martes, 22 de mayo de 2012

El camino de la grandeza familiar

Francisco Aular

Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte. Los hijos que le nacen a un hombre joven  son como flechas en manos de un guerrero. ¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos! Salmo 127:3,4 (NTV)

Charles R. Swindoll en su libro Afirme sus valores, comparte una bella ilustración de lo que en esencia marcaría la pauta del segundo momento o etapa de la familia: “Entre las leyendas hay una que habla de un superintendente y mirón medieval, que preguntó a tres albañiles de una obra qué estaban haciendo. El primero contestó que ponía ladrillos; el segundo describió su tarea de cómo edificar un muro; pero aquel que demostró verdadera estima por su trabajo fue el tercero, cuando dijo: Estoy construyendo una gran catedral. Haga la misma pregunta a dos padres diferentes en relación con su papel en la familia y probablemente obtendrá el mismo tipo de contraste. El primero, puede que diga: “Estoy manteniendo a una familia”; pero el segundo, puede que vea las cosas de un modo diferente, y exprese: “Estoy criando hijos”. Aquel considera que su trabajo es poner pan en la mesa; pero éste, ve las cosas desde la perspectiva de Dios: está participando en la formación de vidas humanas.”.
¡Qué precioso momento cuando llegan los hijos al hogar! “Los hijos son un regalo de Dios”. “Son como flechas en manos de un guerrero.” ¡Disparemos esas flechas hacia el blanco de la voluntad de Dios! Sin embargo, requerirá que nos concentremos en amarlos, guiarlos y educarlos para que sean hombres y mujeres de bendición, tanto en la vida familiar como en la eclesiástica, y en la sociedad. El hogar es el lugar apropiado para sembrar los valores que los harán seres útiles en medio de un mundo necesitado de lo puro y lo grande. En esta etapa tenemos muy poco tiempo para hacer de ese pequeñín, un monstruo o un  santo. De las instituciones que Dios ha creado para que los seres humanos aprendan sus deberes y derecho como la familia, el estado, la escuela y la iglesia, ¡ninguna puede superar a la familia en producir hombres y mujeres de bien!
Pensando en esto de la responsabilidad de los padres en la buena crianza de sus hijos está corriendo por la red, un escrito que editó el Departamento de Policía de Houston, cuyo título es “Cómo criar hijos delincuentes”, dice así:
1.  Déle a su hijo todo lo que pida. Pensará que tiene derecho a obtener todo lo que desea.

2.  Ríase cuando su hijo diga malas palabras. Crecerá pensando que el irrespeto es divertido.

3.  Jamás reprenda a su hijo por su mal comportamiento. Crecerá pensando que no existen reglas en la sociedad.

4.  Recoja todo lo que su hijo desordena. Crecerá creyendo que otros deben hacerse cargo de sus responsabilidades.

5.  Permítale ver cualquier programa de televisión. Crecerá creyendo que no hay diferencias entre ser niño y ser adulto.

6.  Dé a su hijo todo el dinero que pida. Crecerá pensando que obtener dinero es fácil y no dudará en robar para conseguirlo.

7.  Póngase siempre de parte de él, contra vecinos, maestros y policías. Creerá que lo que él hace siempre está bien y son los otros lo que están mal.

“Siguiendo estas instrucciones le garantizamos que su hijo será un delincuente y nosotros tendremos una celda lista para él.”.

Si alguien le pregunta que está haciendo importante en su vida, responda: Estoy levantando una familia para la gloria de Dios, porque la Biblia dice: Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte.  Los hijos que le nacen a un hombre joven son como flechas en manos de un guerrero. ¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos!   No pasará vergüenza cuando enfrente a sus acusadores en las puertas de la ciudad. Salmo 127:3-5 (NTV). Sí, ¡este el camino de la grandeza familiar!

Oración:
Amado Padre Celestial:
Tú diseñaste el matrimonio y la familia para que el ser humano sea feliz. Gracias te doy por mi familia e invoco tu bendición sobre cada familia y hogar en cualquier lugar, ya sea una choza, una cabaña, en las granjas o en las ciudades; haz que en cada hogar se sienta tu presencia e influencia bienechora. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Lo hemos oído, lo hemos predicado, hagamoslo una realidad: La familia que ora unida, permanece unida.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


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