Perlas del Alma
Por Francisco Aular
faular @hotmail.com
VIERNES, 3 de mayo de 2024
¿QUIÉN ES TU REFUGIO?
Es mejor refugiarse en el SEÑOR que confiar en el hombre. El SEÑOR está a mi favor; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? Es mejor refugiarse en el SEÑOR que confiar en príncipes. _Salmo 118:6,8-9 (La Biblia de las Américas)
El cristiano nacido de nuevo, por el poder de la Palabra y el Espíritu Santo, no debe apartar sus ojos de JESÚS, quien es su SEÑOR Y SALVADOR y su Refugio en los tiempos difíciles. Pase lo que pase, resistamos la tentación de refugiarnos en otro ser humano como estilo de vida.
En nuestra actividad profesional, por ejemplo, quizás empecemos a refugiarnos en la simpatía del jefe, o de un colega influyente pensando que constituyen una seguridad para nosotros. Pero un buen día descubrimos que ellos y nosotros, estamos fuera de la compañía. En cuanto a esto, todavía recuerdo los años en que uno ingresaba a un trabajo y decía, aquí me quedo hasta mi jubilación.
Hoy en día, el campo laboral es frágil. Aquí donde vivo, conozco a un hombre de 40 años que empezó a trabajar desde los 16 años y ha estado en ¡18 trabajos diferentes!... Si empezamos a poner nuestra confianza en otros seres humanos para nuestro sustento, nuestra confianza en DIOS se debilita, porque la reemplazamos por la confianza en el hombre.
También, en ciertos países privilegiados uno corre el peligro de refugiarse en el gobierno, la organización de la sociedad y en su sistema de seguros sociales, obligatorios o socializados. En efecto, desde su nacimiento hasta la vejez los riesgos están cubiertos: seguridad social, jubilación, subsidio familiar o desempleo.
En cierto modo, sería una trampa refugiarse en tales dispositivos humanos –aunque DIOS se sirva de ellos a nuestro favor-, y no cumplir con nuestra misión histórica de anunciar el evangelio y nuestra confianza únicamente en DIOS para la salvación eterna. Es más, ¡ninguna organización humana o gobierno humano puede reemplazar lo que solamente la Iglesia del SEÑOR debe hacer: exaltar a DIOS, la edificación de los salvos y la predicación a los perdidos!
Conviene recordar en esta hora, lo que las agencias misioneras nos están diciendo. Actualmente, en muchos países llamados "democráticos" los cristianos están siendo perseguidos por su fe, y no se les respetan sus derechos humanos. Las cárceles, los hospitales y los cementerios son el resultado de poner a prueba su fe, su confianza en JESÚS.
A pesar de todo esos impedimentos, los cristianos nacidos de nuevo se lanzan a compartir el evangelio, y pagan el precio de refugiarse en DIOS y no hacerle caso al hombre.
En ese sentido, hace años anduve con un grupo de pastores cubanos que nos llegaron a visitar en Estados Unidos. Ellos estaban admirados de la comodidad de los cristianos allí, los llevé a varios lugares, visitamos los hogares y algunos sitios turísticos de diversión. Con ese acento que los caracteriza, uno me dijo: "¡Óyeme, Francisco! Y aquí los hermanos se ayudan los unos a los otros en sus necesidades materiales". Sí le dije, pero en su mayoría tienen sus trabajos y no se ayuda de esa manera. A aquel hombre le tocó predicar y lo que dijo nunca se me olvida: "La verdad que nosotros vivimos en una cárcel que se nos ha impuesto, pero ustedes viven preso en sus propias comodidades"… y remató con esto: "¡Sin embargo, los felicito, ustedes no necesitan a DIOS y están aquí rindiéndole culto!”.
Finalmente, en varios países gozamos de libertad religiosa y de cierta estabilidad política. No obstante, las cosas están cambiando rápidamente. El mundo se está preparando para un descalabro financiero y la hambruna que lo seguirá. Nuestra interdependencia financiera es tal, que ningún país escapará. Seamos conscientes de la fragilidad de cualquier sistema humano y que al evaluar esto nos conduzca a depositar nuestro agradecimiento y confianza únicamente en DIOS, Él y sólo Él es nuestro seguro refugio.
Por lo que sigue en nuestro panorama mundial, nos vienen días difíciles para la familia, las naciones y nuestras iglesias. Sigamos en pie siviéndole al SEÑOR a través de las iglesias locales. Nuestro DIOS ha sostenido a Su Iglesia a través de los siglos, y Sus brazos y Su amor, todavía están firmes para sostenernos y llevarnos a un fabuloso mañana con Él.
¡Alabado sea Su Nombre y Su refugio!
¡Adelante, siempre adelante!
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