Francisco
Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Mateo 13:31-32
Les
refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano
de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, y que de todas las
semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las
hortalizas, y se hace árbol, de modo que LAS AVES DEL CIELO vienen y ANIDAN EN
SUS RAMAS.
Mateo 13:31,32 (LBLA).
El gran historiador cristiano y catedrático de Yale, K.S. Latourette
(1884-1968), dijo: “Los discípulos, como otros hombres y cristianos de todos lo
siglos, continuaban siendo humanos. Sin embargo, en ellos hubo un poder, una
vida que les vino por medio de Jesús, el cual obraba en transformación moral y
espiritual. Aquel poder y aquella vida resultaron contagiosos. El relato de la
operación de aquel poder y aquella vida en los siglos siguientes es la historia
del Cristianismo”.
Muy de acuerdo con el amado catedrático y hermano en la
fe. En consecuencia con esa verdad del poder multiplicador de la Palabra del
Evangelio, estoy en capacidad de comprobar en mi propia experiencia personal -el
poder multiplicador de una Biblia que tuve en mis manos- aquel Jueves Santo, 11
de abril de 1963. Sin duda que algunos de ustedes tendrán otros ejemplos que
agregar. Permítanme hacer referencia a mi testimonio. En aquella ocasión toda mi familia se había
marchado a la playa y yo quedé solo en la casa. El Espíritu Santo ya había
trabajado en mí. Yo andaba según mi pensar buscando a DIOS, y resulta que ¡DIOS
me andaba buscando! Sentí unas ganas de leer, sentado en la azotea con el
maravilloso “Parque nacional el Ávila”, la montaña que rodea el norte de
Caracas, enfrente de mí. Entonces, recordé a mi primo Miguel, unos años atrás,
cuando llegó con una Biblia, y bromeando, nos dijo: “¡Miren un loco evangélico
de mi equipo de trabajo, me regaló y dedicó esta Biblia!”… Y diciendo esas
palabras, puso la Biblia en el estante de una pequeña biblioteca, que teníamos.
Bajé las escaleras y busque la Biblia, allí estaba. Tengo la absoluta seguridad
que el Espíritu Santo, me llevó también al Evangelio de San Juan. Lo leí de un
solo tirón. Después, poco a poco. Así llegué al capitulo 17, en dondé JESÚS, ora
por Sus discípulos. Me detuve en el versículo 20 al leer: “Mas
no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por
la palabra de ellos”. (Juan 17:20,RV60). Sin duda bajo la iluminación que el
SEÑOR en Su gracia, poder y fe nos da para creer y depositar toda nuestra
confianza en JESUCRISTO para hacerlo, SEÑOR de nuestras vidas: “…que si
confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios
le levantó de los muertos, serás salvo”. (Romanos 10:9,RV60). En esa hora, me arrepentí de mis pecados y le pedí a
JESÚS que fuera el SEÑOR de mi vida. Esa decisión cambió mi vida desde aquel
día. ¡No podía creer lo que ese versículo de Juan 17:20, me dijo y que me lo
recuerda todos los días: ¡JESÚS oró por mí! En efecto, al orar JESÚS, por Sus discípulos,
también oró por mí! ¡Soy fruto del maravilloso plan de DIOS, y el poder
multiplicador de Su Palabra!
Desde
aquel momento de mi experiencia con DIOS, mi vida dio un giro increíble que
incluyó buscar una iglesia local para congregarme. Por todas partes, anduve
testificando del SEÑOR, y nuevas personas se añadieron al Reino, hasta el día
de hoy… Debo decir que un año después de convertido, hice otra decisión
importante ante el llamado de DIOS a servirle, en la primera línea de combate y
servicio en Su Reino como uno de Sus obreros. Pensé que si la lectura de
aquella Biblia me había hecho tanto bien ese mismo efecto hará en otros. Desde
entonces he estado compartiendo mi fe por medio de Su Palabra sembrada en mi
corazón “semejante a un grano de mostaza”. ¡DIOS ha permitido que en 56 años de
aquella experiencia al compartir mi testimonio y dedicado a compartir la
Palabra, he visto crecer al Reino y puedo también decir que la semilla nació,
creció y se multiplicó hasta convertirse en un árbol de la gracia de Dios, de tal
manera, “que LAS AVES DEL CIELO vienen y ANIDAN EN SUS RAMAS”. Pero añado con el
Apóstol y puedo decir, con toda humildad: “Pero por la gracia de Dios soy lo
que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más
que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”. (1 Corintios
15:10,RV60).
Indiscutiblemente,
han pasado 56 años desde aquella ocasión de mi encuentro con la Palabra de
Dios. ¡Todo comenzó con una Biblia ajena que DIOS puso en mi mano! ¡Allí está
el poder multiplicador de la Biblia! Misteriosamente para mí, aquella Biblia
que fue un regalo para alguien que lamentablemente, no la leyó, ni la creyó. En
la economía divina, no era para él, sino para mí. Porque lo creo y lo predico:
“para que todo aquel que el cree, no se pierda; más tenga vida eterna”. (Juan
3:16b). DIOS nos ofrece el cielo como un regalo a través de JESÚS, aceptarlo o
rechazarlo, es nuestra responsabilidad. ¡Uno no se pierde porque DIOS quiere,
sino porque uno quiere! ¡Si crees tu también podrás ver a la Biblia y su poder
multiplicador!
Oración:
Amado PADRE ETERNO:
Soy testigo de primera mano de lo
que tu Palabra puede hacer en un terreno fértil. Ayúdame a seguir extendiendo
tu Reino con todo el poder multiplicador de tu Palabra, en el nombre de JESÚS.
Amén.
Perla de hoy:
La Biblia es el mejor regalo que podamos dar y
recibir.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios