Francisco
Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Salmo 119:145-152
Oro con todo el corazón; ¡respóndeme, SEÑOR! Obedeceré
tus decretos. Salmo 119:145
La oración (4)
Francisco Aular
La
oración, amigos, es traspasar
tiempo y
espacio con holgura.
Es
atravesar la luz del día y al mismo tiempo
penetrar
la noche oscura.
Es viajar
a la cárcel y romper
las
cadenas de la amargura.
Es entrar
al hospital y llevarle al
enfermo
dulzura.
Es ser
huésped en la casa presidencial
sin
cambiarnos nuestra vestidura.
Es
penetrar hasta lo profundo de la tierra
y ganar la
batalla en las alturas.
Y es,
además, amigos míos, estar seguros
que de
rodillas, la victoria final está segura.
No existe nada que esté fuera del alcance del DIOS al cual adoramos, no
hay ningún secreto para la omnisciencia “todo lo sabe” y la omnipotencia “todo
lo puede” del SEÑOR. Así que cuando oramos, aceptamos la invitación de DIOS
para que lo finito tenga comunión con lo infinito, lo temporal con lo eterno,
lo fuerte con nuestra debilidad, la grandeza con nuestra pequeñez. Por eso,
decía uno de los grandes de la vida devocional E. M. Blounds: “La oración es el
contacto del alma viviente con Dios. En la oración, Dios se inclina para tocar
suavemente al hombre, para bendecirlo y para incluir todo lo que Él pueda
planear o el hombre pueda necesitar”. Otro grande de la predicación Spurgeon, agrega: “La oración es el
delgado nervio que mueve los músculos de la omnipotencia”.
Ciertamente, uno de los temas doctrinales más relevantes en toda la Biblia, es la oración. Los hombres
y mujeres que DIOS usa en Su Palabra, son hombres y mujeres de oración. ¡Es
asombro, no hacían nada sin oración! Por tanto, orar no es solamente un deber
piadoso de los místicos que alejan del “ruido mundanal”, sino que la oración es
el vehículo que conduce sus plegarias delante de DIOS, en medio de las demandas
y pruebas de la vida, y, una bomba espiritual muy poderosa contra los enemigos
del SEÑOR y de nosotros. Pablo dijo: “Pues
no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra
gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas
poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares
celestiales. Dios nos
ha prometido bendiciones ilimitadas desde el cielo.” (Efesios 6:12 NTV); por
eso mismo el gran Apóstol, recomienda que nosotros le demos prioridad a la
oración: “En primer lugar, te ruego que ores
por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su
favor, y da gracias por ellos.” (1 Timoteo 2:1 NTV) ¿Por qué debe ser
prioritaria la oración en la oba del Señor? Porque solamente en la medida en
que oramos, nuestras actividades diarias tienen valor para la eternidad, y
lanzamos bien lejos de nosotros, el orgullo espiritual de ser nosotros los
protagonista y no el SEÑOR obrando en nosotros, por nosotros y algunas veces, a
pesar de nosotros. Del mismo modo, por medio de la oración, humildemente, damos
ocasión en todo tiempo que el Padre nos utilice en Su obra como Él quiera
dentro de Su plan eterno. ¡Gracias SEÑOR
por dejarnos la certeza de tu comunión con nosotros a través de la
oración!
Así llegamos a esta sección
del Salmo 119, en donde el clamor de la oración del salmista abarca toda la
estrofa, y nos indica a través de ello, las condiciones de la oración eficaz.
Como hemos visto, el salmista exalta la gran ayuda de la Palabra de DIOS en
todo el comportamiento del ser humano, en su breve paso por esta vida; la
Biblia y la oración van juntas como textos fundamentales de la escuela de la
obediencia a DIOS; en efecto, en cualquier circunstancia la oración debe
prevalecer, sobre todo cuando estamos afligidos, es cuando mejor debemos buscar
a DIOS: “Oro con todo el corazón; ¡respóndeme, SEÑOR!
Obedeceré tus decretos. (V.145); la oración es eficaz, cuando oramos por
nuestra salvación y con ello, el anhelo de obedecer a DIOS y a Su Palabra:”A ti
clamo; rescátame para que pueda obedecer tus leyes.” (v.146); la oración es
eficaz cuando esta saturada de las promesas del SEÑOR en Su Palabra: “Me
levanto temprano, antes de que salga el sol; clamo en busca de ayuda y pongo mi
esperanza en tus palabras. Me quedo despierto durante toda la noche, pensando
en tu promesa. (vv.147, 148); la oración es eficaz, cuando tenemos la seguridad
del amor de DIOS y con entusiasmo practicamos Su Palabra: “Oh SEÑOR, en tu fiel
amor oye mi clamor, que el seguir tus ordenanzas me reanime.” (v.149); la
oración eficaz, nos prepara para estar firmes a la hora de la persecución por
causa de la Palabra de DIOS: Los que no respetan la ley vienen a atacarme;
viven alejados de tus enseñanzas.; otra condición de la oración eficaz, es
terna la certeza de que DIOS es quien Él dice ser, según Su Palabra, y, que
DIOS puede hacer lo que Él dice que puede hacer, según Su Palabra: “Pero tú
estás cerca, oh SEÑOR, y todos tus mandatos son ciertos. Desde los primeros
días sé que tus leyes durarán para siempre.” (vv.151, 152).
En estos días de tantas aflicciones
para nosotros los seres humanos, necesitamos como nunca buscar la comunión con
DIOS, porque solamente buscar a DIOS a través de la oración nos conduce a la
victoria. En estos son tiempo de clamar por nosotros mismos y pedir que otros
oren por nosotros como lo hizo Pablo: “Dedíquense
a la oración con una mente alerta y un corazón agradecido. Oren también por
nosotros, para que Dios nos dé muchas oportunidades para hablar de su
misterioso plan acerca de Cristo. Por eso estoy aquí en cadenas. Oren para que
pueda proclamar ese mensaje con la claridad que debo hacerlo.” (Colosenses
4:2-4 NTV) ¡En medio de estos días difíciles en los cuales andamos, solamente
en la Palabra de DIOS y nuestras oraciones, hay esperanza!
Oración:
SEÑOR, en esta hora te clamo en
busca de tu ayuda y pongo mi esperanza en tu Palabra. En el nombre de JESÚS,
amén.
Perla de hoy:
En
medio de estos días difíciles en los cuales andamos, solamente en la Palabra de
DIOS y nuestras oraciones, hay esperanza.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de
su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual
pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por
aprender?
¿Existe alguna bendición para
disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por
obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para
llevarlo conmigo?
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