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Lectura
devocional: Salmo 1:1-15
E invócame en el día de la angustia; Te
libraré, y tú me honrarás. Salmo 50:15 (RV60)
La lista de oraciones que han
cambiado la historia de la humanidad es grande. La Palabra de Dios es también
la historia de los hombres y mujeres que oraron. Los ejemplos abundan. Estoy
seguro que en su propia vida, como en la mía, la oración es altamente estimada.
En mi caso, estoy convencido que DIOS siempre tiene hombres y mujeres que oran
y Dios los escucha. También he llegado a creer que DIOS no ha terminado de una
vez con este mundo y su maldad, y con nosotros los cristianos y nuestra
tibieza, gracias a los hombres y mujeres que claman día y noche por nosotros y
Dios los oye. Estos hombres y mujeres pueden hablarnos como el profeta Joel a
su pueblo:
No temas, tierra, sino alégrate y regocíjate, porque el Señor hará grandes cosas. (Joel 2:21 NVI)
Hoy quisiera contarles
acerca de la oración que una nación entera hizo y que fue el factor decisivo
para cambiar la historia y marcar el desenlace final de la Segunda Guerra
Mundial. Aquella era la hora más negra que tuvieron los Aliados. Francia había
caído y trescientos mil soldados ingleses huían hacia el Canal de la Mancha.
Hitler, sus consejeros militares y sus brujos se reían insolentemente. Sí,
pronto Inglaterra quedaría en sus manos al destruir a aquel ejército que lo
había enfrentado para que su país y Europa no cayera en las manos del temible
dictador. Humanamente hablando, los ingleses no tenían como escapar.
Fue entonces que el rey
Jorge VI de Inglaterra, en una conmovedora proclama a su pueblo, decretó un día
Nacional de Oración, en todo el Imperio Británico. Era el domingo, 26 de mayo
de 1940. Muchos otros hombres y mujeres en el mundo entero se unieron a los
ingleses. Los boletines radiales, daban por seguro que la derrota del mundo
libre era inevitable… ¡Pero el rey y los creyentes clamaban al REY de reyes y
SEÑOR de señores! ¡Ah que gran día fue aquel! DIOS abrió los cielos y
descendió. DIOS arremangó su brazo poderoso y obró como sólo Él sabe y puede
hacerlo. En el lado de las fuerzas alemanas se desencadenó una tormenta como
nunca la habían visto antes. Todos los aviones fueron abatidos. Los tanques
quedaron atascados en el barro. Ni un solo soldado alemán pudo moverse. En
cambio en el lado británico, el Canal de la Mancha parecía un espejo. ¡Jamás
sus aguas habían estado más tranquilas! Miles de botes atravesaron el canal ese
día, trasladando al ejército inglés. Hasta las mujeres ayudaron con pequeñas
embarcaciones. Ese día fueron salvados doscientos noventa mil soldados
ingleses.
Inglaterra nunca fue
invadida, y los historiadores están de acuerdo al afirmar que Hitler jamás se
pudo levantar de una derrota tras otra de allí en adelante. ¿Por qué? Porque
DIOS intervino en contestación a la oración, porque a más de setenta años de
aquel memorable día, se dice que si alguna vez ha habido una causa justa, entre
los muchos conflictos que han empapado con sangre los campos de guerra, era la
causa por la cual peleaban los Aliados en la Segunda Guerra Mundial. Según un
artículo que apareció en aquellos días entre las muchas noticias que salieron
por el mundo, los soldados ingleses al ver la forma maravillosa como la mano de
DIOS los había librado, organizaron círculos de oración y se unieron al rey y
al pueblo inglés para dar gracias a DIOS. En respuesta a los efectos de aquel
clamor en oración. La esposa del rey Jorge VI, nos legó un gran pensamiento que
luce como un monumento a la oración: “Le temo
más a un ejército de personas orando, que a un ejército militar”. (Reina Elizabeth I).
Porque está escrito:”Invócame en el día
de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás”…
Hoy pongo final a este tema con las estrofas del
himnólogo José Mora en su himno “Dad a Dio inmortal alabanza” #12 del Himnario
Bautista, CBP.
I
Dad a
Dios inmortal alabanza;
Su
merced, su verdad nos inunda,
//Es su
gracia en prodigios fecunda,
Sus
mercedes humildes cantad.//
Al Señor
de señores dad gloria,
Rey de
reyes, poder sin segundo;
//Morirán
los señores del mundo,
Mas su
reino no acaba jamás.//
II
Vio los pueblos
en vicios sumidos,
Y sintió
compasión en su seno.
//De
prodigios de gracia está lleno,
Sus
mercedes humildes cantad.//
A su
pueblo llevó por la mano
A la
tierra por El prometida;
//Por los
siglos sin fin le da vida,
Y el
pecado y la muerte caerán.//
III
A su Hijo
envió por salvarnos
De la
muerte y la muerte eterna.
//De
prodigios de gracia es torrente,
Sus
mercedes humildes cantad.//
Por el
mundo su mano nos lleva,
Y al
celeste descanso nos guía;
//Su
bondad vivirá eterno día,
Cuando el mundo no exista ya más.//
Oración:
Padre Eterno:
Vengo delante de Ti para darte las gracias por tu
intervención en los momentos de angustia al darnos la paz que sobre pasa todo
entendimiento. No tengo dudas que eres el SEÑOR de la historia. Mi corazón
viene delante de Ti lleno de gratitud y alabanzas. Ayúdame a ser un intercesor
por este mundo en crisis y llevar la esperanza a toda persona que hoy me
encuentre en mi camino. En el nombre de JESÚS, amén.
Cuando el ser humano toca fondo
descubre que DIOS es un fundamento firme, clama a Él y cambia la historia.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy
por medio de Su Palabra?
¿Existe alguna promesa
a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección
por aprender?
¿Existe alguna
bendición para disfrutar?
¿Existe algún
mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a
evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
Pastor Francisco, gracias por dedicar tiempo a la obra, por creer, por avanzar y no desmayar. Gracias por su tiempo. Dios le continúe bendiciendo
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