¡Feliz Día de la familia para todos! En efecto, por acuerdo de las Naciones Unidas, hoy el énfasis está en la familia y las
maneras de cómo sostenerla en medio de un mundo, lleno de dificultades. Pienso,
que la familia es plan de Dios y Él sabe como hacerla funcionar, al buscar Su
dirección, Él añadirá bendición.
Con mucho afecto,
Pasto y amigo,
Francisco Aular
Somos familia de Dios
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino
conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios. Efesios 2:19 RV60
Créalo o no, la Biblia afirma que en la economía divina, ¡nosotros estábamos en la mente de Dios antes del
que el mundo existiera! Aunque nacemos criaturas de Dios, mediante
la aceptación del regalo de la vida eterna en JESÚS somos hechos hijos de Dios:
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen
en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
Esto lo entendemos mejor, al saber que la Biblia afirma que Dios desde
su trono como Dios, siendo Padre, Hijo y Espíritu Santo, tiene dominio perfecto
sobre todas las cosas creadas las visibles e invisibles. Vale repetirlo, en su
plan perfecto, este mundo tuvo un comienzo y tendrá un final. Por decirlo de
manera entendible, nos encaminamos hacia consumación del plan eterno de Dios, y
ya estamos muy cerca. Según la Biblia, la historia como la conocemos es apenas
un paréntesis de la eternidad, tuvo un comienzo en Génesis y tiene un final en
Apocalipsis. La Biblia comienza en un paraíso y termina en la Nueva Jerusalén,
la ciudad que Dios está preparando para vivir en familia con los suyos. La historia para el pueblo hebreo y para
nosotros los cristianos es lineal, tuvo un comienzo y tendrá un final, no es
cíclica como la concebían los griegos.
Dios decidió crear dos clases de seres para vivir con Él en la eternidad
futura, cuando lleguemos a la Nueva Jerusalén: los ángeles, seres espirituales,
y los seres humanos, con espíritu, alma y cuerpo. Pero era necesario que ambos
seres fueran obedientes a Dios y a su
autoridad. Conocemos la historia, una buena parte de los ángeles encabezados
por Lucifer se rebeló contra Dios. En consecuencia, Dios los echó de su
presencia, y a Satanás lo sentenció, y al final de la historia será encarcelado
y echado al lago de fuego, el cual será su destino final. Igualmente, nuestros
primeros padres Adán y Eva, fueron seducidos por Satanás, y el dominio que Dios
les había dado de su creación: “y los bendijo con
estas palabras: Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y
sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los
reptiles que se arrastran por el suelo” (Génesis 1:28 NVI). ¡El título de
propiedad de la tierra le fue dado al ser humano! Y como resultado, tanto Adán
como todos sus descendientes fuimos echados de la presencia de Dios. En otras
palabras cuando Adán y Eva fueron seducidos y engañados por Satanás, hicieron
un mal negocio, y ahora Satanás es del dueño de toda la tierra y de lo que nace
en ella. Debido a que usted y yo, nacimos aquí somos del diablo, y debemos
salir de allí para ir al reino de Dios. Ahora se acuerda de JESÚS ante Pilato: Respondió
Jesús: “Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis
servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino
no es de aquí” (Juan 18:36 RV60)
Ahora bien, ¡le tengo buenas noticias! Había una figura jurídica en la
ley de Israel, llamada el pariente redentor, mediante la cual si un miembro del
pueblo de Dios perdía su propiedad y caía en extrema pobreza, un pariente con
posibilidades podía comprarla de nuevo y recuperar dicha propiedad para su
familiar que no podía hacerlo. Nosotros estábamos en los hombros de Adán y Eva,
y por eso perdimos y nacimos esclavos del diablo; somos pobres y alejados de la
ciudadanía como familia de Dios, no podemos hacer nada por nosotros mismos. Ahora
bien -y esto me llena de gozo porque este es el evangelio-, las buenas noticias:
¡JESÚS es nuestro Pariente Redentor! Sí, la Biblia nos enseña que el Hijo de
Dios vino a la tierra para restablecer la relación de Dios con los seres
humanos. ¡JESÚS nos compró por su sangre un lugar en el cielo! Actualmente
JESÚS está en el cielo con una posición de autoridad tanto para los seres
humanos como para los seres espirituales. Aquel que dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí” (Juan 14:6 RV60). Es
nuestro Señor y Salvador. En efecto, toda verdadera y provechosa relación
con Dios y con nosotros su familia, pasa primero por nuestra relación que
tengamos con JESÚS. ¡Él y solo Él es nuestro Señor y Salvador.
Permítame unos pensamientos más para que los lleve consigo.
En el Apocalipsis de Juan, él ve el triunfo final de JESÚS, y describe el
grandioso momento en que Él recobra la propiedad del paraíso perdido: y cantaban un nuevo cántico, diciendo:
Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado,
y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y
nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes y reinaremos sobre la tierra.
Oración:
Amado
Padre Celestial:
Bendito
eres porque somos parte de tu propósito eterno de unir todas las cosas al final
de los tiempos bajo tu dominio, poder y autoridad. Ayúdame a llevar tu mensaje
de salvación a los que no te han conocido para que lleguen a ser parte de tu
familia también. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Conocer el plan
eterno de Dios y que somos miembros de su familia, nos da un sentido para vivir
con propósito.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su
Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda
aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para
llevarlo conmigo?
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