Francisco Aular
faular@hotmail.com
¡Gracias a Dios por lo que nos ha dado! ¡Es
tan valioso que no hay palabras para describirlo! 2 Corintios 9:15 (La Biblia Actual)
La gracia nos da lo que no merecemos. Si trabajo y me asignan un sueldo
es un salario, no un regalo, además, me corresponde. Dios no nos debe nada a
nosotros los seres humanos, por lo tanto Dios no es nuestro deudor, al
contrario, nosotros somos sus deudores; totalmente endeudados con Él. Si Dios
nos recibiera en virtud de nuestras buenas obras, la gracia, no sería gracia: “Pero Dios
los eligió porque él es bueno, y no porque ellos hayan hecho algo para
merecerlo. Esto sólo puede suceder así porque Dios es bueno de verdad” (Romanos
11:6).
En efecto, la gracia es el amor de Dios aplicada a
nuestra indigencia moral ante un Dios Santo. Nosotros no somos pecadores porque
pecamos delante de Dios, si no, que pecamos porque somos pecadores. Nuestro
problema como seres humanos no es lo que hacemos, ¡sino lo que somos! ¡Nada
podemos hacer para salvarnos porque nuestros mejores intentos surgen de un
corazón corrupto! Los cambios de conducta que logramos por nuestros esfuerzos
son remiendos en un traje viejo. ¡Dios no es remendón, Él nos hace de nuevo! Todo,
por el nuevo nacimiento que la Palabra de Dios y el Espíritu Santo obran en
nosotros. Nuestro orgulloso corazón siempre cree que podrá hacer algo que
merezca el favor de Dios, sin embargo, la Palabra de Dios nos dice: “Quien sólo vive para pecar, recibirá como
castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo
Jesús, nuestro Señor” (Romanos 6:23. La Biblia Actual).
El incrédulo rechaza la gracia de Dios, y muchas
religiones patrocinan una “gracia barata” que es apenas una caricatura de la
verdadera gracia. El pecador arrepentido sabe que JESÚS es su única esperanza,
pues, Él mismo afirmó: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene
al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). ¿Qué va hacer usted con un mensaje tan claro?
JESÚS mostró su amor por nosotros al morir en la cruz: “Pero aunque nosotros todavía éramos pecadores, Dios nos
demostró su gran amor al enviar a Jesucristo a morir por nosotros” (Romanos
5:8. La Biblia en lenguaje actual). ¿Qué vas a hacer con un hecho tan notable?
Pues bien, con la Biblia en mano, entendemos que la
gracia es el fundamento de las relaciones del ser humano pecador, con el Dios
Santo, también es la fuente de todas las bendiciones del creyente durante su
transitar en esta vida humana temporal. Desde el mismo día de su salvación por
fe: “La
salvación de ustedes no es el resultado de sus propios esfuerzos. Por eso nadie
puede sentirse orgulloso. Nosotros somos creación de Dios. Por nuestra unión
con Jesucristo, nos creó para que vivamos haciendo el bien, lo cual Dios ya
había planeado desde antes” (Efesios 2:9,10. La Biblia en lenguaje actual). Por
ello, las oraciones del creyente nacido de nuevo tienen que surgir de un
corazón humilde y agradecido que dice: No merezco el favor que te pido, porque
mis relaciones contigo no están basadas en mis méritos, sino en los de mi SEÑOR
JESÚS, y en los brazos de su gracia que me sostienen hoy, mañana y siempre.
Oración:
Amado Padre celestial y Dios de toda gracia:
¡Bendito sea tu nombre! ¡Bendita la hora en que me revelaste tu plan eterno
de salvación en JESÚS! Que yo pueda ser un testigo de tu amor y gracia por dondequiera
que vaya en este día. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
JESÚS es el Regalo de Dios es tan valioso que no hay
palabras para describirlo.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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