Francisco
Aular
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Oren en todo momento. 1 Tesalonicenses 5:17
(TLA)
Recién
convertido al Evangelio, tuve la bendición de encontrarme en la congregación
con Adonis Rodríguez, un joven de oración. En realidad él me enseñó a orar,
porque lo que yo había aprendido era a rezar, es decir, a repetir las oraciones
de otros, en forma mecánica en mi caso. Al descubrir lo que en realidad era
orar, pasábamos horas orando. En nuestros sueños juveniles sabíamos que la
oración era indispensable para llegar a ser hombres de Dios. Porque orar es
hablar con Dios, de ser posible todo el día. Entonces, asistimos a una reunión
de oración -que aprendí que se llamaba vigilia de oración-, y pasábamos toda la
noche orando. Eso estaba bien, pero mi amigo y yo queríamos aprender cómo orar
continuamente, como el apóstol Pablo recomendó a sus discípulos de Tesalónica:
"Oren en todo momento".
La
oportunidad del aprendizaje para orar en todo momento llegó a través de un
predicador en una de esas vigilias, cuando en medio de su predicación contó la
siguiente ilustración: Un ama de casa, en medio de sus quehaceres cotidianos,
nos enseña cómo podemos orar continuamente delante del Padre. Al abrir la
puerta: "Te ruego Señor que yo pueda mantener la puerta abierta de mi
corazón para que te pueda recibir en todo momento". Al lavar la ropa:
"Te confieso Señor que necesito tu limpieza, te pido que laves mi corazón
de tal manera que quede blanco como la nieve". Cuando barre la casa:
"Te pido Señor que barras de mi vida todo aquello que impida que sea una
cristiana madura y firme en mi andar diario". Cuando va a comprar aceite:
"Padre, dame la sabiduría, como las vírgenes que tuvieron aceite de
repuesto para sus lámparas". Al comprar la leche: "Gracias Señor por
tu Palabra, que es mi alimento espiritual de cada día. Que yo la pueda desear
como niña recién nacida". Al abrir las llaves del agua: "Te doy
gracias Señor porque Tú eres el agua viva que calma mi sed espiritual". Al
encender las luces: "Señor Tú eres la luz del mundo, te oro por mis
familiares y amigos que no te conocen y vagan en oscuridad espiritual. Permite
que tu luz verdadera brille en mi vida y en mis actos, porque los que andan en
tu luz no tropiezan. Que sea amable y bondadosa como la lámpara que alumbra a
todos". Cuando riega las plantas: "Te ruego Señor que envíes
lluvia de gracia a mi vida para tener el buen fruto de tu Espíritu: "Amor,
alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio
propio. No hay ley que condene estas cosas" (Gálatas 5:22,23 TLA). Cuando la familia está a punto de llegar: "Te pido que
me ayudes a esperar a mi esposo, como la Iglesia te espera a ti. A esperar a
mis hijos con gratitud en mi corazón porque son un regalo a mi hogar mientras
me ayudas a prepararlos para Ti, porque vinieron a través de mí, pero son
tuyos".
Así
aquella noche aprendí a aplicar las verdades bíblicas en oración, utilizando en
todo instante las diversas actividades que realizaba como fotógrafo
profesional. Pero esa es otra historia que queda para otro día.
Oración:
Amado Padre Celestial:
Te alabo porque tus oídos se inclinan para escuchar mi oración y nunca
estás distante a mis ruegos y súplicas. Quiero ser como tu Hijo JESÚS, que
vivía en constante comunión contigo, porque orar es una disciplina para mi
espíritu, y será imposible crecer espiritualmente sin la oración y tu Palabra.
Ayúdame a ver en cada cosa que haga como ser humano un motivo para orar y mantenerme
en comunión contigo. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla
de hoy:
Una vida
entregada totalmente a Dios se convierte en una vida llena de oración
constante, sin desmayar.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento a obedecer?
¿Existe
un pecado a evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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