jueves, 9 de mayo de 2024

AGAR: LA MADRE SOLTERA

Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
JUEVES, 9 de mayo de 2024
Lectura devocional: Génesis 21:8-21
Cuando Dios oyó al muchacho sollozar, el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del muchacho ahí donde está. Levántate y tómalo de la mano, que yo haré de él una gran nación».
—Génesis 21:17,18. (NVI)
“¡Cómo me dan pena las 
abandonadas,
que amaron creyendo ser también 
amadas,
y van por la vida llorando 
un cariño,
recordando un hombre 
y arrastrando 
un niño!...”.
(Julio Sesto, 1879-1960)

En el auditorio del Hospital Vargas de Caracas, el 10 de marzo de aquel año durante la celebración del Día del Médico, se celebró un acto de reconocimiento a uno de los grandes de  la medicina venezolana.  Aquel notable médico científico, además era un ser humano muy especial, todos lo apreciábamos de gran manera. 


Casi al final del solemne acto, el homenajeado tomó la palabra y acto seguido, agradeció que en Venezuela existiera la gratuidad de la educación, y gracias a todo ello, él que había nacido en situación muy precaria pudo estudiar hasta graduarse como médico, y poder dedicarse a esa carrera aún como científico, sin tropiezos como lo había hecho.


Todos los asistentes estábamos convalidando con nuestras cabezas aquellas  palabras del homenajeado.  Agradeció a todos sus colegas y al personal de todas los niveles del hospital. Entonces con su lenguaje corporal hizo un ligero cambio como si lo que iba a decir a continuación, lo consideraba lo más importante de la reunión… Tomó fuerzas y mirando a aquel auditorio en su mayoría con batas blancas de sus colega médicos, dijo:

—“¡Aquí en este auditorio, está mi madre, la mujer a quien le debo todo! Mi madre, no teniendo otro conocimiento que el de cocinar, lavar y planchar, me llenó de valores para la vida e hizo posible mi educación… 


En efecto,  mi madre, pagó un alto precio para que yo sea quien soy… Entonces desde el fondo del auditorio tres personas, se pusieron en pie  desde sus asientos,  con sus respectivas  batas blancas un doctor a la derecha y una doctora a la izquierda, en el centro una hermosa anciana. 


Se escuchó un rumor entre todos los asistentes: —“¡Esa es la mamá del doctor!”… Espontáneamente, el auditorio se puso en pie y aplaudimos sin pausas. El homenajeado se apresuró unos cuantos pasos para recibir a la anciana y se abrazaron… En realidad, creo que allí no había ningún ojo seco y ningún corazón sin latido fuerte. 


Las madres han sido y serán el desafío y soporte de la iglesia a través de los siglos: ¿Qué podemos aprender de una madre soltera llamada Agar? De hecho,  Agar representa a muchas de las madres solteras que hoy existen en nuestra sociedad actual. Debido a que Agar, había llegado al hogar de Abraham y Sara, siendo todavía muy joven, confiaba que como esclava, se quedaría con ellos hasta verlos morir. 


Agar, era de Egipto y tal vez, ya no le sería posible viajar a su país y más remota la idea de encontrarse con su familia biológica. Cuando esto ocurre, Ismael el hijo de Agar con Abraham, ya era todo un jovencito de unos quince años. Ismael, como todo adolescente, no se frena y colma la tensa situación de aquella familia disfuncional: “—¡Echa de aquí a esa esclava y a su hijo!”.


De repente Agar e Ismael, fuera de la seguridad del hogar y están en el desierto y todas sus amenazas: “Agar partió y anduvo errante por el desierto de Berseba”.  El desierto es un lugar terrible para morar. Entonces la poca provisión de pan y agua que llevaban y el desierto parecía que se los comía. El joven Ismael, se enferma y está a punto de morir como toda madre Agar, hizo infructuosamente todo lo que pudo para reanimarlo “y fue a sentarse sola a distancia de un tiro de flecha, pues pensaba: «No quiero ver morir al muchacho». En cuanto ella se sentó, comenzó a llorar desconsoladamente”. (v.16).


Esto me trae a la mente el himno la Gloria de Cristo #307, ENHP.

“Si a rudos conflictos me mira que voy,
me deja hasta el fin a mí solo luchar,
mas pronto, si ve que cediendo ya estoy,
socorro me viene a prestar”.

Entonces, ocurre el milagro: Cuando Dios oyó al muchacho sollozar, el ángel de DIOS llamó a Agar desde el cielo y le dijo: “¿Qué te pasa, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del muchacho ahí donde está. Levántate y tómalo de la mano, que yo haré de él una gran nación”. (vv.17,18)… 

Agar, la madre soltera con su hijo, ven el triunfo que DIOS ya les tenía preparado. ¡La verdad que es maravilloso lo que DIOS puede hacer con los seres humanos en su viaje rápido en este mundo. Especialmente, cuando están tocando fondo! 

En mi propia vida personal y a lo largo de mi carrera ministerial, sirviendo lo mejor que puedo al prójimo he visto una y otra vez. La figura de una madre con su hijo, cuando caminan por el desierto de la vida,  todavía sin fe, sin esperanza y amor, DIOS acude para secar sus lágrimas…

Cuando estás luchando como madre soltera para dar protección a tu(s) hijo(s). No desmayes, enseña los valores de tu fe en la Palabra de DIOS y tu ejemplo de mujer que sirve en el Reino porque tus hijos algún día dirán:
“Muchas mujeres han realizado proezas,
pero tú las superas a todas”. (Proverbios 31:29).

¡Adelante, siempre adelante!

¡Feliz día Mamá!

Oración:

PADRE ETERNO:

¡Gracias por hacer posible que la palabra Madre sea la más dulce de todo los vocabularios del mundo! Ayúdanos a ser sensibles y cuidadosos de las que andan en este mundo batallando solas por sus hijos. En el nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:

Cuando salvas a una madre y a su hijo, estás ayudando a la familia y las naciones del futuro.

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