Francisco Aular
Lectura devocional: Salmo 42:1-11
Versículo de hoy:
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.
Salmo 42.11(RV60)
Murió una persona de habla inglesa, y me llamaron para ser el pastor oficiante. Desde luego yo conocía, la difunta y su familia. Sabía que las personas que irían al funeral serían mayoritariamente de habla inglesa. Me busqué un pastor para que fuera mi intérprete.
La capilla funeraria estaba llena, y me anunciaron. Noté que mi intérprete estaba conmovido hasta las lágrimas, mientras yo predicaba. Terminamos, y los asistentes no quitaban sus ojos de nosotros. Nos sentamos y el hombre se volvió hacia mí y me dijo:
—Perdón, pastor, pero la muerte, siempre me abate. ¿Le dañé su predicación? Le respondí:
—¡No mi hermano, yo consolé con la Palabra y tú con tus lágrimas!
Decía el gran Spurgeon el famoso pastor inglés que este Salmo era de David. No lo sabemos. Al caminar por los senderos de la Biblia nos encontramos a menudo con un hecho, el desánimo: el punto de partida para salir airosos en la labor que nos ha tocado hacer, se asciende o desciende por el estado de ánimo que tengamos.
Sin embargo, no es pecado en algunos momentos sentirnos abatidos, el pecado está en dejarnos dominar por el desánimo. Así lo confiesa el salmista:
“Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche” .
En efecto, grandes hombres de Dios pasaron por el desánimo como Job, Nehemías, Elías, Jeremías y para no ser tan extenso Juan el Bautista. Pero todos ellos, se libraron del desánimo.
El ánimo es la fuerza que nos pone en acción, el desánimo nos quita la fuerza. Aquí el salmista eleva su alma deprimida por la nostalgia de los éxitos del pasado, el asecho de sus enemigos y los recuerdos de Jerusalén con su templo. Pareciera que el salmista ha tocado fondo y no le queda ni las esperanzas para salir adelante; pero nuestro DIOS está allí en esos momentos, cuando el ser humano conoce y reconoce su desvalimiento, y no le quedan asideros de donde agarrarse, porque pareciera que todas las vigas de sustentamiento crujen y ceden ante su peso, entonces, DIOS que hasta ese momento ha estado acompañándolo sin que el salmista lo note, se levanta en el camino, como la única columna de seguridad del creyente.
La tentación permanente del ser humano es la idolatría, es decir, poner cualquier cosa entre él y DIOS: éxito, fuerza, poder, juventud, el placer, negocio, dinero, belleza y el activismo político, deportivo o religioso; cosas como éstas seducen al ser humano, y el ser humano se deja seducir, y dobla sus rodillas ante estas cosas que lo mantienen ocupado y sin tiempo para DIOS.
Un día se da cuenta de que el gusano roe las entrañas de sus ídolos, y es la hora cuando los sueños huyen, los muros se vienen abajo piedra por piedra, y es capaz de pensar la brevedad de su paso por este mundo, en esas condiciones el ser humano queda desnudo y desarmado ante la realidad, este puede ser el momento del desánimo.
Entonces, DIOS encuentra una grieta en el corazón cerrado y entra con Su gracia, Su poder y Su esperanza. Y con el salmista exclama: “Salvación mía y Dios mío”.
Como el intérprete del funeral, me confieso melancólico. Pero recién llegado a la iglesia en mi primer amor por mi SEÑOR. Mi inolvidable pastor, escogía himnos que me anunciaban que los cristianos nacidos de nuevo, podemos decir: “¿Por qué te abates, oh alma mía?”.
Johnson Oatman
I
Cuando combatido por la adversidad
Creas ya perdida tu felicidad,
Mira lo que el cielo para ti guardó,
Cuanta las riquezas que el Señor te dio.
CORO:
¡Bendiciones, cuántas tienes ya!
Bendiciones, Dios te manda más;
Bendiciones, te sorprenderás
Cuando veas lo que Dios por ti hará.
II
¿Andas agobiado por algún pesar?
Duro te parece amarga cruz llevar,
Cuenta las promesas de Señor Jesús,
Y de las tinieblas nacerá la luz.
III
Cuando en otros veas la prosperidad
Y tus pies claudiquen tras de su maldad,
Cuenta las riquezas que tendrás por fe
Donde el oro es polvo que hollará tu pie.
(HB#236, CBP, El Paso, TX)1999
¡Adelante, siempre adelante!
Perla de hoy:
Demos gracias al SEÑOR porque nunca estaremos tan desanimados que no contemos con Su presencia a nuestro lado.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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