Francisco Aular
Descendió lluvia,
y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no
cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Mateo 7:25 (RV60)
La roca es la parte más sólida y dura de la corteza terrestre. Al sur del
territorio venezolano está ubicada la formación geológica más antigua de la
tierra y se llama Macizo Guayanés. Sería la mejor parte para construir una casa,
porque, aun uniendo las fuerzas de los terremotos de Haití y de Chile ocurridos
en el año 2010, no se lograría agrietar una casa edificada allí. Asombrosamente,
aunque esta parte representa el 45% del territorio nacional es la menos poblada.
JESÚS nos dice que debemos edificar nuestra casa sobre la roca y no sobre la
arena. La roca de nuestra fe cristiana es la obediencia a Dios y a su Palabra,
la Biblia. ¿Sobre qué está construyendo su fe y fundando su hogar? El Señor nos
dice: “Pero cualquiera
que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato,
que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y
soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande
su ruina” (Mateo 7:26,27. RV60).
Así que los hombres sabios y las mujeres sabias construyen sus casas sobre
una roca, nunca sobre un terreno arenoso. Los Proverbios hablan de la mujer
sabia que construye su casa con sus propias manos, y de la necia que con ellas
la derriba: “La mujer sabia
edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba” (Proverbios 14:1. RV60).
Ambas usan el mismo recurso, pero con resultados diferentes. La casa construida
con amor y gozo es el resultado directo de la mujer, porque ella es la reina
del hogar, representa al Espíritu Santo y por lo tanto, “el Espíritu de Dios
nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos
hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en
Dios, ser humildes, y saber controlar nuestros malos deseos.
No hay ley que esté en contra de todo esto” (Gálatas 5:22,23. La Biblia en
lenguaje actual), por ello, la esposa sabia trae la felicidad al hogar. Entrar
al hogar de una mujer sabia es toda una bendición, porque allí se siente la
misma presencia de Dios. Todo aquel que atraviesa su puerta, siente los
beneficios de aquel ambiente acogedor y hospitalario; allí nadie es rechazado.
El hombre sabio construye su hogar
sobre la roca porque él es la imagen de Dios Padre en el hogar, por lo tanto es
bueno, amoroso, proveedor y ejemplar. Como cabeza del hogar, el hombre debe
asumir el liderazgo espiritual que Dios le ha dado, tratando a la mujer como “vaso más frágil”, y a sus hijos con
sabiduría, inspirándolos con su ejemplo a edificar sus vidas sobre la roca de
la obediencia a Dios.
De esta manera, debajo de un hogar así,
está la sólida fundación, vale decir, el Macizo Guayanés de Dios y su Palabra.
Dios, quien es la Roca, como lo dice el salmista: “¿Quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro
Dios? (Salmo 18:31 NVI).
Oración:
¡Gracias amado Padre!
Eres el autor de la familia, y como tal, nos dejaste un manual, tu santa Biblia,
para hacerla funcionar con éxito. Ayúdame a convertirme en una bendición para mi
hogar y mi familia. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de
hoy:
Los tesoros de la Biblia están a disposición de los que quieren edificar
sus vidas y sus hogares sobre la roca de la obediencia; descúbrelos y úsalos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio
de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual
pueda aferrarme?
¿Existe una lección por
aprender?
¿Existe una bendición para
disfrutar?
¿Existe un mandamiento a
obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento
para llevarlo conmigo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios