grande”, ambas, siempre estaban listas para ayudarnos a ser hombres y mujeres de bien. De esta manera, nuestros padres cumplieron; hoy es nuestra responsabilidad servir de puente y hacer que esta herencia pase a la próxima generación. En realidad, muchos años han pasado. Papá y mamá ya se fueron, pero al mirar esos días lejanos de nuestra niñez, adolescencia y juventud, damos gracias a DIOS por la herencia cristiana que nos dejaron. ¡Eso es un hogar!
Oración:
PADRE ETERNO:
¡Cuán breve es nuestro paso por esta vida! Ayúdame a ser una bendición en mi hogar, en mi familia y en mi iglesia, e influir positivamente en su ambiente. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Haz que tu hogar sea un castillo, y que la comida más simple, sea digna de reyes.
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