Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
MARTES, 7 de mayo de 2024
Lectura devocional: Génesis 3:13-24
Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva,
por cuanto ella era madre de todos los vivientes.
—Génesis 3:20 (RV69)
EN MIS INICIOS COMO ESTUDIANTE del Seminario Teológico Bautista de Venezuela. El hermano Miguel Camaripano y su esposa Carmen eran los conserjes de la institución. El hermano Miguel, era también nuestro compañero de la clase de homilética que tiene que ver con la predicación y la preparación de mensajes bíblicos.
Un jueves por la tarde, mientras yo salía de la biblioteca, iniciamos un momento semanal muy especial en gran parte de los cuatro años que estudié allí. En aquellos tiempos, la Casa Bautista de Publicaciones de El Paso, Texas, producía una revista para la Escuela Dominical, debo señalar también que el hermano Miguel, era el pastor, maestro fundador de una Misión, cercana al Seminario.
En su preparación personal para los domingos, algunas veces el hermano Miguel, cambiaba el título de la clase dominical, y en su lugar el amado hermano ponía uno de su gusto. Así que esa tarde me hizo una señal de que me acercara. Y entonces, me dijo:
—“Hermano Fran, la clase de esta semana habla de Eva como la madre de todo ser viviente. Y añadió: No me gusta el título, así que lo cambié por este que sí me impacta: “Eva, la madre que no tuvo infancia”…¡Quedé impactado!
Estamos muy cerca del Día de la Madre, les comento a pesar del mercantilismo que rodea a la celebración universal de este día en el calendario, encuentro mucha bases bíblicas para celebrarlo. Y así, muchos otros respaldo de la Palabra de DIOS para el matrimonio, familia, los padres, los hijos, los nietos y hasta los abuelos.
Eva, no tuvo infancia porque el relato bíblico, nos dice: "De la costilla que había tomado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y la trajo al hombre.” (Génesis 2:20-22). Desde luego que Adán y Eva tuvieron muchos hijos, el registro reconoce por sus nombres por los menos a tres: Los únicos tres mencionados en la Biblia, son Caín, Abel y Set. En ese relato histórico, no se nombran a sus hijas (Génesis 5:4)…
Eva, no tuvo infancia ni tampoco la bendición de una madre que la pudiera ayudar con tantas preguntas que las hijas les hacen a sus respectivas madres, como sus cambios biológicos, sobre sus embarazos, no tuvo una madre cerca, que pudiera ayudar con sus consejos a sus nietos..Caín, Abel y Set, y las otras hijas…No me imagino sin la existencia de mi abuelita Máxima Reyes de Aular, sí todavía la extraño…
Algunas veces en mi vida, con aquel título del hermano Camaripano en mis recuerdos: “Eva la madre que no tuvo infancia”, me pregunto: ¿Cómo hizo Eva sin el apoyo de la presencia de una madre y sus hijos sin esa “cómplice” de sus nietos que es una abuela?
Mi papá decía que la abuela era nuestra primera madre. En nuestro caso así fue, todavía guardo sus palabras cuando nos despedimos a principios de 1970, en Maracay: —“Negro Chico”, cuando te avisen que me fui, ven a enterrarme…” En aquella ocasión al salir de su casa, di unos cuantos pasos hacia la carretera, yo sentía la sensación de la mirada de la abuela, volteé y aquella sonrisa como cuando me consentía, me daba mi última despedida…Así fue, en septiembre de 1970, ella partió con el SEÑOR, y debuté -sin ser pastor todavía-, en las primera honras fúnebres de muchas que he celebrado en toda mi vida ministerial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios