Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Jeremías 23:25-32
¿No es mi
palabra como fuego--declara el SEÑOR--y como martillo que despedaza la roca? Jeremías
23:29 (La Biblia de las Américas)
“Santa Biblia para mí
eres un tesoro aquí;
Tú contienes con verdad
La divina voluntad;
Tú me dices lo que soy,
De quién vine y a quién voy”.
NHP #32, CBP,1955.
Mi tributo a la Biblia es una celebración porque exactamente en hoy, hace 450
años, Casiodoro de Reina (1520-1594), un hombre de una gran cultura
intelectual, religiosa y filosófica, fue a toda prisa por las calles de Basilea
para tener entre sus manos el fruto de sus esfuerzos, en medio de la gran
persecución de parte del Tribunal de la Santa Inquisición. Me imagino a
Casiodoro al ver el sagrado libro: Su pulso se acelera a medida que levanta el
Libro hacia el cielo y da gracias a Dios por aquel momento. ¡Esa era la primera
Biblia completa en español!, el lenguaje del pueblo, y desde ese momento,
prácticamente, el idioma religioso, el latín, dejó de ser un impedimento para
que cada español pudiera leer la Palabra de Dios en su propio idioma. Lo demás
es historia preciosa que contaremos en otro momento.
¿Quién
era Casiodoro de Reina? Había sido fraile de la Orden de San Jerónimo en el Monasterio de San Isidoro del Campo (Santiponce,
Sevilla) España. (Estuve allí hace unos
años y todavía siento la emoción de aquel momento) Pero volviendo al relato,
Casiodro de Reina, conjuntamente con sus correligionarios abrazó la causa
protestante, y se dispersaron por varios países del norte de Europa para evitar
la cárcel, la tortura y la muerte. No fue fácil para Casioro de Reina huir,
llevando entre su equipaje todos sus documentos, y entre ellos, el propósito
para el cual DIOS lo había llamado: Traducir la Biblia al español, directamente
del latín y de los idiomas en que fue escrita originalmente, hebreo y griego.
Ciertamente, aquel hombre había vencido y con él, todos nosotros que somos
frutos del Libro de los libros, gracias a él, tenemos la primera versión de la
Biblia en español, ¡Dios lo hizo!, porque su Palabra es “fuego y martillo que
despedaza la roca”.
Mi tributo a la Biblia reconoce
que al celebrar 450 años de aquella gesta hacia nuestra libertad en CRISTO,
todavía “existe un analfabetismo bíblico en algunas de las iglesias evangélicas
que es peor que no saber leer y escribir. Se trata del desconocimiento del
Mensaje de la Biblia. En América Latina se distribuyen millones de Biblias cada
año pero, ¿conocemos los personajes, las historias y el mensaje que DIOS quiere
comunicar?” (La Bibliaweb de la Sociedad Bíblicas Unidas). Al pueblo
evangélico, a principios del siglo pasado, se le conocía como el “pueblo del
Libro”, al respecto, a un biblista de la talla del doctor Luciano Jaramillo,
Director de la Sociedad Bíblica Internacional, le escuché decir: “Hoy en día le
es más fácil al pueblo evangélico pasar horas cantando y alabando, pero muy
poco tiempo en la Palabra de Dios”… ¿Acaso no es cierto que la Biblia ha dejado
de ser predicada y estudiada como el poder espiritual que debe sostener nuestra
vida individual y la de nuestras congregaciones? ¿Qué hemos hecho con nuestra
Escuela Dominical y su énfasis en el estudio de la Palabra de DIOS para toda la
familia? ¿Dónde están nuestros estudios bíblicos que las iglesias sostenían una
vez a la semana? ¿Es verdad o no es verdad que los individuos convertidos, es
decir, los nuevos creyentes que forman nuestras congregaciones locales vienen
buscando lo que DIOS les puede dar, “señales, prodigios y milagros”, en vez de
esforzarse en el estudio de la Palabra de DIOS como resultado de creerle a Él:
“La generación mala y adúltera demanda señal” (Mateo 16:4). La razón por la
que JESÚS los llama adúlteros es porque creen más en la palabra de fe, y veneran
los milagros y no a DIOS. ¿Qué está
ocurriendo? ¿Ha dejado de tener poder la Biblia o estamos escapando de su poder
para imponer nuestras “nuevas doctrinas” que hacen un nuevo evangelio? Aquí debemos
recordar al Apóstol: “De modo que si alguien viene y les dice que el mensaje de la buena noticia
es diferente del que nosotros les hemos anunciado, yo le pido a DIOS que lo
castigue, no importa que sea un ángel del cielo o alguno de nosotros” (Gálatas
1:8; LBLA). A todo creyente que anda de iglesia en iglesia buscando alguna
nueva revelación pero no el poderoso evangelio
que cambia, le recuerdo algo que un siervo de Dios dijo: “Si es un nuevo
evangelio, no es bíblico porque la revelación que es necesaria para nuestra
salvación fue cerrada hace 2000 años, por tanto, si es bíblico, no es nuevo”…
Mi tributo a la Biblia reconoce con humildad que es la hora de salir de nuestra
confusion. En efecto, hoy en día la confusión religiosa es de una magnitud increíble,
tenemos congregaciones evangélicas que han dejado la Palabra de DIOS y se han
convertido en sectas, pero ni ellos mismos se han dado cuenta…
¿Por
qué tanta confusión?... Saludo con el mayor gozo y entusiasmo del que soy
capaz, cada aparición de una nueva versión de la Palabra de DIOS, sin embargo,
con tantas versiones de la Palabra de DIOS, con tanta facilidad para adquirir
un ejemplar de la Biblia, con tanto escuchar “textos sacados de su contexto
como pretexto” haciendo malabarismos hermenéuticos para que el versículo diga
lo que no dice, ¿no estaremos reduciendo el Libro de DIOS a una obra puramente
literaria o a un libro de autoayuda para superación personal que nos lleva al
materialismo temporal en vez de a la poderosa Palabra que es “fuego y martillo”
y cuyos efectos son eternos?
Mi tributo a la Biblia es una alabanza a su Autor, el cual la usa para
conducirnos a la vida eterna y darnos en el camino, fe, esperanza y amor.
Todavía la versión Reina-Valera, sigue siendo la reina de las versiones en
castellano, y mantiene a través de los siglos, un estilo claro, sencillo y si
se quiere sublime, como debió ser esa primera versión en 1569. La llamada Santa
Inquisición, no pudo frenarla y por eso, la tuve en mis manos aquel día 11 de
abril de 1963, cuando leyéndola entendí la frescura de su mensaje que cautivó
mi alma y le dio vida a mi espíritu. ¡Bendita Palabra viva y actual! ¿Por qué
es esto? Porque la Biblia es la Palabra de DIOS pura, divinamente inspirada
desde la primera hasta la última letra, revelada, poderosa, que cambia al ser
humano, lo influye e impacta. Porque como lo dijo el profeta hace tres mil
años: ¿No es mi palabra como
fuego--declara el SEÑOR--y como martillo que despedaza la roca?¡Feliz mes
de la Biblia!
Oración:
PADRE ETERNO,
Autor de la Palabra:
Gracias por
dejarnos tu Palabra y por mantenerla viva y eficaz a través de los siglos. ¡Yo
creo a ella como te creo a ti! Ella me dice que tú eres el DIOS que dices ser y
que puedes hacer lo que dices que puedes hacer; ella afirma que todo lo puedo
en CRISTO, y por eso, tu Palabra esta viva y activa en mí. Ayúdame SEÑOR a
llevar tu Palabra, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla
de hoy:
No tenemos que predicar un nuevo evangelio,
sino el Evangelio: CRISTO murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
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